La Diplomacia Internacional debe demostrar su capacidad y eficacia para la resolución pacífica de conflictos | Por: Dr. José Rangel Barón

➥ El autor es abogado venezolano, presidente del consejo editorial Vencol, autor del libro "Carlos Andrés Pérez, el hombre, el presidente" y exdiplomático

El siguiente análisis pretende presentar una narrativa objetiva y analítica a la reciente polémica sobre el tema en conflicto sobre la expansión de la OTAN y el conflicto entre Rusia y Ucrania, atribuyendo la guerra exclusivamente a la violación de un supuesto acuerdo entre EE.UU. y la URSS en 1991.

Antecedentes:

Desde una perspectiva histórica, politológica y de derecho internacional, este análisis requiere una revisión crítica de las afirmaciones hechas por las partes involucradas y un llamado a la comunidad internacional para respetar los tratados y promover soluciones pacíficas.

1. El respeto a los tratados internacionales y sus implicaciones:

El derecho internacional se fundamenta en la integridad de los tratados y acuerdos entre naciones. La presunta existencia de un compromiso verbal entre Mijaíl Gorbachov y George H.W. Bush sobre la no expansión de la OTAN es un tema de debate, ya que no existe un tratado formal registrado que lo respalde jurídicamente.
Sin embargo, si dicho compromiso se asumió, su incumplimiento habría minado la confianza en la diplomacia internacional y podría justificar las preocupaciones rusas sobre la seguridad.

Es fundamental reconocer que la Carta de las Naciones Unidas y los principios de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) garantizan a los Estados la soberanía para decidir sus alianzas. Esto significa que los países del este de Europa tenían el derecho de solicitar su ingreso a la OTAN tras el colapso de la URSS. Sin embargo, el problema de fondo radica en si la expansión de la OTAN pudo haber sido gestionada de una manera que no generara tensiones geopolíticas innecesarias.

2. Expansión de la OTAN y percepción de amenazas:

Desde la perspectiva rusa, la expansión de la OTAN representa un cerco estratégico que limita su margen de acción en la región. El texto destaca la reacción de Moscú, que incluye la intervención militar en Georgia (2008) y la anexión de Crimea (2014), pero omite la voluntad de los países del este de Europa de ingresar en la OTAN para garantizar su propia seguridad, debido a su historial de conflictos con Rusia.

Si bien el expansionismo militar y la instalación de bases cercanas a Rusia pueden verse como una provocación, la respuesta militar tampoco se justifica desde la perspectiva del derecho internacional. La seguridad de un Estado no debe garantizarse a costa de la soberanía de otro, y es aquí donde el incumplimiento de acuerdos, ya sean explícitos o implícitos, agrava las tensiones.

3. La guerra en Ucrania: causas y consecuencias:

El texto presenta una visión parcial al culpar exclusivamente a EE.UU. y a la OTAN del conflicto en Ucrania, ignorando factores internos como la corrupción, la división política y las aspiraciones soberanas del pueblo ucraniano. Si bien la revolución de 2014 tuvo apoyo occidental, también respondió a una demanda popular de mayor acercamiento a Europa y rechazo a la influencia rusa.

Las acusaciones de genocidio en el Donbás y de que Ucrania provocó la guerra son afirmaciones controvertidas que requieren evidencia. Aunque hubo conflictos en el este de Ucrania antes de 2022, la invasión rusa representa una violación del derecho internacional, independientemente de los argumentos geopolíticos que la justifiquen.

4. Consecuencias del incumplimiento de tratados y un llamado a la comunidad internacional

El incumplimiento de compromisos, formales o informales, erosiona la estabilidad global. Si las grandes potencias continúan ignorando las preocupaciones legítimas de sus rivales, se incrementará el riesgo de conflictos mayores. La invasión de Ucrania no solo ha generado una crisis humanitaria de gran magnitud, sino que también ha elevado las tensiones en el sistema internacional, debilitando la confianza en las instituciones multilaterales.

El llamado debe ser a la resolución pacífica de conflictos mediante el respeto al derecho internacional, evitando intervenciones unilaterales y fomentando el diálogo entre bloques opuestos. La integridad territorial y la autodeterminación de los pueblos deben ser principios fundamentales para la paz. La comunidad internacional debe desempeñar un papel activo en la negociación de acuerdos que permitan la estabilidad sin recurrir al uso de la fuerza.

Por todo lo cual entendemos que el conflicto en Ucrania es una manifestación de la competencia geopolítica entre grandes potencias, pero su solución no puede basarse en narrativas unilaterales que justifiquen la guerra. Se debe promover una solución diplomática que respete la soberanía de los Estados, la estabilidad regional y los compromisos internacionales, evitando futuras crisis que puedan escalar a conflictos de mayor magnitud.

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