EL VENEZOLANO COLOMBIA
La migración en América Latina sigue siendo un tema de alto impacto, y Colombia se encuentra en el centro del debate tras recibir una solicitud oficial de Panamá. El gobierno panameño ha propuesto utilizar el territorio colombiano como punto de tránsito para facilitar la repatriación de ciudadanos venezolanos, una petición que el gobierno de Gustavo Petro evalúe con cautela.
La canciller Laura Sarabia confirmó que la solicitud está sobre la mesa, pero enfatizó que la prioridad de su administración sigue siendo la atención de los colombianos que regresan al país desde el extranjero. Mientras se estudia la viabilidad del pedido, las autoridades también deben definir el tratamiento que recibirán los venezolanos sin estatus regular.
La solicitud de Panamá y la postura de Colombia
El presidente panameño, José Raúl Mulino, ha hecho pública su intención de coordinar con Colombia el retorno de venezolanos, debido al creciente flujo migratorio que atraviesa el Darién. En respuesta, la canciller Sarabia reconoció la existencia de estas conversaciones, aunque aclaró que el gobierno colombiano mantiene como prioridad la recepción de sus propios connacionales.
Según la funcionaria, muchos colombianos están regresando de Estados Unidos de manera voluntaria y requieren apoyo estatal para su reinserción en el país. Además, destacó que el tránsito de migrantes a través de la peligrosa selva del Darién ha disminuido en un 60 %, lo que ha permitido a las autoridades redirigir esfuerzos hacia la gestión de quienes regresan.
Situación de los migrantes venezolanos en Colombia
El país ya alberga a una gran cantidad de ciudadanos venezolanos con estatus migratorio definido, y su integración es un compromiso asumido por el Estado. Sarabia explicó que existen dos categorías principales: aquellos que poseen permisos temporales y, por lo tanto, tienen derechos adquiridos, y aquellos que carecen de documentación, cuya situación deberá resolverse en coordinación con el régimen de Nicolás Maduro.
Mientras los primeros cuentan con ciertas garantías en materia de salud y trabajo, los segundos representan un desafío adicional para la administración colombiana. El canciller indicó que cualquier decisión sobre su permanencia o retorno deberá ser discutida con el gobierno venezolano.
Recursos y estrategias para la atención migratoria
Uno de los puntos clave en este debate es el financiamiento de las medidas migratorias. Aunque Sarabia evitó detallar cifras concretas sobre los costos asociados al posible tránsito de venezolanos por Colombia, reiteró que la prioridad del presupuesto estatal está enfocada en los ciudadanos colombianos que regresan al país.
No obstante, el canciller subrayó la responsabilidad del Estado de brindar asistencia a cualquier persona en situación de vulnerabilidad, con el objetivo de evitar que caigan en redes de explotación o actividades ilegales. “La preocupación tanto de un colombiano como de un venezolano es la atención social que se le debe brindar para evitar que se convierta en mercancía de grupos ilegales”, enfatizó.
Colombia enfrenta un dilema migratorio complejo, donde debe equilibrar su compromiso con sus ciudadanos retornados y la presión diplomática de sus vecinos. La solicitud de Panamá abre un nuevo debate sobre el papel del país en la crisis migratoria de la región y la capacidad de sus instituciones para gestionar el flujo de personas sin desatender sus propias necesidades internas.
La decisión final dependerá de acuerdos con Venezuela y de la disponibilidad de recursos, mientras las autoridades buscan evitar que la crisis migratoria derive en un problema mayor de carácter social y económico.
