EL VENEZOLANO COLOMBIA
La reciente decisión del gobierno de Donald Trump de eliminar el Estatus de Protección Temporal (TPS) para venezolanos ha generado indignación y desconcierto entre millas de migrantes que confiaban en este mecanismo para permanecer legalmente en Estados Unidos. La medida, que afecta a más de 348.000 personas, ha sido calificada como una tradición por líderes comunitarios y activistas.
Indignación y desconcierto ante la cancelación del TPS
La noticia de la revocación del TPS cayó como un balde de agua fría para la comunidad venezolana en EE.UU. En Doral, Florida, ciudad con una alta concentración de migrantes de ese país, la reacción fue inmediata. Organizaciones y ciudadanos afectados se reúnen para expresar su rechazo a la decisión.
Adelys Ferro, directora del Venezolano American Caucus, lamentó que la administración Trump haya pasado de prometer acciones contra criminales a enfocarse en los migrantes en general, sin distinción. «Nos sentimos usados, engañados», afirmó en una rueda de prensa.
Por su parte, Mayra Marchán, activista de Todos Por Venezuela, alertó sobre las consecuencias que enfrentan quienes pierden su estatus legal. «No podrán trabajar, perderán su seguro médico y temerán enviar a sus hijos a la escuela por miedo a la deportación», denunció.
La estigmatización como argumento para las deportaciones
Uno de los aspectos más preocupantes de la decisión del gobierno estadounidense es la justificación utilizada por la secretaría de Seguridad Nacional, Kristi Noem, quien argumentó que mantener el TPS para venezolanos va en contra del interés nacional, citando supuestos vínculos con organizaciones delictivas como el Tren de Aragua.
Sin embargo, los activistas han cuestionado la validez de esta afirmación. Según Ferro, solo 600 personas han sido identificadas como sospechosas de tener conexiones con el grupo criminal, ninguna de ellas con TPS. «Quienes tienen TPS han pasado por rigurosos controles de seguridad. No podemos permitir que nos estigmaticen por nuestra nacionalidad», enfatizó.
La paradoja de las «mejoras» en Venezuela
El fundamento legal del TPS radica en la existencia de condiciones que impiden el regreso seguro de los migrantes a su país de origen. En este sentido, la decisión de eliminar el beneficio ha generado controversia, pues, mientras que la administración Biden renovó el estatus bajo el argumento de una crisis humanitaria en Venezuela, el gobierno de Trump sostiene que hay «mejoras notables» en economía, seguridad y salud pública.
Sin embargo, la realidad en el país sigue siendo alarmante. Naciones Unidas estima que más de 7,8 millones de personas han migrado en la última década debido a la crisis. Además, el costo de vida sigue siendo inaccesible para la mayoría, con un salario mínimo que no cubre ni el 1% de la canasta alimentaria.
¿Qué sigue para los venezolanos en EE.UU.?
A partir del 7 de abril, los beneficiarios del TPS quedarán en riesgo de deportación, a menos que logren obtener otro estatus migratorio. Las opciones incluyen la solicitud de asilo, un proceso complejo y con altas tasas de rechazo, o la obtención de una visa de trabajo o residencia a través de otras vías.
Mientras tanto, la comunidad venezolana en EE.UU. UU. sigue en pie de lucha, denunciando lo que considera una decisión injusta y exigiendo una solución que evite que millas de familias sean separadas o forzadas a regresar a una nación que aún enfrenta una crisis profunda.
