EL VENEZOLANO COLOMBIA
La frontera entre Colombia y Venezuela, una de las más activas de América Latina, sigue siendo un punto neurálgico para el comercio y la movilidad. En este contexto, representantes de la Cámara de Comercio de San Antonio del Táchira han solicitado que los pasos fronterizos permanezcan abiertos las 24 horas del día. Este planteamiento, según los voceros gremiales, busca mejorar la dinámica económica y social en la región tras años de restricciones.
Un paso hacia la normalización fronteriza
Leonardo Méndez, vicepresidente del gremio comercial, subrayó que eliminar los horarios de cierre en los puentes internacionales que conectan al estado Táchira con el Norte de Santander sería un avance significativo. La medida permitiría agilizar el tránsito de personas y mercancías, lo que, según él, responde al aumento constante en el flujo fronterizo.
Este incremento refleja no solo la recuperación de la confianza, sino también la necesidad de una frontera más dinámica y eficiente.
Lecciones del pasado: evitar un nuevo estancamiento
Isabel Castillo, presidenta de la Cámara de Comercio de San Antonio, destacó la importancia de que los gobiernos de ambos países trabajen de manera conjunta para prevenir un nuevo cierre de la frontera. La experiencia de casi ocho años de inactividad dejó profundas cicatrices económicas y sociales en la región. Según Castillo, mantener un diálogo permanente entre las autoridades es esencial para garantizar que no se repitan los errores del pasado.
Desafíos del comercio binacional
Aunque el intercambio comercial ha comenzado a reactivarse, la balanza sigue inclinada hacia Colombia. Castillo señaló que, aunque Venezuela ha logrado algunas exportaciones, es necesario implementar estrategias que fomenten un equilibrio comercial. Esto incluye la promoción de la complementariedad económica, que permitiría aprovechar las fortalezas de cada país para generar beneficios mutuos.
Un futuro sin barreras
La propuesta de mantener abierta la frontera de manera ininterrumpida no solo busca dinamizar el comercio, sino también fortalecer los lazos entre las comunidades que viven a ambos lados de la línea divisoria. Este paso podría consolidar una visión de cooperación regional, donde las fronteras sean vistas no como barreras, sino como puentes para el desarrollo compartido.
La frontera entre Colombia y Venezuela representa una oportunidad única para el crecimiento económico y la integración social. La eliminación de los horarios de cierre en los pasos fronterizos podría marcar el inicio de una nueva etapa, donde la movilidad y el comercio binacional sean los pilares de una relación más sólida y beneficiosa para ambas naciones.