EL VENEZOLANO COLOMBIA
Venezolanos en el extranjero han salido a las calles de 60 ciudades del mundo para pedir la intervención del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en favor de los adolescentes que permanecen detenidos en Venezuela tras las controvertidas elecciones presidenciales de julio. Las protestas, organizadas por el partido Vente Venezuela (VV), buscan llamar la atención internacional sobre las supuestas violaciones de derechos humanos contra estos jóvenes, quienes, según organizaciones no gubernamentales, enfrentan acusaciones graves como terrorismo.
Protestas globales en defensa de los adolescentes detenidos
El pasado domingo, venezolanos en la diáspora llevaron a cabo manifestaciones en múltiples países, exigiendo que Unicef tome acciones más firmes para defender los derechos de los menores encarcelados en Venezuela. Ciudades de Estados Unidos, España, Italia, Suecia y otros 55 lugares fueron testigos de las protestas, donde se hicieron visibles pancartas y lemas como «con mis hijos no te metas» y «el régimen de Maduro secuestra niños».
El partido Vente Venezuela, liderado por María Corina Machado, ha sido una de las principales voces que ha denunciado las detenciones, señalando que al menos 70 menores permanecen encarcelados por razones políticas, como resultado de la represión desatada tras la reelección del presidente Nicolás Maduro.
La intervención de Unicef: una demanda urgente
El objetivo central de estas movilizaciones es hacer que Unicef, la agencia internacional dedicada a la protección de los derechos de los niños, intervenga directamente para exigir la liberación inmediata de los adolescentes. Según VV, las condiciones en las que se encuentran los jóvenes detenidos son alarmantes, y algunos han sido acusados de delitos como terrorismo, en un contexto de creciente represión política en el país sudamericano.
Organizaciones de derechos humanos como Foro Penal, que se especializa en la defensa de los llamados presos políticos, señalan que actualmente hay 68 menores detenidos, aunque las cifras varían según las fuentes. Esta situación ha generado una preocupación creciente entre los activistas y familiares de los adolescentes, quienes temen por su seguridad y bienestar en las cárceles venezolanas.
Contexto de las detenciones tras las elecciones
Las detenciones de menores y otros ciudadanos en Venezuela se enmarcan en la represión que se intensificó después de las elecciones presidenciales del 28 de julio, que resultaron en la proclamación de la reelección de Nicolás Maduro. Dichos comicios, que han sido ampliamente cuestionados y no reconocidos por varios países, desataron una ola de protestas y arrestos en todo el territorio venezolano. Según cifras oficiales del gobierno, alrededor de 2.400 personas han sido detenidas desde entonces, muchas de ellas en el contexto de manifestaciones públicas.
A pesar de las críticas internacionales y las denuncias de fraude electoral, el régimen ha mantenido su postura y continúa con la persecución de quienes se oponen a su mandato. En este escenario, los adolescentes no han sido la excepción, convirtiéndose en víctimas de un sistema que, según los manifestantes, ha vulnerado gravemente sus derechos.
La esperanza en la presión internacional
Las protestas organizadas en diversas partes del mundo reflejan el deseo de los venezolanos en la diáspora de buscar justicia para los menores detenidos. Al convocar a Unicef para que intervenga, los manifestantes esperan que la presión internacional sea un factor clave para que el gobierno venezolano libere a los adolescentes.
Vente Venezuela, a través de sus redes sociales, ha compartido imágenes de las movilizaciones, subrayando el mensaje de que la niñez no debería ser utilizada como herramienta de represión política. Con juguetes y fotos de los menores detenidos, los venezolanos en el exterior buscan visibilizar un problema que consideran urgente y que necesita la atención de la comunidad internacional.
El llamado de los venezolanos a Unicef para que interceda por los adolescentes presos políticos es un claro reflejo de la creciente preocupación por la situación de los derechos humanos en Venezuela. Las manifestaciones en más de 60 ciudades del mundo son un intento por movilizar a la opinión pública internacional y generar una respuesta efectiva para proteger a los menores. Mientras tanto, las familias de los adolescentes detenidos continúan esperando una intervención que les permita recuperar la libertad y garantizar su seguridad.