Machado a AMLO: Millones de venezolanos podrían emigrar si Maduro persiste en el poder

◉ De acuerdo con la opositora aún hay tiempo para prevenir que se desate una nueva emigración masiva de venezolanos

EL VENEZOLANO COLOMBIA

La crisis política en Venezuela continúa generando preocupación en la región, y la líder opositora María Corina Machado ha lanzado una advertencia contundente al presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador (AMLO). En una reciente videoconferencia, Machado subrayó que si Nicolás Maduro persiste en aferrarse al poder por medios coercitivos, se podría desencadenar una nueva ola migratoria de hasta cinco millones de venezolanos.

Este llamado se produce en un contexto donde México, junto con otros países latinoamericanos, tiene un papel clave en la mediación política, pero ha optado por mantenerse al margen del proceso electoral en Venezuela.

Advertencia de una crisis migratoria sin precedentes

Durante su intervención, María Corina Machado, una de las figuras más prominentes de la oposición venezolana, se dirigió directamente al presidente mexicano, enfatizando la responsabilidad que tiene su gobierno en la situación actual de Venezuela. Machado advirtió que si Maduro decide mantenerse en el poder por la fuerza, el país podría enfrentar una ola migratoria sin precedentes, con entre tres y cinco millones de venezolanos abandonando su país en busca de mejores oportunidades y seguridad.

La preocupación de Machado no es infundada. Según datos de la ONU, cerca de 7,7 millones de venezolanos ya han emigrado en los últimos años debido a la prolongada crisis política y económica que azota al país. Esta cifra podría aumentar drásticamente si la situación interna en Venezuela empeora, lo que tendría un impacto significativo no solo en los países vecinos, sino también en México y Estados Unidos, destinos principales de la diáspora venezolana.

El Papel de México en la mediación política

Machado hizo un llamado especial a México, recordando que el país tiene un «poder importantísimo» debido a su canal directo con el régimen de Maduro. A pesar de esto, el gobierno de AMLO ha optado por una postura de no intervención, criticando a la comunidad internacional por intentar involucrarse en los asuntos internos de Venezuela.

«Que no metan las manos ni las narices», dijo AMLO, en referencia a las acciones de la Organización de los Estados Americanos (OEA) que no reconocieron los resultados presentados por el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela.

Esta posición de neutralidad de México ha sido vista por muchos como una falta de compromiso con la solución de la crisis venezolana, a pesar de que el país tiene la capacidad de influir en las decisiones del régimen. Machado, consciente de este poder, instó al gobierno mexicano a asumir su «enorme responsabilidad» en la situación actual, sugiriendo que México, junto con Colombia y Brasil, podría establecer los términos de una negociación clara, firme y efectiva.

El Silencio de AMLO y la Esperanza en una Solución Regional

Hasta el momento, el gobierno mexicano ha permanecido en silencio sobre el llamado de Machado, manteniéndose firme en su postura de no interferencia. Sin embargo, la líder opositora no solo espera que México cambie su enfoque, sino que también ve en Colombia y Brasil, países con gobiernos de izquierda, aliados potenciales para presionar por una solución pacífica y democrática en Venezuela.

La crisis venezolana sigue siendo un tema de alta preocupación para América Latina y el mundo, y la advertencia de Machado resalta la urgencia de una respuesta coordinada por parte de los líderes regionales. La posible migración masiva que podría desencadenarse en los próximos meses no solo afectaría a Venezuela, sino también a los países vecinos, que ya enfrentan desafíos significativos al acoger a millones de venezolanos que huyen de la crisis.

La situación en Venezuela es crítica, y las palabras de María Corina Machado subrayan la necesidad de una acción internacional más firme. México, con su influencia diplomática, podría desempeñar un papel clave en la resolución de la crisis, pero hasta ahora ha optado por mantenerse al margen. A medida que la presión aumenta y la posibilidad de una nueva ola migratoria se convierte en una realidad inminente, la comunidad internacional deberá reconsiderar su enfoque y buscar soluciones que mitiguen el sufrimiento del pueblo venezolano y prevengan una mayor desestabilización en la región.

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