EL VENEZOLANO COLOMBIA | POR: LILLY RÁNGEL
La séptima edición de Bogotá Fashion Week (BFW) ha marcado un hito histórico y profundamente emotivo en la industria de la moda de nuestra ciudad. Por primera vez, la pasarela de BFW abrió sus puertas a los empresarios de San Victorino, un gesto que resuena con el espíritu de inclusión y democratización que la moda contemporánea debe encarnar.
San Victorino es más que un sector comercial; es un símbolo de la tenacidad y el espíritu emprendedor de Bogotá. Desde sus inicios, este icónico lugar ha sido el punto de encuentro de miles de colombianos que, con esfuerzo y dedicación, han construido un legado de comercio y moda accesible. Sus calles, llenas de color y vida, son el reflejo de la resiliencia de una comunidad que ha sabido adaptarse y prosperar a pesar de los desafíos.
San Victorino nació como un mercado popular, donde los comerciantes vendían sus productos en improvisados puestos y carpas. Con el tiempo, y a través de generaciones, se ha transformado en un epicentro comercial clave, donde la moda no solo es un negocio, sino una forma de vida. Para muchos bogotanos, San Victorino representa oportunidades, sueños y el resultado de años de trabajo arduo y perseverancia.
En cada esquina, detrás de cada tienda, hay historias de superación y esperanza. Recordamos a doña Marta, quién empezó vendiendo ropa en una pequeña tienda y hoy ve sus diseños en una pasarela de renombre, y a don Pedro, cuyo negocio familiar ha enfrentado y superado innumerables desafíos. Estas historias son el alma de San Victorino y demuestran que la moda puede ser una fuerza transformadora en la vida de las personas.
El componente [ P u e n t e ] de BFW 2024 ha sido el catalizador de este logro. Esta iniciativa buscó y logró conectar a los pequeños empresarios de San Victorino con el mundo de la alta moda, rompiendo barreras y ofreciendo una oportunidad sin precedentes para que sus creaciones fueran vistas y apreciadas por un público más amplio y exigente.
La inclusión de San Victorino en esta edición de BFW no es solo un desfile de moda; es una celebración de la economía popular y un reconocimiento a la labor incansable de aquellos que, día a día, aportan al crecimiento y desarrollo de nuestra ciudad.
Ver desfilar a estos talentosos diseñadores fue un momento de orgullo y emoción, un reflejo de la diversidad y la riqueza cultural que caracteriza a Bogotá.
Este hito no solo beneficia a los diseñadores y comerciantes de San Victorino, sino que también enriquece a la industria de la moda en su conjunto, demostrando que el talento y la creatividad pueden surgir desde cualquier rincón de nuestra ciudad. Es un testimonio poderoso de que, cuando se brindan las oportunidades adecuadas, el talento local puede alcanzar nuevas alturas.
La semana pasada, la pasarela de San Victorino no solo mostró moda; contó historias de vida, de esfuerzo y de sueños realizados. Fue una declaración de que la moda en Bogotá es inclusiva, diversa y accesible para todos. Este logro es un paso gigante hacia una industria más equitativa y representa el verdadero espíritu de Bogotá Fashion Week.
Desde aquí, aplaudimos y celebramos a San Victorino por este logro monumental. La moda en Bogotá se viste de inclusión, esfuerzo y sueños realizados, marcando un nuevo capítulo en la historia de la moda de nuestra ciudad. ¡Felicitaciones a todos los participantes y bienvenidos a un futuro lleno de posibilidades!
