Aún frente a declaraciones de un retorno de migrantes venezolanos a su país de origen, el panorama socioeconómico en Venezuela no es muy alentador y los factores estructurales de expulsión migratoria persisten.
Ante la leve reducción han surgido afirmaciones como que los migrantes venezolanos están regresando a su país de origen, que la situación en Venezuela mejoró o que la reapertura de las relaciones diplomáticas colombo-venezolanas ha contribuido a esta “nueva realidad”.
Todas estas son hipótesis apresuradas que empiezan a circular entre algunos funcionarios y a hacer eco a declaraciones similares que desde el pasado ha venido manifestando el presidente Gustavo Petro sin evidencia estadística.
¿Qué tan acertadas pueden ser estas suposiciones?
Claramente, las cifras parecen estabilizarse por primera vez desde 2017, año en el que Colombia se convirtió en el principal receptor mundial de los migrantes y refugiados procedentes de Venezuela y en el que esta población inició un proceso de crecimiento acelerado en el país:
403.702 personas en 2017;
1.174.743, en 2018;
1.771.237, en 2019;
1.729.537, durante 2020, año de la pandemia;
1.842.390, en 2021; 2
.896.748, en 2022, y
2.864.796, en 2023, según datos de Migración Colombia.
No obstante, una reducción de tan solo 1 % no es suficiente para pensar que la tendencia ha variado definitivamente en Colombia y mucho menos que los migrantes están retornando a su país, más aún cuando este dato se contrasta con la información de la Plataforma Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela (R4V), coordinada por Naciones Unidas, que en noviembre de 2023 publicó la cifra de 7.722.579 venezolanos en el mundo, la cual presentó un incremento del 26 % con respecto a 2022 (6.147.040) y del 37 % con 2021 (5.643.655).
INFLACIÓN MÁS ALTA DEL MUNDO
Igualmente, el panorama socioeconómico en Venezuela no es muy alentador y los factores estructurales de expulsión migratoria persisten. Según el Observatorio Venezolano de Finanzas, nuestro vecino continúa teniendo la inflación más alta del mundo, cerró 2023 con 193 % de hiperinflación, la cual en 2022 fue de 305 %.
Para septiembre de 2023 el salario mínimo rondaba los US$33 dólares y este solo cubría el 6,5 % de la canasta básica de alimentos; asimismo, la subsistencia de un gran porcentaje de los hogares venezolanos depende de los US$3.725 millones que ingresaron a ese país el año pasado por concepto de remesas familiares, así lo señala el informe de Desempeño Macroeconómico de Venezuela 2023 del PNUD, y los hogares que en 2022 estaban en un 50,5 % en condición de pobreza multidimensional, según la Encovi de ese mismo año.
¿HACIA DÓNDE SE ESTÁ YENDO?
Por lo tanto, si la migración ha seguido saliendo de Venezuela, pero las cifras de los migrantes con vocación de permanencia en Colombia no aumentaron en 2023, las preguntas serían: ¿hacia dónde se están yendo los migrantes?, y, ¿cómo se está reconfigurando este proceso migratorio en la región?
Al parecer las respuestas también están en los datos. La migración venezolana hacia Estados Unidos se ha incrementado de manera importante desde 2022, incluso desde ese mismo año es el tercer destino de recepción migratoria, con más de 545.000 venezolanos, después de Colombia y Perú, quedando atrás países como Chile y Ecuador, que han dejado de actualizar sus cifras en la Plataforma R4V, pero que hasta 2021 se disputaban el tercer y cuarto lugares de la lista.
Esto coincide con el hecho de que, a partir de 2021, la ruta hacia Estados Unidos por el Tapón del Darién ha tomado una relevancia sin precedentes en la región, donde desde 2012 han cruzado más de 930.000 personas de manera irregular, entre ellas 539.959 en 2023 y de las cuales 339.997 son de nacionalidad venezolana.
A pesar de las dificultades y los riesgos a los que se exponen los migrantes en este trayecto, el 35 % de ellos son mujeres y el 19 % corresponde a niños, niñas y adolescentes, según datos de Migración Colombia.
¿Qué se sabe de estos migrantes? Por ahora poco. Algunos reportes de la Plataforma R4V, de la Procuraduría General de la Nación y de las entidades migratorias de Colombia y Panamá, advierten que se trata de una población creciente.
Originaria de más de 70 países, el 63 % de Venezuela, quienes en una gran proporción migraron anteriormente hacia destinos como Chile, Perú, Ecuador, Brasil o Colombia, y tras fracasar en su proceso de integración, que en algunos casos regresan temporalmente a Venezuela para emprender meses después un nuevo proceso migratorio hacia Estados Unidos.
Se trata de cientos de miles de personas en alto grado de vulnerabilidad, que transitan por territorios y fronteras altamente inseguras en condición de irregularidad migratoria, generalmente mediados por redes transnacionales de tráfico de migrantes y trata de personas, y que requieren atención y protección por parte de los Estados.
Por eso mismo, Colombia como principal vecino de Venezuela continúa siendo el escenario en donde irrefutablemente se manifiesta una de las crisis de migrantes y refugiados más grandes del mundo.
Con más de 2,8 millones de migrantes con vocación de permanencia, más de un millón de colombianos retornados y cerca de 340.000 venezolanos en tránsito por la frontera con Panamá en 2023, el desconocer esta situación o restarle importancia no solo muestra la gran desconexión del actual gobierno con dicha realidad, también pone en riesgo el futuro de la gestión e integración migratoria en Colombia y la financiación que esta pueda recibir por parte de fondos de cooperación internacional, la cual ha sido y será determinante para la atención e inclusión de una población extranjera que no regresará a Venezuela y que ya es parte de la sociedad colombiana.
CRÉDITO: Artículo publicado originalmente en EL ESPECTADOR