EL VENEZOLANO COLOMBIA
El Padre Jesús Eduardo Villarroel, coordinador de la Red eclesial ‘Clamor’, expone la crítica situación de migrantes venezolanos, específicamente abordando la ruta marítima Carúpano-Güiria hacia Trinidad y Tobago, un viaje igualmente peligroso al temido cruce del Darién.
Travesía por el mar: Riesgos y vulnerabilidades
La zona portuaria de Carúpano, en el estado Sucre de Venezuela, es el punto de partida para la migración marítima hacia Trinidad y Tobago.
Esta ruta, especialmente peligrosa para los jóvenes, se enfrenta a serias dificultades económicas y de seguridad, siendo operada en embarcaciones inseguras conocidas como «peñeros», resultando en múltiples naufragios y tragedias con numerosas pérdidas humanas.
Servicios de asistencia a migrantes
Dos casas de paso en Güiria y Carúpano proporcionan atención especializada a migrantes. Equipos multidisciplinarios ofrecen apoyo en alimentación, hospedaje, servicios médicos, prevención de trata y programas de formación laboral para evitar la migración, especialmente de los jóvenes.
Llamados y desafíos a las autoridades
El llamado a Trinidad y Tobago se enfoca en sensibilizar ante la creciente xenofobia y fomentar la acogida de los migrantes.
Se insta a los migrantes a considerar los riesgos, mientras se hace un llamado a la Iglesia para acoger y proteger a los afectados, enfocándose en la misericordia y el empoderamiento de la población.
Ante la compleja situación de migración por la ruta marítima hacia Trinidad y Tobago, es imperativo que las autoridades, tanto locales como internacionales, se sensibilicen y tomen medidas efectivas para garantizar la seguridad y la recepción humanitaria de los migrantes. Se requiere un enfoque integral, basado en la colaboración y la acción coordinada para mitigar los riesgos y ofrecer apoyo a quienes buscan un futuro más seguro.