EL VENEZOLANO COLOMBIA
En el corazón de Cúcuta, la cafetería Las Delicias de la Niña María emerge como un símbolo de resiliencia y aprendizaje para mujeres migrantes y retornadas.
Este emprendimiento, gestado en 2021 por la Fundación Pía Autónoma Asilo Andresen, se erige como un faro de oportunidades para aquellas que buscan construir un futuro sólido en una tierra nueva.
Empoderamiento a través de la panadería
El curso, concebido como una obra social, se convierte en un refugio de conocimiento y habilidades. Ocho mujeres valientes, entre risas y aromas tentadores, se sumergen en el arte de la panadería, la repostería y las comidas rápidas.
Este proyecto se revela como un faro de esperanza para aquellas que desean emprender en la ciudad.
Un giro en la vida
Deysi Mogollón, administradora de empresas en Venezuela, vio su vida cambiar en 2017 debido a la crisis. La migración se volvió la única opción, llevándola a Cúcuta y, eventualmente, a Bogotá.
A pesar de su experiencia, la búsqueda de empleo resultó desafiante. Sin embargo, su encuentro con la Fundación Asilo Andresen marcó un nuevo comienzo.
Aprendizaje y superación
El curso, aunque desafiante, se convierte en un faro de aprendizaje. Deysi, ahora jefa de producción, destaca la amplitud del programa, que va más allá de la panadería.
La comunidad de Las Delicias de la Niña María se convierte en un espacio donde cada madre se transforma en la base para el aprendizaje continuo.
Inauguración de un sueño
En julio de 2022, Las Delicias de la Niña María abre sus puertas al público. La cafetería, ubicada en la esquina de la calle 18 con avenida 3, se convierte en un tributo a la niña María, protectora de los niños. Hoy, 40 mujeres se forman en este curso, ahora extendido para conciliar estudio y trabajo.
Del asilo a la cafetería: Un ciclo de crecimiento
Dentro del Asilo Andresen, la panadería se convierte en un espacio de enseñanza con todo el equipamiento necesario. Las actividades comienzan temprano, dando vida a creaciones como la torta de chocolate y las galletas de avena.
La cafetería se erige como un escaparate de logros, demostrando que estos espacios pueden impulsar proyectos significativos.
Fundación asilo Andresen: Un legado de cuidado y aprendizaje:
Desde 1907, el Asilo Andresen ha sido un faro de cuidado y aprendizaje para niños vulnerables. A lo largo del tiempo, la fundación ha evolucionado para afrontar los desafíos humanitarios, abriendo espacios de solidaridad y formación.
Apelando a la solidaridad
Las donaciones, vitales para el Asilo, fluyen desde la venta de pan y el Banco Diocesano de Alimentos. Aunque las donaciones han disminuido, la panadería y las contribuciones continúan. La coordinadora, Martha León Díaz, invita a empresas y personas a unirse a esta obra con donaciones y voluntariado, destacando la oportunidad de reducir impuestos.
La historia de Las Delicias de la Niña María es un testimonio de resiliencia y crecimiento. Mientras estas mujeres migrantes y retornadas amasan su futuro, se destaca la importancia de seguir apoyando iniciativas similares. Se recomienda fomentar la solidaridad empresarial y ciudadana, colaborando para mantener viva la llama del aprendizaje y la esperanza en comunidades vulnerables.
Incentivar alianzas entre empresas y la Fundación Asilo Andresen para fortalecer estos programas de formación, garantizando así que más mujeres migrantes y retornadas puedan acceder a oportunidades de aprendizaje y emprendimiento. La inversión en la educación y el apoyo continuo a estas iniciativas es esencial para construir un futuro sólido y equitativo para todos.