EL VENEZOLANO COLOMBIA | LA REPÚBLICA
Una de las grandes críticas de expertos y gremios a la reforma laboral ha sido la posible pérdida de empleos formales, en un país es el que ya se registran altas tasas de informalidad laboral. En el primer trimestre del año, casi seis de cada 10 empleados en Colombia estaban en la informalidad (58,2%) según las cifras del Dane.
En total, fueron 12,9 millones de personas las que trabajaron bajo estas condiciones, sin que se les reconocieran sus aportes a seguridad social.
Pero las cifras se agudizan si se trata de los centros poblados y rural disperso, donde la incidencia de la informalidad fue de más de 84% en el trimestre.
Sincelejo (67,4%), Riohacha (67,3%) y Valledupar (63%) son las ciudades que tienen más alto este indicador. El top cinco lo completan Santa Marta (63%) y Montería (62%). Mientras que, por el lado contrario, Manizales (32,7%), Bogotá (33,4%) y Medellín (40,6%) lideran como las ciudades con menos informalidad.
Por tamaño de las compañías, más de 85% de la población ocupada en microempresas es informal, siendo las que tienen mayor incidencia, seguida por las empresas pequeñas (23,3%).
Con el panorama del mercado laboral, expertos y gremios han alertado sobre la posible pérdida de empleos formales. El mismo Banco de la República calculó que, con el alza de los costos laborales que se plantea en el proyecto, se podrían perder más de 450.000 puestos de trabajo en un escenario intermedio.
“Puede reducir la formalidad y estimular el trabajo informal, lo que implicaría un costo significativo para el crecimiento y la productividad”, dijo el gerente general del Emisor, Leonardo Villar.
Luego de la radicación de la ponencia para primer debate, se mantuvieron propuestas como el inicio de la jornada nocturna, ahora, a las 7:00 p.m., además de aumentar los recargos de festivos y días de descanso a 100% de manera gradual.
Gremios como Fenalco y la Andi reiteraron que esta reforma cobija a quienes ya tienen empleo, pero no se ocupa de los informales y desempleados.
“Sigue siendo una reforma que profundizará los privilegios de unas minorías, creará múltiples cargos sindicales protegidos por fuero, aumentará sustancialmente los costos para los empresarios y emprendedores y conducirá a la pérdida de empleos formales, sin dar solución al desempleo y la informalidad”, dijo Jaime Alberto Cabal, el presidente de Fenalco.
Mientras que el presidente de la Andi, Bruce Mac Master, señaló que “si un puesto de trabajo formal se pierde porque se vuelve informal, estamos frente a una situación muy mala. Significa, ni más ni menos, que un trabajador pierde todos sus derechos, dejará de cotizar a pensión, no tendrá contrato formal, no tendrá cobertura de riesgos laborales, entre muchas otras cosas”.
Para Juan Camilo Pardo, analista económico de Corficolombiana, “el mercado laboral informal tiene bajos niveles de productividad, un menor capital de trabajo, social y humano. Tiene un menor acceso a los mercados de capitales, lo cual limita su capacidad de crecimiento e innovación. Realmente este es un problema de política pública que debe ser abordado”.
Juliana Morad, directora del Observatorio Laboral de la Universidad Javeriana, señaló que con esta ponencia se hicieron cambios “interesantes en brechas de participación de género, estableciendo un ranking, tanto en las empresas como los sindicatos, de participación de mujeres en órganos directivos”.