Gustavo Osuna, y las celebridades

Socio del Místico Piano Bar, pronto a inaugurarse

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Hay dichos, maneras de imponer un criterio, y no sobre la base del engaño, sino de esas formas que van poco a poco esculpiendo una imagen, una especie de leyenda urbana, una marca apodíctica, como los grandes clubes nocturnos en Nueva York, que sirvieron de disparador sonoro del jazz en diferentes décadas, y que hoy siguen guapeando ante las incontestables amenazas de la artillería pesada de las redes sociales y lo escabroso de la inteligencia artificial.

Pronto, a mediados de abril, en Coral Gables, en Miami Dade, emergerá un lugar que, no serán los legendarios Birdland y Blue Note, dos iconos de la nocturnidad y el invite musical de la ciudad más poblada de Estados Unidos, pero, de acuerdo con uno de sus accionistas, Gustavo Osuna (Maracaibo, 50 años) el cerebro de los conceptos, el sitio convocará una etiqueta social, cuya noción superará la media de los lugares que hacen todo lo posible para atraer público.

Hay que romper cierto conservadurismo local, no al punto de la transgresión. Osuna quiere que el lugar se destaque, y no sea uno más del montón, sino que disponga de un imán que sea capaz de atraer a las personas, y que cuando alguien aterrice en Miami sepa que lo espera el llamado Místico Piano Bar.

Osuna no está solo en esta aventura del nuevo espacio. Lo acompañan como socios, unas figuras notables en sus respectivos oficios, puras celebridades: los Santa Rosa, hijo y padre, Gilberto Joel y Gilberto, sí, uno de los cantantes de salsa más influyentes de la música tropical; Abelardo De La Espriella. “A sus 44 años ha consolidado una prolífica carrera como abogado, que suma el triunfo contundente en procesos de connotación nacional, con una preparación sin igual”, despeja el portal del colegiado colombiano, quien ha asistido a varios presidentes neogranadinos, “menos a Petro”, hurga Osuna; y una cuarta columna representado en otro prócer en su ámbito. Nada menos que el mejor cantante de música vallenata en la actualidad, Silvestre Dangond, el astro de Urumita, quien reside en Miami.

El piloto bartender

“Tendremos el primer karaoke piano en vivo, de Miami”, insiste Osuna, nieto de Homero Díaz Osuna, quien en el año 1965 fundó el equipo de béisbol venezolano, los Tigres de Aragua, junto a Foción Serrano, el gobernador Ildegar Pérez Segnini, y los banqueros Oscar Arteaga y Alfredo García.

Osuna estudió para ser piloto de avión comercial, y lo hizo en el Aeropuerto de Caracas, “Oscar Machado Zuloaga”, ubicado en Charallave, Estado Miranda. Allí se graduó. Al rato, en 1996, partió a Miami. “Vine a Miami a continuar los estudios, pero me llamó la atención los restoranes. Desde niño me gustaba mucho comer en la calle. Primero estuve en Alabama, luego en Miami, que es notable, ha cambiado mucho en los últimos 25 años”.

  “Me dediqué a trabajar en la noche, en el mundo de las discotecas, fui dishwasher, luego ayudante del bartender, y me dediqué a trabajar todo el tiempo en bares Más adelante me hice bartender profesional (lo ejerció durante 20 años), famoso en el Sur de Florida. Me dediqué a hacer coctelería, incluso, gané muchas competencias, premios y me dediqué a hacer coctelería. Fui uno de los pioneros: supe ahorrar dinero”.

Harris y el Flamingo

La noche, como todas las noches que van consumiendo la vida de los seres humanos, por etapas, de pronto, con esas intensas entregas, quedó atrás, y Osuna entendió que estaba pisando una edad en la que había que ajustar esa cotidianidad que las horas nocturnas machacaban con fuerza. Surge otros negocios como el Budare Bistró, una arepera con clases, sin renunciar a la venezolanidad. Fue su primer emprendimiento.

“La crecí y la vendí, y monté un sitio donde la gente va a lavar ropa con monedas, una lavandería automática. Lo asumí para mi esposa que venía del modelaje. Quedó embarazada y no pudo hacer más eso, es decir, atenderlo. Me dije, ahora, ¿qué hago con eso? Bueno, comencé a lavar servilletas, manteles a las personas que conocía, con quienes estuve relacionado mientras fue bartender. Ellos me abrieron las puertas, y todo empezó a marchar. Luego vendí la lavandería”.

A la vuelta de la esquina conoce al artista dominicano Julio Zabala, y brota el vínculo con la Scala de Brickell, y las agendas de presentaciones. Osuna seguía pisando con solidez. Gracias a su instinto, desfilan por el lugar, entre otros, desde Maluma hasta el Grupo Niche y El Sonero del Mundo, Oscar de León. A los meses, creó una pequeña oficina al lado de la Scala, y el impulso le llevó a concretar algo más demandante. “Se me ocurrió hacer un teatro”, recuerda. Y funda el Flamingo Teather Bar.  

“En ese lugar es donde se presenta George Harris (actor y periodista venezolano, un prodigio del Stand Up Comedian en la actualidad). Me lo traje de la Calle 8. Para verlo tienes que comprar las entradas, con al menos, dos meses de anticipación. También monté un bar que se llamó “El cerdito ciego”, que fue un éxito total durante cinco años. Eso fue antes de la pandemia, y ahora estamos montando el Piano Bar”.

Místico Piano Bar se estima sea un lugar exclusivo. Es el término que más menciona Osuna para referirse a su nueva entidad. Pedro Villar, un reconocido Desarrollador Inmobiliario, en Miami, fue la “persona que nos dio la oportunidad de tener este local”, reconoce. “Hemos cuidado todos los detalles. Esperemos que todo el que venga y esté en Miami, nos visite”.

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