EL VENEZOLANO COLOMBIA | CONSEJO NORUEGO PARA REFUJIADOS
La Coalición para la Defensa de los Derechos de las poblaciones Refugiadas, Migrantes y Desplazadas en América Latina y el Caribe (Coalición LAC RMD), en conjunto con organizaciones de la sociedad civil dentro y fuera de Venezuela, la Dirección General de Protección Civil y Operaciones de Ayuda Humanitaria de la Unión Europea (ECHO) y el Gobierno de Canadá, llevaron a cabo un diálogo de alto nivel en el marco de la Conferencia Internacional en Solidaridad con las Personas Refugiadas y Migrantes de Venezuela con el fin de abordar los desafíos más urgentes para mantener la atención internacional y la respuesta humanitaria en la región.
La situación actual de Venezuela ha repercutido en los flujos migratorios de la región, y sigue constituyendo una de las mayores crisis de desplazamiento en el mundo. A la fecha, cerca de 7,2 millones de personas venezolanas han salido de su país y más de 6 millones se han radicado en 17 países de América Latina y el Caribe, principalmente Colombia, Perú, Chile, Ecuador y Brasil.
Gloria García, Directora Regional de OXFAM para América Latina y el Caribe, en representación de la Coalición LAC RMD, apunta:
“En América Latina, además de la gran crisis migratoria venezolana, hay que destacar que la región afronta actualmente múltiples y variadas crisis como conflicto armado y violencia generalizada, desastres y el impacto del cambio climático, diferentes crisis sociopolíticas y flujos migratorios mixtos, además de otros factores como la alta inflación, que repercute en su crecimiento económico, en el aumento de la pobreza en la región y también en la debilidad de los sistemas de protección social que hacen más compleja la cobertura de las necesidades básicas de la población afectada y/o más vulnerable”.
Durante el diálogo, se destacó la necesidad de que la comunidad internacional redoble sus esfuerzos para apoyar la respuesta de las organizaciones de la sociedad civil, y se enfatizó la necesidad de promover una visión estratégica coherente con la realidad del contexto dentro de Venezuela y en los países de tránsito y acogida, para fortalecer la coordinación a nivel regional, nacional y local.
Asimismo, se destacó que cientos de miles de personas que viajan en condiciones inseguras enfrentan graves riesgos de vulneraciones de sus derechos, e incluso la muerte, requieren una mirada diferenciada que permita responder mejor a sus necesidades específicas, en función de su origen, orientación sexual, edad y género, entre otros.
Carmen*, migrante venezolana de 16 años señala:
“Mi mayor preocupación es no poder llegar a los Estados Unidos y no tener un futuro. Yo en Venezuela estudiaba, pero por razones de la economía tuvimos que migrar a otro país a buscar un mejor futuro, porque con el dinero no alcanzaba para comprar los alimentos ni sostenernos nosotros.
El camino ha sido terrible, duro, si no tenías para pagar te mataban ahí. Nos hemos enfermado, hemos tenido peligro y todo eso, entonces ha sido muy difícil para nosotras, y más si somos mujeres. Y yo sentía que no podía más y sentí rendirme, no quería seguir, no quería seguir, quería devolverme. Yo no se lo recomendaría a nadie y mucho menos a un adolescente que yo sé que va por el peligro”.
“Pienso que nosotras las mujeres adolescentes estamos en crisis, porque ahorita existe mucho peligro, pero yo pienso que deberíamos como que nosotras mismas cuidarnos, uno tiene que pensar que si uno quiere algo tienes que hacerlo bien.
Yo quería para mi futuro un buen trabajo y que quería ser criminalística, quería ser una criminalista reconocida. Yo me siento bien de haber salido de Venezuela porque sé que más adelante me espera algo mejor y a mi hermana también”, agrega.
PROMOVER ACCIONES ESTRATÉGICAS
La Coalición LAC RDM hace un llamado a los Estados, comunidad internacional, organizaciones multilaterales y a las Naciones Unidas, dirigido a promover acciones estratégicas que aumenten la visibilidad de las crisis en la región y en Venezuela, que articulen las respuestas humanitarias dentro y fuera del país, que atiendan las necesidades humanitarias y acciones de tipo Nexus que fortalezcan la integración de la población refugiada y migrante, y la resiliencia de las comunidades.
También recomienda mejorar la forma de participación de las organizaciones de la sociedad civil y aumentar el financiamiento directo, particularmente a las organizaciones nacionales y locales y establecer un proceso colectivo y participativo con las agencias de Naciones Unidas con una ruta de trabajo para identificar soluciones a los desafíos de las estructuras de coordinación existentes y proponer nuevas articulaciones que respondan de manera oportuna a las nuevas dinámicas fronterizas y ante las crisis súbitas por desastres.
Finalmente, hace un llamado a aumentar el financiamiento y su transparencia, asegurando más fondos para responder a las necesidades dentro y fuera de Venezuela, a través de proyectos multipaís y multianuales, incluyendo un mecanismo adecuado de rendición de cuentas.
