EL VENEZOLANO COLOMBIA | EL NUEVO HERALD
La dirigente opositora María Corina Machado ha repuntado en los últimos meses en las encuestas que miden la popularidad de la oposición venezolana, dejando muy atrás a los dirigentes que tradicionalmente han encabezado el movimiento.
Pero si se quiere tener una verdadera idea de las simpatías que ha estado generando de cara a las primarias de la oposición, no hay más que acompañarla cuando llega a las alcabalas de la Guardia Nacional en sus frecuentes viajes por carretera a lo largo y ancho del país.
“En las alcabalas, llámese de la Guardia Nacional o llámese de la policía, ahí arrasamos”, dijo Machado en una entrevista. “Son los guardias y los agentes de policía (al servicio del régimen) los que manifiestan respaldo. La gente está desesperada por un cambio total y real”.
Años de deterioro económico han dejado al régimen de Nicolás Maduro sin piso político para permanecer en el poder más allá del ejercicio de la represión. Sectores que en el pasado le dieron respaldo han comenzado a unirse a los opositores en anhelar mejores tiempos para Venezuela. Y para muchos, Machado es la persona que podría encabezar las fuerzas del cambio.
Conocida por mantener una posición dura cuando otros opositores preferían maniobrar con cautela para no ofender al régimen, Machado actualmente disfruta de una popularidad envidiable, acumulando el 71.1% de la intención de voto de las primarias opositoras previstas para octubre, según una encuesta divulgada en febrero por la firma Meganalisis.
Y los números de Machado continuaron en alza a lo largo del presente mes, dijo Ruben Chirinos, presidente de Meganalisis.
“María Corina Machado es la que se encuentra en la posición más privilegiada en el terreno preelectoral, ya que posee una importante y abierta correlación positiva entre intención de voto y rechazo entre los precandidatos”, dijo Chirinos.
Es una tendencia que la diferencia de los otros dirigentes que aspiran convertirse en el candidato presidencial de la oposición que enfrentaría al régimen en unas eventuales elecciones a ser sostenidas el próximo año, dijo Chirinos. Los opositores Henique Capriles, Manuel Rosales, Juan Guaidó, y Delsa Solorzano, por ejemplo, tienen correlaciones negativas — es decir, sus números de rechazo están por encima que sus números de aprobación.
Machado emerge en la delantera de la oposición venezolana en momentos en que el liderazgo tradicional del movimiento atraviesa por una profunda crisis de confianza. Castigados por los fracasos del pasado, los jefes de los principales partidos enfrentados al régimen socialista de Caracas actualmente acumulan índices de impopularidad similares a los del gobernante Nicolás Maduro.
Los números que acumula Machado sugieren que ella ganaría con facilidad una elección primaria de ser realizada el próximo fin de semana, pero la dirigente es la primera en insistir en que la lucha por el poder en Venezuela no se gana con solo sacar el mayor número de votos.
El régimen de Maduro es “un sistema criminal, totalitario, que está dispuesto a todo por permanecer en el poder. Aquí nadie se chupa el dedo, en los planes del régimen no está entregar el poder en unas elecciones limpias y libres”, dijo Machado.
“Yo no he cambiado un ápice de mis premisas”, dijo, al reiterar su posición de que en Venezuela no hay salida electoral. “Yo no confundo los fines y los medios. El fin es sacar, deslazar al chavismo del poder y construir una Venezuela con unos pilares republicanos, democráticos muy sólidos”.
Su participación en las primarias obedece a la necesidad de reconstruir el liderazgo opositor, pero Machado dijo que su objetivo final no es convertirse en la nueva jefa de la oposición venezolana. “Yo quiero ser presidente de Venezuela. Esta lucha la estamos dando para ganar y para cobrar”.
Para Machado, el cambio de liderazgo de la oposición es fundamental para poder salir del régimen, ya que han sido las deficiencias dentro de la máxima dirigencia lo que ha conducido a una cadena de errores y fracasos de la oposición.
Esas deficiencias en el liderazgo no han permitido coordinar las acciones de las fuerzas internas y externas del país dentro de una sola estrategia a ser cumplida de manera disciplinada y precisa para salir de Maduro, dijo.
Pero adicionalmente, es necesario construir el nuevo liderazgo, para que “no se desvíe, que no flaquee antes las presiones y las tentaciones del sistema” construido por el régimen.
“Estas son las razones por las que el país siente un profundo distanciamiento, desconfianza hacia una dirección política que ha estado allí durante más de 20 años arrogándose la representación de la oposición”, advirtió.