EL VENEZOLANO COLOMBIA | LA VOZ DE GALICIA
Más de siete millones de venezolanos han dejado su país en los últimos ocho años huyendo de la crisis económica, política y social. La gran mayoría de ellos, seis millones, se han establecido en otros Estados de la región latinoamericana, que han invertido, durante años, parte de su presupuesto en acoger a los recién llegados.
Y no todo es gasto, según un informe publicado recientemente por el Fondo Monetario Internacional (FMI), sino todo lo contrario: varios países de la región podrían ver como su PIB crecer hasta 4,5 puntos hasta el 2030 gracias a la llegada de trabajadores extranjeros, sostiene la institución con sede en Washington. La migración venezolana, sin precedentes a nivel latinoamericano, y que a nivel mundial llega a superar a la proveniente de Siria, no es homogénea y ha tenido diferentes oleadas.
La primera, iniciada hace una década, fue protagonizada por profesionales de un nivel adquisitivo superior. A ellos les siguieron los jóvenes universitarios de clase media, y a partir del 2021, comenzaron a llegar a los países, la mayoría sudamericanos, personas con ingresos bajos y de nivel educativo inferior. La acogida e integración de todas esas personas ha llegado a costar casi medio punto del PIB anual al principal país de acogida, Colombia, y un 0,3 % a otras naciones de gran afluencia como Ecuador y Perú.
Destaca especialmente el caso del país vecino de Venezuela. Colombia ha recibido a dos millones de venezolanos, dando permisos de trabajo a la práctica totalidad de los mismos y llegando a invertir 600 dólares por cada inmigrante en el 2019, el principal año de llegada, para atender cuestiones relativas a salud, vivienda, empleo, educación y cuidado de menores.
El FMI, sin embargo, asegura que el coste de integrar a los inmigrantes se reduce con el tiempo, a medida que se integran en la fuerza laboral, y acaba produciendo importantes beneficios a medio plazo en cuestiones de productividad y crecimiento, produciéndose un incremento de la fuerza laboral y un mejor alineamiento del capital humano de los extranjeros y sus puestos de trabajo.
Parte importante de los venezolanos, además, llegan a crear empresas. El Observatorio de la Diáspora Venezolana asegura que el 20 % de quienes emigran son emprendedores, el 14 % estudiantes y el resto empleados. Se nota, por ejemplo, en las calles de cualquier barrio de una gran ciudad colombiana. Los inmigrantes han abierto tiendas de abasto, talleres, peluquerías o negocios de reparación de productos electrónicos, entre muchas otras actividades, destacando también las tecnológicas.
PAÍSES CON MÁS MIGRANTES VENEZOLANOS
Los países que se ven más beneficiados son aquellos que reciben a los emigrantes venezolanos más cualificados con respecto a la población local. Perú tendría un crecimiento de hasta 4,5 puntos porcentuales de su PIB hasta el 2030 gracias a la llegada de venezolanos; Colombia podría alcanzar los 3,7 puntos, y Ecuador y Chile, 3,5 y 2,5, respectivamente.
Para ello, esos países deberán, según el FMI, continuar apoyando a los inmigrantes con medidas como la exención de visado o el acceso a servicios sociales, aspectos que Colombia ha continuado fomentando, mientras otros han puesto trabas o se plantean hacerlo.
La emigración de venezolanos se ralentizó durante el 2020 y el 2021 por la pandemia de coronavirus, pero ahora se ha reactivado, a pesar de la mejora económica en el país de origen —Venezuela crecerá más de un 17 % este año, después de haberse dejado el 75 % del PIB entre el 2013 y el 2021— y la cifra total de emigrantes podría superar los 8,5 millones en el 2025. Una parte importante de esa nueva ola de migración, eso sí, se dirige a EE.UU. y también a España.
El FMI no arroja datos de cómo afectará económicamente su llegada a nuestro país, que ya acoge a 410.000 venezolanos, cuando hace una década eran apenas 60.000. De ellos, 5.000 son médicos y 7.000 arquitectos e ingenieros.