Muere Darío Pérez-Flores: cinético venezolano en París

◉ Parisiense desde 1971, y próximo a sus compatriotas venezolanos Soto y Cruz-Díez, fue como ellos un adepto del cinetismo

EL VENEZOLANO COLOMBIA | ABC

Nacido en Valera, en el estado andino de Trujillo, y fallecido en su París adoptivo (hemos sabido la noticia por su amigo Ben Amí Fihman, también afincado allá), Pérez-Flores se formó (1956-1961) en la Escuela de Artes Plásticas Arturo Michelena de Valencia, la capital del estado Carabobo, para posteriormente estudiar Literatura (1965-1969) en la Universidad de Caracas, cuyo campus, la gran obra de Carlos Raúl Villanueva, está poblado de murales y esculturas de artistas como Calder, Léger, Baltasar Lobo, Vasarely o los venezolanos Cruz-Díez o Soto. El aprendiz de artista se decantó finalmente por la escultura. Sus primeras obras en metal datan de 1961. Posteriormente pasó a emplear principalmente el plexiglás.

Su hermano Rafael, pintor geométrico, fue quien le animó a venirse a Europa. Si aquél expuso en 1969 en la Galerie Suzanne Bollag de Zúrich, donde frecuentaba a Max Bill y a Lohse, Darío lo haría dos años después, cuando ya llevaba uno en París. Entre 1971 y 1973 amplió estudios en Vincennes con Frank Popper, el principal teórico del cinetismo; el venezolano siguió toda la vida en contacto con el historiador checo-francés, que le hizo participar en algunas de las exposiciones que montó en el centro de Marcigny que lleva su nombre.

Ya en 1972, y ya cinetista, Pérez-Flores participó en el Salon des Réalités Nouvelles, principal plataforma parisiense de la geometría. Su primera individual allá tuvo lugar en 1974 en la Galerie du Haut Pavé, espacio católico cerca de Notre Dame. A partir de 1981 la marchand del venezolano sería Denise René, la galerista op y cinética por excelencia. Gracias a ella, en 1982 figuró obra suya en la primera edición de Arco, como sucedería en varias ocasiones más.

Relieves, columnas, móviles, y piezas con motores, coexisten en el universo plástico de este artista pulquérrimo, riguroso y sensible. Durante la década del ochenta se sucedieron sus ‘Prochromatiques’. Gran intensidad y dinamismo cromático, y un sistema formal entre op y minimal, son los rasgos definitorios de su poética, vecina a la de sus compatriotas y amigos Soto y Cruz-Díez. Presente en 1981 en la colectiva ‘Forme, lumière et mouvement’ en el Palais des Congrès de Marsella, en 1986 fue uno de ‘Los Americanos’ enseñados en Artcurial por Thessa Herold.

Estos últimos años lo han expuesto otras dos salas parisienses, Meyer Zafra, y Marc Hachem. En Sâo Paulo, Eliana Benchimol. En Caracas, Monitor. En Zúrich, La Ligne. En Vicenza, Valmore. También hizo muestras tripartitas con sus hermanos, el ya mencionado Rafael, fallecido en 2001, y Jorge, escultor que firmaba Zerep, fallecido en 2012. Su hermana Iriam, artista textil, completa la saga. Entre nosotros, en 2007 y 2008 Pérez-Flores participó en sendas colectivas cinéticas palmesanas. Entre las pinacotecas con obra suya, el Museo de Bellas Artes y la Galería Nacional de Caracas, el Musée d’Art Moderne de Paris, y el MACLA de La Plata.

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