En su informe tituladoRebeldes y paramilitares: la guerrilla colombiana en Venezuela, la fundación Insight Crime reveló que las guerrillas colombianas han sido bien recibidas en Venezuela, al menos desde 1998. Pero, desde la desmovilización de las FARC, en 2017, la presencia de los grupos al margen de la ley en Venezuela se intensificó: hoy tienen allí sus base de operaciones.
Ahora, dice el informe, las disidencias de las FARC y el ELN controlan las rutas del narcotráfico, las operaciones de minería ilegal y otras economías criminales en Venezuela. Además, sus filas están llenas de reclutas colombianos y venezolanos; han creado redes de apoyo en diferentes poblaciones del país y hasta son la autoridad de facto en muchos territorios desatendidos por el Estado.
“Venezuela es para ellos un santuario estratégico y están llevando a cabo la revolución que nunca pudieron hacer en Colombia”, dijo el investigador Luis Trejos con respecto al ELN.
El informe de Insight Crime indica que el proceso mediante el cual las guerrillas se volvieron binacionales comenzó en 2002, con “una campaña militar sin precedentes ordenada por el expresidente Álvaro Uribe y financiada por Estados Unidos”, se lee en el informe.
La fundación asegura que la presión militar “empujó” a los rebeldes hacia Venezuela, en donde encontraron no solo un refugio, sino a un aliado en Hugo Chávez, con quien no solo compartían “puntos de vista políticos, sino también enemigos: el gobierno derechista de Colombia y su patrocinador, Estados Unidos”. Pero, tras la firma del Acuerdo Final de Paz, en 2016, con las FARC, los grupos armados se volvieron “verdaderamente binacionales”, cuando las disidencias se fueron al vecino país.
Habla de varios frentes de las disidencias que se asentaron en estados venezolanos, como el Acacio Medina, el Frente 10 y la denominada Segunda Marquetalia. También menciona que el proceso de paz con las FARC fue una ocasión que aprovechó el ELN para dominar territorios que antes estaban en manos de la desmovilizada guerrilla.
En Venezuela, así como en Colombia, los grupos armados han aprovechado la extrema pobreza y el abandono estatal para reclutar nuevos integrantes. “Vienen ofreciendo no charlas políticas, sino dinero y comida, que son escasos en Venezuela. La gente es susceptible a eso, y dice ‘no voy a recibir ninguna ayuda del Estado venezolano y me voy a morir de hambre, así que mejor me voy con esta gente’”, le dijo un trabajador de derechos de humanos del estado de Amazonas a Insight Crime.
Además, el informe revela que los grupos armados se presentan como defensores del régimen de Nicolás Maduro y la revolución bolivariana de Hugo Chávez, según le revelaron a los investigadores de la fundación pobladores locales.
Según aseguró Insight Crime, estos grupos armados tendrían vínculos con políticos locales para poder operar con tranquilidad en los territorios venezolanos. Dice el informe que aquellas alianzas se han puesto de manifiesto desde 2021, y pone de ejemplo la elección del gobernador de Táchira, en la que ganó Freddy Bernal con intervención del ELN.
“Hacían reuniones para organizar a la gente para que votara por Bernal, siempre hablaban de que la gente tenía que votar por el “comandante Bernal”, le dijo un funcionario municipal a la fundación.
El informe también asegura que los grupos armados son socios comerciales de elementos del Estado venezolano, sobornan a funcionarios para traficar droga impunemente.
Por otra parte, los grupos armados colombianos colaborarían con las fuerzas armadas venezolanas, a tal punto de convertirse en “fuerzas de choque” o quienes realizan “el trabajo sucio del gobierno”, por lo cual Insight Crime se pregunta “¿Son insurgentes o paramilitares progubernamentales?”.
“En 2020, el ELN se unió al ejército (venezolano) para enfrentarse a los Rastrojos, un sucesor criminal de los grupos paramilitares de derecha de Colombia.”, indica el informe. “En Venezuela, el ELN es un grupo paramilitar, no una insurgencia armada. Allí apoyan al gobierno, mientras que aquí en Colombia luchan contra él”, le dijo Trejos al portal.
El informe sugiere que los grupos armados tendrían más intereses en negocios que cercanía ideológica con el régimen venezolano. Por eso, compara al actuar de las guerrillas colombianas en Venezuela con el fenómeno del paramilitarismo en Colombia, y concluye que esos grupos armados son la principal amenaza a la seguridad de ambos países.