EL VENEZOLANO COLOMBIA | VOA
Después de que los presidentes de Colombia y Venezuela designaron nuevos embajadores ante lo que parece un inminente restablecimiento de relaciones diplomáticas y comerciales, la semana pasada funcionarios gubernamentales y empresarios de ambos países se reunieron en Cúcuta, Norte de Santander, para promover la integración fronteriza.
En 2015 el presidente Nicolás Maduro ordenó el cierre de los pasos fronterizos formales argumentando razones de seguridad, y desde entonces, el impacto sobre los habitantes de esas comunidades fronterizas ha sido devastador. Ahora, se muestran atentos ante la apertura de la frontera, a “corto plazo” y bajo condiciones de “legalidad y seguridad”, de acuerdo al ministro de Comercio Industria y Turismo colombiano, Germán Umaña.
En entrevista con, Carlos Fernández, presidente de la Federación Venezolana de Cámaras de Comercio y Producción (Fedecamaras), que reúne a las entidades económicas gremiales privadas integradas por empresarios de Venezuela, se refiere a las expectativas del sector y responde a inquietudes sobre el complejo contexto que atraviesa el país.
– ¿Cuáles son las expectativas de los empresarios venezolanos respecto al restablecimiento de las relaciones comerciales con Colombia a propósito de la reciente reunión en la frontera?
Es un viejo anhelo, no solamente del sector empresarial sino de la sociedad venezolana en general. La prioridad es facilitar el paso de personas; en segundo lugar, el tema del restablecimiento de relaciones consulares por el mismo tema humano. Hay más de dos millones de venezolanos que viven en Colombia y un número importantísimo también de colombianos en Venezuela que necesitan el apoyo de sus oficinas consulares.
Tenemos que entender que las relaciones comerciales y el aspecto humano tienen que estar por encima o más allá de los vaivenes de la relación política, de la relación diplomática, porque el intercambio comercial existe para satisfacer necesidades de las personas.
Nuestra expectativa es que la apertura venga acompañada de una profundización en la institucionalidad que rige la relación comercial, ahora apenas es complementario en el marco del Aladi (Asociación Latinoamericana de Integración). En la medida en la que le demos una mayor profundidad a la institucionalidad, estamos seguros que va a haber mayor formalidad, mayor profundidad en el intercambio comercial, mayor estabilidad y seguramente también mayor equilibrio.
Tenemos que manejar con prudencia las expectativas porque hay muchas que hay que conversar. Es importante recordar que la frontera tiene 7 años cerrada, es mucho tiempo.
En siete años en Venezuela hubo una debacle económica, hoy en día la economía es muchísimo más pequeña, el consumidor venezolano tiene un perfil muy distinto al que tenía antes del cierre de la frontera y en tercer lugar la capacidad importadora de Venezuela tampoco está en su mejor momento. Las cuentas externas, producto de la caída de la economía y de las importaciones petroleras, no nos da la capacidad que teníamos en el pasado.
– ¿Cuáles son los retos de los empresarios venezolanos tomando en cuenta la posición de los empresarios en Colombia, donde hay garantías y las industrias no tienen que preocuparse por fallas eléctricas, por ejemplo?
Nuestro gran problema es recuperar la productividad que está severamente afectada por muchos temas, entre esos los que usted mencionó, la falta de servicios públicos confiables. Pero también estamos muy golpeados en la productividad por la caída de la escala y de la masa crítica de las empresas, a veces, necesaria para poder operar y eso es lo que nos atrae de la apertura con Colombia.
Si se hace en términos de apertura amplia, estás incorporando un mercado de 50 millones de habitantes, una economía mucho más grande con un poder de consumo mayor que el que tienen los veintitantos millones de habitantes que consumen en Venezuela. Eso tenemos que verlo como una oportunidad para precisamente trabajar en la recuperación de la productividad.
Los esquemas internacionales prevén las excepciones precisamente para cuando una economía de un Estado miembro con el que se tiene el acuerdo sufre de debacle económica, hay algunas excepcionalidades. Quizás haya que aplicar algunas excepcionalidades temporales para el caso venezolano, pero en general el libre comercio les trae beneficios a los consumidores, pero también es un ejercicio responsable y por eso mencionaba nuestro interés en que se cree una mayor institucionalidad.
– En Venezuela, en los últimos meses, se ha manejado una narrativa sobre que el país “se arregló”, generando interminables debates en redes sociales. En las principales ciudades se ve un cambio en comparación con el momento más álgido de la crisis. ¿Cuál es la posición de Fedecamaras en ese sentido?
Decir que el país se arregló es un poco irónico, para mi tiene algo de sorna, de burla. Yo creo que el país tiene enormes dificultades y una enorme desigualdad y creo que está lejos de decir que se arregló. Los países no se arreglan solos. Ahora, nosotros los ciudadanos, los empresarios sí estamos haciendo todo nuestro esfuerzo para arreglarlo y no cejamos en nuestro empeño para seguir buscando soluciones que ayuden a arreglar el país.
Yo creo que la recuperación, tenue, pero recuperación al fin de la economía privada del año pasado es mucho mejor que seguir cayendo. Hoy en día el primer semestre del año se muestra una recuperación de 10 puntos del PIB en general, el sector privado un poco menos, en 7,6% pero al fin y al cabo es una recuperación, no es una caída.
Eso yo creo que hay que celebrarlo y que hay que estimularlo porque por lo menos en la economía privada el actor fundamental de esa recuperación ha sido el ciudadano, el pequeño comerciante, todos, cada uno en sus puestos de trabajo, buscando la manera para resolver las enormes dificultades que tienen.
Gracias a la dolarización y al renacimiento del crédito comercial es que hemos logrado mantener ese dinamismo. Sabemos que no hay financiamiento, que es un elemento fundamental para una recuperación más vigorosa, pero sí estamos en un proceso de recuperación. Creo que hay un proceso de reformas muy importantes en curso que han entendido que son los trabajadores y los empresarios los protagonistas de la recuperación económica y de la reconstrucción material del país.
– ¿Cómo avanza la construcción de puentes con el gobierno en la búsqueda de soluciones a la crisis que vive Venezuela?
Es un acercamiento y un trabajo, yo diría que importante y, en muchos casos, hasta fecundo. Nuestros sectores tienen una comunicación, unos más que otros, con los ministros. Nuestras Fedecamaras regionales tienen una comunicación importante con los gobernadores, con los jefes militares de la zona, nuestras cámaras de base en muchas ciudades tienen un trabajo permanente y constante con sus alcaldes y concejos municipales tratando de implementar soluciones.
En todos esos espacios se ve que hay una actitud favorable a la empresa privada. Han entendido que la empresa privada es un agente de cambio y de movilidad social, han visto que la empresa privada es parte de la solución y no del problema.
Nos gustaría mostrar más logros, pero reconstruir una confianza después de tantos años de diatribas, de tanta confrontación no es sencillo, siempre queda la sombra de la duda. Hay personas, en ambos lados, con la misma posición que se tenía antes de este esfuerzo de construcción de canales de acercamiento. Todo lo que sea espacios de encuentro, de búsqueda de soluciones, los miembros del sector empresarial, todos los que forman parte de esta institución, siempre están presente a participar en esos espacios y en esos encuentros.
– El gobierno de EEUU insiste en que mantendrá las sanciones hasta tanto no haya un proceso de negociación “de buena fe “por parte del gobierno. ¿Cuál es su opinión respecto a todo este proceso de negociación?
Fedecamaras probablemente ha sido la institución que públicamente más se ha expresado en pro de los procesos de México. Así como decíamos anteriormente que participamos en todos los espacios de encuentro, igualmente celebramos que esos espacios se den entre los actores políticos y entre los diferentes actores sociales.
Nosotros hacemos votos porque realmente se reencuentre el camino de la negociación. Entendemos que las negociaciones han continuado en Venezuela, quizás no con la formalidad de todas las delegaciones, pero que ha habido encuentros puntuales y hacemos votos porque se logren esos avances que de alguna manera permitan que EEUU aplique flexibilidad o levante algunas sanciones que nos permita volver a reinsertarnos en el mercado petrolero y en la actividad petrolera que es tan fundamental para apuntalar las exportaciones venezolanas y en general la economía del país.