EL VENEZOLANO COLOMBIA | EFECTO COCUYO
Los migrantes y refugiados venezolanos “se han convertido en objetivos principales para el reclutamiento de grupos armados, a menudo, más que los jóvenes colombianos pobres al carecer de recursos y de residencia o estatus de protección temporal”, concluye Crisis Group en su más reciente informe.
La organización no gubernamental, dedicada a la prevención y resolución de conflictos armados, afirma que los venezolanos están en gran peligro de caer en las garras del crimen organizado, por lo que insta al gobierno colombiano a mejorar su protección y ayudarlos a acceder al mercado laboral formal.
“El reclutamiento forzoso de ciudadanos colombianos y venezolanos ha ido en aumento desde 2017 y más notablemente después de que comenzó la pandemia de Covid-19. La sed de los grupos armados por la expansión territorial y mayores ingresos ha impulsado la búsqueda de absorber más personal”, señala el reporte.
Los grupos armados, entre los que figuran las disidencias de la guerrilla y otras bandas, atraen a los reclutas venezolanos con pagos únicos, comida y alojamiento en las zonas rurales.
Mientras que las pandillas urbanas se han centrado en los migrantes desesperados, muchos de los cuales duermen a la intemperie. “Se estima que el 16 % de las personas sin hogar en Colombia son venezolanos”, dice el reporte.
Según Crisis Group, algunos migrantes “ofrecen mano de obra barata como luchadores callejeros, narcotraficantes y sicarios”.
Una trabajadora social en Bogotá, que colaboró con la investigación, dijo que las pandillas usan a los migrantes y refugiados como “carne de cañón”, una tendencia que muestra el creciente número de venezolanos asesinados en la capital.
El número de migrantes asesinados cada año ha pasado de uno en 2016, a 72 en 2019 y 109 en 2021, lo que significa que el porcentaje de venezolanos asesinados es mayor al porcentaje que representan de la población de Bogotá.
“Son peones que usan las pandillas para tener más poder y desplazar a la competencia”, confirmó un funcionario estatal.
“O seguía o moría”
Un venezolano de 24 años, entrevistado por Crisis Group en una celda de la policía, fue reclutado a mano armada en el Bajo Cauca por los Caparrós, un grupo criminal que surgió de las antiguas fuerzas paramilitares.
El grupo le prometió un salario mensual de 800.000 pesos colombianos ($200 dólares) y permiso para visitar a su familia después de ocho meses. Recibió un corte de pelo, una rasurada, un uniforme, un lanzagranadas M79 y fue enviado de inmediato a una zona de conflicto sin ningún tipo de entrenamiento.
Durante siete meses, soportó humillaciones y golpizas periódicas. Nunca recibió el pago prometido y participó en enfrentamientos en los que perdió a un amigo venezolano. “O seguía o moría”, dijo. “Decidí seguir, para encontrar una salida”.
Después de desertar, ayudó al ejército a encontrar armas escondidas, pero posteriormente fue detenido por posesión de armas de fuego y desde entonces lleva 21 meses en la cárcel.
Otro caso documentado es el de una adolescente venezolana de 14 años que se fugó en Norte de Santander luego de ser reclutada por el Ejército Popular de Liberación, grupo armado dedicado en gran parte del narcotráfico.
Fue entregada por autoridades judiciales a una casa de acogida en el mismo departamento a cargo del instituto Colombiano de Bienestar Familiar. Posteriormente, hombres armados la encontraron y la mataron.
Trata de personas
De acuerdo con Crisis Group, los migrantes y refugiados se han convertido en un foco importante para las redes del crimen organizado y las mujeres jóvenes, incluidas las menores, son víctimas de trata de personas y explotación sexual.
“Los grupos criminales pueden reclutar mujeres y menores ofreciéndoles trabajos en restaurantes u hoteles antes de forzarlas a la explotación sexual y retener sus pasaportes, a menudo diciendo que divulgarán fotos comprometedoras a los miembros de la familia para asegurar el cumplimiento. También pueden amenazar con secuestrar a los hijos de las mujeres. Bajo presión, las víctimas pueden eventualmente convertirse en reclutadoras, tratando de atraer a otras mujeres”, señalan el informe.
Uno de los puntos donde ocurre el reclutamiento es junto al puente Simón Bolívar, que es el cruce fronterizo más concurrido, en un área llamada La Parada.
Recomendaciones
- La organización hace algunas recomendaciones para prevenir el reclutamiento forzoso de migrantes venezolanos por parte de grupos armados y criminales:
- Migrantes venezolanos deben recibir información y apoyo desde su llegada a Colombia para ayudar a evitar que tengan problemas. El gobierno debería poder orientarlos hacia actividades seguras y productivas.
- Autoridades colombianas deben tomar mayores medidas para proteger a las víctimas de trata y sobrevivientes de explotación sexual. Deben ofrecerles oportunidades para escapar de sus abusadores y también brindarles apoyo médico y psicológico.
- Dado que muchos venezolanos no regresarán a su patria, es fundamental que se les permita acceder al mercado laboral formal. Esto representaría un paso significativo para garantizar que no sean tan vulnerables al reclutamiento por parte de grupos delictivos.
- Una vida más segura para los venezolanos en Colombia también dependerá de mejorar los lazos entre los dos países. Una mejora en las relaciones diplomáticas rotas parece mucho más probable bajo la presidencia de Gustavo Petro.