EL VENEZOLANO COLOMBIA
Desde que comenzó a caminar, los papás de Esther notaron que algo no estaba bien. La pequeña parecía padecer de problemas de vista: además de estrabismo, quedaba claro que la niña también tenía hipermetropía.
Pero sus papás, Yarelis y Carlos, quienes llegaron a Colombia desde el norte de Venezuela a mediados de 2019, no tenían cómo conseguirle la atención médica que necesitaba. Tras su llegada a Arauca, ciudad colombiana en la frontera con Venezuela, la familia había pasado enormes dificultades económicas, alojándose temporalmente con familiares, sin tener una vivienda o un trabajo estables.
En Venezuela Yarelis había trabajado en una empresa como analista contable. Pero sin papeles, no le quedaba más remedio que aceptar trabajos esporádicos, vendiendo sandalias. Desafortunadamente, sin ingresos estables, ella y su esposo no podían llevar a Esther, de 3 años, al médico para que le revisaran los ojos.
Estaban desesperados cuando, a principios del año pasado, supieron del Estatuto Temporal de Protección. Anunciada por el Gobierno de Colombia en febrero de 2021, la medida brindaría el Permiso de Protección Temporal, o PPT por sus siglas, regularizando a la población venezolana en el país por un período de diez años.
LOGRARARON REGISTRARLA
Yarelis y Carlos se registraron de inmediato y luego, con la ayuda de ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, lograron registrar a la pequeña Esther. Aunque la pareja sigue esperando que le salga el permiso, Esther ya ha recibido el suyo.
ME SIENTO MÁS SEGURA
“El documento da acceso a muchas cosas”, comenta Yarelis con una sonrisa. “A la niña ya la inscribí en la entidad promotora de salud. Esta semana voy a pedir la cita para su tema de la vista. Eso me tiene muy tranquila porque la salud es muy importante. Me siento más segura”.
Como Esther, más de 473.000 personas provenientes de Venezuela han recibido su PPT hasta la fecha, regularizando su situación en Colombia y accediendo a derechos y servicios esenciales. Además de abrirles el acceso al mercado laboral formal y a la salud pública colombiana, el documento permite el acceso también a la justicia – un derecho fundamental, dice Ronal Rodríguez, investigador y vocero del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario.
“En el pasado, una persona venezolana que quería elevar una denuncia no podía hacerlo porque no tenía un documento de identidad. Eso lo tenía bloqueado el ciudadano venezolano en Colombia. Y el acceso a la seguridad, el acceso a la justicia, son características muy importantes. Obviamente, el ETPV pone una barrera a esa dinámica”, dice Rodríguez. “Hay organizaciones que aprovechan la condición de los ciudadanos venezolanos para contratarlos y no pagarles. El ETPV permite una línea de protección básica”.
Para Mileidi, recibir el PPT le ha cambiado la vida. Mileidi huyó de Venezuela y para entrar a Colombia tuvo que cruzar por una trocha porque no tenía documentos.
En Maicao, la ciudad fronteriza por la que ingresó al país, fue hospedada temporalmente y recibió apoyo psicosocial de emergencia en el Centro de Atención Integral, un albergue temporal del ACNUR. Allí, con sus necesidades básicas cubiertas, tuvo la oportunidad de explorar sus talentos, como su don de cantante. Inclusive, fue invitada a presentarse, el pasado mes de junio, en el concierto de conmemoración del Día Mundial del Refugiado y el Desplazado, ante el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi, y la Ministra Encargada de Relaciones Exteriores, Adriana Mejía.
Sin embargo, ni el concierto se pudo comparar con la emoción que sintió cuando recibió su Permiso por Protección Temporal.
“Cuando me dieron el permiso, salté, lloré, fue una gran emoción tener en mis manos este documento”, recuerda Mileidi, quien con resiliencia y determinación está reconstruyendo su proyecto de vida. “Colombia es mi refugio ahora.”
“El PPT me ha cambiado la vida, porque ahora me siento libre”, dice, añadiendo que “ahora estoy regular y no voy a tener tantas complicaciones. Ya no voy a tener que exponerme a peligros”.
“El permiso es una puerta abierta para vivir en paz, para que los venezolanos podamos trabajar y aportar a la sociedad”, concluye Mileidi, con una sonrisa.
◉ Con información de Acnur