EL VENEZOLANO COLOMBIA | INFOBAE
Tras las violentas protestas en la ciudad chilena de Iquique contra la migración ilegal, en la que se quemaron colchones y pertenencias de venezolanos, la oposición que lidera Juan Guaidó instó este domingo a los países de América Latina a seguir el ejemplo de Estados Unidos, Colombia, Ecuador y Brasil, donde se desarrollan diversos programas para la regularización e inserción social y económica de migrantes venezolanos.
La petición fue lanzada por la ex diputada Olivia Lozano a través de su cuenta de Twitter, donde recordó que la solución no está en expulsar migrantes que se vieron obligados a abandonar su país a consecuencia de la crisis.
“Los gobiernos latinoamericanos saben que la solución no está en expulsar a los migrantes. Ellos se han visto en la necesidad de migrar como consecuencia de una crisis humanitaria espantosa, sin referente en el continente, generada por el régimen criminal de Nicolás Maduro”, escribió Lozano.
En esa línea se pronunció David Smolansky, comisionado de la Secretaría General de la OEA para la crisis de migrantes y refugiados venezolanos: “Es inaceptable esta manifestación en contra de migrantes y refugiados que huyen de la emergencia humanitaria compleja más grande del hemisferio occidental. Los venezolanos huyen de su país, no lo hacen voluntariamente. Sus derechos deben ser garantizados para estudiar y trabajar”.
MARCHA «NO MÁS ILEGALES»
El pedido de la oposición se da dos días después de que en la ciudad chilena de Iquique se desplegara un amplio operativo para desalojar un campamento de unos cien migrantes, entre ellos varios venezolanos, que dormían en Plaza Brasil de la localidad, lugar en el que se asentaron hace meses fruto de la crisis migratoria.
Según la Policía de Investigaciones (PDI) de Chile, entre enero y julio de este año se registraron 23.673 denuncias por ingreso al país a través de pasos no habilitados, un 40% de todo 2020.
Tras el desalojo, este sábado se realizó una marcha contra la migración irregular en este mismo poblado chileno. En el evento había banderas de esa nación y carteles que rezaban “No más ilegales”.
La marcha contó con alrededor de 5.000 asistentes, según fuentes policiales, quienes manifestaron su rechazo a la ola migratoria que por estos días tiene a la zona norte de Chile en crisis por el colapso de algunos espacios públicos.
Ante este hecho, Lozano insistió en la necesidad de que los países de la región repliquen políticas que permitan a los migrantes desarrollarse y tener una actividad productiva en el país al que lleguen.
Asimismo, recordó que “es obligación de los estados promover programas de educación a sus ciudadanos que combatan los actos discriminatorios y xenófobos, y a su vez promuevan los valores de la diversidad, la tolerancia, la igualdad y la equidad”.
No obstante, subrayó que “toda solución definitiva pasa por la impostergable decisión de acabar con la dictadura de Nicolás Maduro en Venezuela”.
Por su parte, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) manifestó este sábado su “preocupación por las situación de cientos de niños inmigrantes en el norte de Chile luego de que una marcha terminara con la quema de pertenencias de personas extranjeras”.
“UNICEF manifiesta su preocupación por la situación que están viviendo niños, niñas y adolescentes inmigrantes en Iquique y pide al Estado garantizar y proteger sus derechos, cumpliendo de esta manera con los tratados internacionales suscritos por el país”, señaló la organización internacional en una declaración.
El relator especial sobre los derechos humanos de los migrantes de la ONU, Felipe González, también se pronunció sobre los hechos conocidos en Chile y calificó como una “inadmisible humillación” el ataque incendiario contra las pertenencias de las personas inmigrantes.
“El discurso xenófobo, asimilando migración a delincuencia, que por desgracia se ha ido volviendo cada vez más frecuente en Chile, alimenta esta clase de barbarismo”, afirmó.
A la fecha son alrededor de 3.500 migrantes -según algunos vecinos- los que se encuentran varados en las calles de Iquique, gran parte de ellos luego de haber ingresado a Chile por pasos no habilitados en la frontera y cruzar la ruta hacia la costa.
La mayoría llega desde Venezuela buscando una oportunidad en Chile, pero entre las restricciones sanitarias, la política migratoria y su escasez de recursos económicos quedan atrapados sin poder continuar el viaje por el país, durmiendo en albergues o en campamentos improvisados en las calles.