La pobreza golpeó mucho más a los migrantes venezolanos en Bogotá

• El director del Dane, Juan Daniel Oviedo, explica qué hay detrás de la pobreza multidimensional

EL VENEZOLANO COLOMBIA | EL TIEMPO

El director del Dane, Juan Daniel Oviedo, explica qué hay detrás de la pobreza multidimensional en Bogotá, que cerró en 7,5 por ciento en el año 2020.

La migración venezolana y su alto nivel de vulnerabilidad habrían incidido en las cuentas.

¿Qué es la pobreza multidimensional y cómo se mide?

Cada año hacemos una encuesta, en este caso son 88.000 hogares en todo el país, para poder conocer qué condiciones tienen de salud, educación, vivienda, trabajo y bienestar de la niñez y la juventud, y ver un índice de privaciones. Hoy, 9’049.050 personas viven en pobreza multidimensional (PM) en Colombia. Se busca tener un enfoque de pobreza de derechos, es decir, definir cuál es el portafolio que debemos llevar todos como ciudadanos para poder ejercer plenamente la ciudadanía: un acceso a la educación, a la salud, un trabajo digno y, sobre todo, unos niños y niñas que en su primera infancia accedan al cuidado.

¿La pandemia empeoró esta situación en el país y particularmente en Bogotá?

La pandemia generó en Bogotá dos situaciones cruzadas. La primera: en materia de salud evaluamos la situación de que si yo necesito acceder al sistema de salud, porque me siento enfermo, pueda hacerlo a través del sistema oficial. Eso mejoró, las barreras de acceso disminuyeron. Pero, por otro lado, hubo un retroceso asociado con la inasistencia escolar. Es decir, algunos niños o niñas no contaban con las herramientas habilitadoras en sus hogares para poder gozar efectivamente de la continuidad del sistema educativo durante la pandemia.

¿La pobreza en Bogotá también crece por la migración venezolana?

Exactamente. Crece en la medida en que la participación de la población migrante venezolana en ciudades como Bogotá, Barranquilla, Cúcuta no solamente está asociada a una condición de migrante económico, es decir, no solamente tenemos a las personas que están viniendo a buscar un trabajo, sino que desde mediados de 2019 y a lo largo de la pandemia se dio una recomposición de los hogares de los migrantes venezolanos en donde ellos trajeron a sus hijos menores de edad, a sus familiares cercanos.

Es decir, encontramos una mayor fracción de población económicamente dentro de la estructura de la población migrante, mientras que para el resto de la ciudad no vemos ese tipo de dependencia. Los 9 millones de personas en PM en Colombia residen en 2,36 millones de hogares, de los cuales el 11,7 por ciento tiene al menos una persona venezolana.Y en el caso de Bogotá, esa participación es mucho más alta: es del 13,37 por ciento.

Y, en la incidencia de PM, vemos diferencias. En Bogotá, pasamos del 7,1 al 7,5 por ciento de PM en la población (general) que reside en la zona urbana. Pero, para la población migrante venezolana, el efecto de pandemia fue más fuerte: para las personas que residen en hogares donde al menos hay un migrante venezolano en 2019, la incidencia de la PM era 21,1 por ciento y hoy es 35,2.

¿Cómo le va a la mujer en los indicadores de PM?


En las cabeceras municipales de todo el país, veíamos que la incidencia de la PM era del 10,5 por ciento en hogares cuando el jefe es un hombre, y en el 15,2 por ciento la jefatura del hogar está ejercida por una mujer. Esa brecha se mantiene de manera estable para el caso de Bogotá. En Bogotá, la incidencia más importante del enfoque diferencial es el rol de la población migrante venezolana.

De las 15 variables que mide el índice, Bogotá desmejoró en 10. Preocupa mucho el tema de educación…

Bajo la presencialidad, apenas el 1 por ciento de los hogares tenían al menos un niño por fuera del sistema educativo; ahora estamos viendo que esa privación se multiplicó por seis. Si bien estaban estudiando, no contaban con las herramientas habilitadoras que les permitían acceder a la oferta flexible que su sede educativa estaba desarrollando. Seguramente todavía existen hogares donde no hay conexión a internet o no hay dispositivos como un computador para conectarse

¿Cómo miden el empleo y el trabajo informal?

La informalidad, en esta aproximación, es cuando una de las personas del hogar está trabajando, pero no está afiliada a seguridad social. En Bogotá, en el 54 por ciento de los hogares al menos una persona trabajaba y no estaba afiliada a seguridad social. Aquí tuvimos un incremento de 5,8 puntos porcentuales. Es una señal de cómo el mercado laboral y la empleabilidad en Bogotá debido a los confinamientos y a las medidas de protección sanitaria se afectaron de forma drástica y afectaron de forma significativa a los jóvenes y afectaron actividades económicas de muchas personas que estaban asociadas o muy cerca de estar vinculadas con la informalidad.

¿Estas cifras de pobreza explicarían la inseguridad en los centros urbanos?

Es un elemento complejo y, evidentemente, las situaciones de vulnerabilidad económica dentro de la teoría del crimen tienen unos componentes importantes, pero también hay unos elementos institucionales. Acá no lo miramos, porque acá solo estamos viendo lo que sucede en el hogar. En percepción de inseguridad, vamos a otras estadísticas.

Ese ciudadano que está en PM, lo primero que dice es que ‘Bogotá está muy cara’… ¿Lo está?

Sí. Bogotá tiene un comportamiento en ese ciclo de inflación relativamente cercano al promedio nacional, cuando Bogotá era una ciudad mucho más competitiva. Por ejemplo, toda la mayor resiliencia que puede tener en el sector productivo y formal se manifiesta también en el traslado de sobrecostos. La informalidad, si bien no es recipiente, transmite más fácilmente los sobrecostos al precio final. Lo mismo sucede con el transporte informal en algunas localidades de la ciudad.

Otro lector pregunta: ¿qué solución se propone para superar la pobreza?

Puedo hablar desde las herramientas estadísticas: hay que usar esa información. Esa información tiene un nivel de detalle, lo difícil es lograr que una autoridad departamental vea esta tabla y defina acciones específicas. Uno de los elementos más importantes que tiene el país en este momento es contar con una información robusta, desagregada, sensible al género: hemos sido muy insistentes en que sea sensible al género y que incluya a la población migrante venezolana. Estos resultados, que yo sé que son tristes para muchos mandatarios, al mismo tiempo deben ser un orientador para desarrollar acciones efectivas, sobre todo focalizadas en cada una de las dimensiones que planteamos.

Si usted fuera alcalde, ¿para superar estos temas se enfocaría en el empleo?

Creo que sí y, sobre todo, Bogotá tiene una oportunidad, y lo digo desde el conocimiento estadístico, y es la fuente inconmensurable de información que se encuentra en la Encuesta Multipropósito que estamos haciendo en este momento con la Alcaldía. Conocer el tejido empresarial de la ciudad y promover que ese tejido empresarial sea un generador de formalidad es un elemento muy probable desde la evidencia, y desde la información en la ciudad es clave. Bogotá sí requiere una atención muy importante en el tema del empleo, porque todos somos conscientes de que Bogotá aportó una muy buena cantidad de personas en situación de pobreza monetaria y esa pobreza monetaria requiere empleo, obviamente, apoyado en ayudas institucionales, pero en esencia de empleo para poder ampliar la cerda de empleabilidad que tenía la ciudad antes de la pandemia.

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba
Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos y para mostrarte publicidad relacionada con sus preferencias en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos de navegación. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad