Médicos venezolanos en el exilio, la oportunidad de ejercer lejos de casa

• En Argentina hay unos 1.720 médicos que llegaron de Venezuela a partir de 2016. De ellos, cerca de 1.300 trabajan en su profesión y unos 250 lo hacen en zonas rurales del país, donde suele haber una falta de profesionales en este sector. Para muchos representa una oportunidad dorada, cuando otros profesionales se deben emplear en un sinfín de oficios ante la imperiosa necesidad

EV COLOMBIA | FRANCE24

«El tráfico», le responde con una risa el doctor Luis Torres, mientras conduce su auto, cuando se le pregunta qué le gusta del lugar. «Me encanta que no hay». Difícil que haya tráfico en Bayauca, una pequeña localidad de menos de 800 habitantes a la que llegó hace unos dos años y que tiene apenas unas pocas calles. Hoy Torres dirige el centro de salud del pueblo, que se encuentra a 300 kilómetros al oeste de la capital argentina, Buenos Aires, en el centro de la provincia de Buenos Aires, en una región eminentemente rural. 

El centro de salud está en los márgenes de Bayauca y no es extraño que al terreno en el que está emplazado entre alguna vaca o ternero a pastar. Es un edificio de una planta, bien equipado, incluso con consultorio odontológico, para cuando hay visita de ese profesional, tiene adosado en su parte posterior la vivienda de Torres. 

Nunca hasta llegar a Bayauca había vivido en un ámbito rural.»Me costó la adaptación por lo menos los primeros dos o tres meses, porque bueno, tal vez no tengo la facilidad de salir corriendo a comer a la hora que quiera», confiesa. «No, acá después de la una de la tarde hasta las cinco es que empiezan a abrir todas las cosas».  Y aún no se ha acostumbrado al acento argentino. «Hay cosas que todavía no termino de comprender y me cuesta», dice.

De todos modos, a la hora de echar cosas de menos, lo que le falta realmente es la familia (casi toda fuera de Venezuela, excepto por un abuelo): «Todos los días los extraño horriblemente, porque estamos separados desde hace mucho tiempo también, pero uno se toma, lo digo de manera muy personal, como si fuesen unas vacaciones, no sé si eternas, pero por ahí pega menos, o duele menos».

«Es como tener a hermanos tuyos cerca»

Torres migró en 2017 desde Venezuela, donde se formó en la Universidad Rómulo Gallegos. Primero vivió en la Ciudad de Buenos Aires, y trabajó en otras cosas mientras esperaba completar el trámite para convalidar su título: conductor de Uber, repartiendo volantes, en mueblerías. Tuvo el apoyo de la Asociación de Médicos Venezolanos en Argentina (ASOMEVENAR), que se formó en 2018 a partir de un encuentro en una plaza y un grupo de WhatsApp. Eran 100 profesionales; hoy son 1.720. «Más allá de que Argentina nos ha recibido y todo, encontrarte con colegas tuyos también es lindo», dice Torres. «Es una sensación que no sé cómo explicarla, pero es como tener a hermanos tuyos cerca». 

La presidenta de ASOMEVENAR es la doctora Indira Acosta. Ella vive en la ciudad de Buenos Aires, y combina su trabajo con las gestiones para ayudar a sus colegas venezolanos. La principal dificultad que enfrentan tiene que ver con la demora en los trámites de convalidación de sus títulos. «Es variable el tiempo, no sabemos más o menos el tiempo que puede ser, pero en eso se puede tardar entre tres meses a un año el trámite», le explica Acosta a France 24 en Español.

De todos modos, la urgencia sanitaria causada por la pandemia de Covid-19 llevó a que el Gobierno, mediante el decreto 260/2020 (válido al menos hasta fin de 2021), permitiera a los médicos extranjeros trabajar sin haber convalidado sus títulos en Argentina. Fue así, dice Acosta, que «muchos hospitales, tanto provinciales como municipales, de provincia de Buenos Aires y de provincias alejadas, tomaron médicos venezolanos para llenar esos espacios donde había falta de recursos».

Pero Torres viajó a Bayauca cuando todavía no había pandemia, gracias a que a través de ASOMEVENAR supo de una iniciativa para que médicos venezolanos fueran a trabajar a zonas rurales. Antes de que él llegara, el pueblo estuvo nueve años sin un profesional a cargo del centro de salud, luego pasaron por allí dos médicos que no duraron demasiado, y una tercera que sigue trabajando, pero a tiempo parcial. 

«Que estuvo un venezolano, que hizo las cosas bien, y que hizo cambios para bien, que dejó huella»

«Lo de los médicos argentinos está más que demostrado que no les gusta salir afuera, a los pueblos, y se concentran todos en la ciudad, en los grandes centros médicos», le dice a France 24 en Español Enrique René Santiago, paciente del centro de salud. «El doctor Luis ha sido muy bienvenido, es muy querido por todo el pueblo, muy buena persona, están todos muy contentos con la atención de él y nosotros más que agradecidos, porque tenemos un buen médico».

Tener un médico a cargo del centro de salud a tiempo completo ha significado un cambio radical para los habitantes del lugar, como le dijo a este medio María Isabel Caminos, una vecina de Bayauca: «Yo tengo una historia personal muy fea: mis padres murieron sin asistencia médica. ¿Cómo no vamos a querer a esta criatura, digo yo? Porque él se brinda con toda el alma a sus pacientes».

El sentimiento es mutuo, dice Torres: «Yo estoy agradecido obviamente, porque para un pueblo tampoco es fácil adaptarse a un médico que viene de otro país, con otras costumbres». Para él es fundamental dejar un recuerdo fuerte, dure lo que dure su presencia en Bayauca: «Que estuvo un venezolano, que hizo las cosas bien, y que hizo cambios para bien, que dejó huella».

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