EV COLOMBIA | EL ESPECTADOR
El alcalde de Medellín, Daniel Quintero, le dio un mensaje al país que está generando una gran confusión. Ayer, en horas de la tarde, entregó unas declaraciones sobre la situación del coronavirus en su ciudad que crearon gran preocupación entre padres de familia.
Sin tener ninguna prueba hasta ahora, Quintero dio a entender que creía que en la capital antioqueña estaba circulando una nueva cepa del coronavirus que sería “tres veces más difícil de controlar” y que tendría “mayor afectación”. Además, aseguró con desparpajo, que estaría “afectando a los más jóvenes”.
En palabras textuales, aseguró que el virus “viene afectando de forma diferente a las personas de lo que se evidenciaba en periodos y picos anteriores de la pandemia. Antes no se afectaban los niños como se están afectando ahora”, insistió. Y, como ejemplo, expuso el caso de siete niños que se encuentran hospitalizados por COVID-19 en Medellín.
“Cuatro niños tienen un año de edad. Tenemos un niño que tiene dos años, otro que tiene cinco años y uno que tiene seis años. Tres de estos niños están en Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) intubados, y cuatro están en hospitalización”, alertó el alcalde. “Mi llamado es al cuidado máximo, porque no sabemos todavía si estamos o no enfrentándonos a una nueva cepa, pero lo que estamos viviendo hoy no lo estábamos viviendo antes”, insistió.
Como era de esperarse, sus declaraciones se volvieron noticia. “Medellín está en alerta por siete niños en estado grave por COVID-19”, “Siete niños están hospitalizados por COVID-19 en Medellín, tres de ellos en UCI”, titularon algunos de los medios más populares del país.
Sin embargo, Quintero omitió una serie de puntos fundamentales en sus declaraciones que, como sucedió en nuestra sala de redacción, pusieron con los pelos de punta a padres de familia que ahora se cuestionan sobre la seguridad de sus hijos y sobre si deben seguir enviándolos al colegio.
No hay duda que tener siete niños graves por COVID-19 en Medellín es lamentable, pero no es útil dar declaraciones sin ponerlas en contexto. Como explica Nicolás Ramos, médico pediatra y ex presidente de la Sociedad Colombiana de Pediatría, el comportamiento de COVID-19 en niños en este momento es el mismo que se ha presentado a lo largo de la pandemia. “La línea de incidencia y de prevalencia en niños es idéntica. No han cambiado las curvas. No hay que hacer terrorismo porque haya niños infectados ni angustiarse”.
A lo que se refiere Ramos es que la proporción entre adultos y niños con coronavirus no ha variado en ningún momento y se ha mantenido igual a lo largo de la pandemia. “No hay ningún pico ni está desbordado el COVID-19 en la población infantil. La línea de contagios en pediatría es la misma. Lo que sucede es que si hay más adultos infectados, pues habrá más niños, pero en una misma proporción. No hay que alarmarse, pero por eso es importante el autocuidado”, explica.
Para comprender mejor este punto, basta con observar esta gráfica compartida por el intensivista pediatra Pablo Vásquez-Hoyos. En ella se observa, como él mismo explica, que la proporción de niños en relación a los adultos contagiados se mantiene en el promedio histórico del departamento. Como mencionaron todos los expertos, si hay más adultos contagiados, habrá también más niños contagiados. Además, el país atraviesa por un nuevo pico de contagios, en especial, en regiones como Antioquia.
“Desde el principio de la pandemia sabemos que a los niños les da COVID-19, pero les da de manera menos frecuente y más leve. Eso ha sucedido en todo el mundo, y el comportamiento de Colombia se ha mantenido así. Representan entre el 7% y 9% de los casos totales. Al mirar las estadísticas en Antioquia, observamos que han representado un 6%, lo cual se sigue manteniendo. Solo que hay más casos en adultos, pues hay más casos en niños. Pero no se debe a una supuesta mutación del virus ni a que sea más agresivo. Eso no se ha descrito en ninguna parte”, asegura por teléfono Vásquez-Hoyos.
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