Esta pandemia que nos ha perseguido históricamente y creíamos sometida por el afán democrático de los venezolanos ,reapareció el 4 de febrero del 92 y aunque usted no lo crea, desde Yare le indicó a Caldera que no aceptaba amnistías y aconsejado sabe Dios por cuál maquiavélico “Mujiquita“, dijo que solamente saldría a la calle por sobreseimiento de su causa.
Ya libre y sin responsabilidades legales, aquel que asaltó infructuosamente el poder el 4 de febrero del 92, -hecho público, notorio y comunicacional- con balance de muertos, heridos y daños materiales a particulares y edificaciones públicas, reiteró el 26 de marzo de 1994, al diario “El Globo de Caracas:” Y nosotros vamos al poder por las buenas o por las malas, pero vamos al poder. Así se ratificaba su obsesión y fijación de la captura personal del mando supremo, al costo que fuera.
A “tirarse una parada”, vieja y maligna consigna de las montoneras venezolanas que concluían con jefes y familiares “nuevos ricos” y el tesoro público arruinado y la nación endeudada.
LA HIPÉRBOLE TRÁGICA DEL PAÍS
Aquellos polvos trajeron “estos lodos”. Ya en trance de muerte dejo a Maduro en el poder y el discípulo ha cerrado la hipérbole trágica de un país de emigrados, con una economía tambaleante, Merced al previo colapso de la industria petrolera, el caos agrícola con las expropiaciones y el fin de las empresas manufactureras. Colapso aparte la desaparición del Bolívar como moneda nacional, los servicios públicos ruinosos, las empresas básicas cerradas y la dilapidación del Arco Minero.
Las violaciones de derechos humanos, los presos políticos civiles y militares, estos últimos los más numerosos en las cárceles y enfermos de diversas patologías han llevado a sus perseguidores a la Corte Penal Internacional precedidos de la calificación de sus actos como crímenes de ”lesa humanidad“ y por lo tanto sin prescripción posible.
La situación nacional, otra vez más producto del caudillismo perverso y ramplón, exige la unidad de todos los venezolanos. El 12 de Diciembre de 2020, la Consulta Popular promovida por las organizaciones civiles al Presidente (e) Juan Guaido y a la legítima Asamblea Nacional indicó claramente el rumbo de la nueva Unidad Nacional. La comunidad internacional nos acompaña y la ética de la historia nos respalda: no a los caudillos y al caudillismo; si a la Democracia.
Elecciones libres, verificables y CNE autónomo nos llevarán a la sustitución de la usurpación y a una Asamblea Nacional electa sin tutelaje ni subordinación. Libertad para todos los presos políticos civiles y militares..!