Una alarmada Bogotá se prepara para el confinamiento por barrios por la covid

• El secretario de Gobierno, Luis Ernesto Gómez, anunció que Usaquén, Suba y Engativá, 3 de las 20 localidades que conforman la ciudad, entrarán en una cuarentena de dos semanas, hasta el 18 de enero

EL VENEZOLANO COLOMBIA

Alarmada por la alta ocupación de las unidades de cuidados intensivos (UCI) para covid-19 y por la velocidad de los contagios, la Alcaldía de Bogotá se prepara para confinar a partir del martes a 2,5 millones de personas que viven en tres zonas del norte y el noroeste de la ciudad.

La capital colombiana, el principal foco de contagio en el país, tiene 480.219 casos confirmados de coronavirus, de los cuales 38.433 siguen activos, mientras que 9.981 personas han fallecido y hay pacientes en 1.362 de las 1.752 UCI habilitadas para atender la pandemia, es decir una ocupación del 77,7 %.

Por eso, el secretario de Gobierno, Luis Ernesto Gómez, anunció que Usaquén, Suba y Engativá, 3 de las 20 localidades que conforman la ciudad, entrarán en una cuarentena de dos semanas, hasta el 18 de enero, con el objetivo de «salvar vidas» y «garantizarle a todos los bogotanos el acceso a los servicios hospitalarios».

PREOCUPACIÓN POR LA OCUPACIÓN DE LAS UCI

El secretario de Salud de Bogotá, Alejandro Gómez, manifestó que la ciudad de más de 7,5 millones de habitantes está viviendo la segunda ola de la pandemia y que el confinamiento por zonas busca evitar que vuelva a tener una ocupación de las UCI superior al 90 %, como ocurrió a finales de julio.

Sin embargo, la vicepresidenta de la Federación Médica Colombiana, Carolina Corcho, explicó a Efe que si bien esas son las cifras que maneja la Alcaldía, los informes que les llegan desde los hospitales es que hay «un número considerable de pacientes en servicios de urgencias esperando durante dos, tres o cuatro días para ser trasladados a UCI».

«No se entiende por qué el sistema de información muestra que hay unas 80 camas UCI disponibles y, sin embargo, los pacientes no están accediendo. Para nosotros es una contradicción, un cuello de botella que hay que aclarar», expresó.

Es por ello que el Colegio Médico de Bogotá pidió hoy que sea declarada la alerta roja y hospitalaria en la ciudad, pues según denuncia, 23 de las 60 instituciones de salud con UCI ya tienen una ocupación del 100 % en estas camas.

CONFINAMIENTO Y SUSPENSIÓN DE ACTIVIDADES

El secretario de Gobierno, quien está como alcalde encargado de la capital colombiana por las vacaciones de la mandataria Claudia López, detalló que con este nuevo confinamiento habrá restricción de la movilidad y prohibición total de actividades entre las 8 de la noche y las 5 de la mañana y que cerrarán todos los comercios no esenciales.

Están exentos los establecimientos de abastecimiento de alimentos, las farmacias y los que venden artículos de primera necesidad. Tampoco se permitirá el comercio de bebidas alcohólicas los fines de semana.

Solo podrán salir de sus casas aquellos ciudadanos que presten servicios de salud públicos y privados; quienes cuiden de adultos mayores, menores de edad, personas dependientes, enfermos o discapacitados, y los que trabajan en el cuidado del orden público, la seguridad y la atención sanitaria.

Ante estas medidas tomadas por la Alcaldía de Bogotá, el viceministro de Salud, Luis Alexander Moscoso, manifestó que Colombia vive «las consecuencias de un diciembre muy difícil, en el cual un porcentaje de la población no acogió las recomendaciones» de autocuidado y distanciamiento social.

«Estamos tomando medidas, haciendo ajustes, trabajando con las entidades territoriales para buscar la mejor alternativa de este aislamiento selectivo, buscando la medida propia para cada ciudad y para condición», expresó.

INCERTIDUMBRE MÉDICA

La doctora Corcho señaló que la Federación Médica Colombiana recibe con optimismo estas medidas, pero cree que para que sean efectivas debe haber una política de renta básica para quienes dejarán de trabajar durante estas dos semanas.

«Hay un desgaste de la economía, de las familias, de la pequeña y mediana empresa, y estas propuestas, en la medida en que se vayan ampliando, si no se acompañan de esas políticas de subsidios y renta básica pueden generar un rechazo de la ciudadanía», expresó.

En ese sentido, María Martínez, propietaria de un restaurante de Suba, manifestó a Efe su preocupación porque sus empleados se verán perjudicados por el nuevo confinamiento.

«Hay que acatar las medidas porque es por el bien de todos. De todas maneras, para nosotros es muy difícil porque los pequeños comerciantes no tenemos ninguna ayuda de nada», dijo.

La comerciante contó que durante la primera cuarentena, que empezó el 20 de marzo de 2020 y se prolongó por seis meses, tuvo dificultades porque se vio obligada a turnar a sus empleados «para que todos tuvieran su oportunidad con uno o dos días de trabajo porque no somos una empresa grande y no los podíamos sostener a todos».

«Otra vez se van a quedar sin nada. Me preocupan, más que yo, las personas que trabajan conmigo», expresó.

PRUEBAS PCR PARA VIAJEROS INTERNACIONALES

Además de Bogotá, otras regiones colombianas también han empezado a imponer restricciones más fuertes a los ciudadanos para tratar de mitigar la pandemia que en el país deja hasta el momento 1.675.820 contagiados y 43.965 fallecidos.

El viceministro Moscoso manifestó hoy a medios locales que desde ahora las autoridades también pedirán la prueba PCR con resultado negativo a quienes entren a Colombia y que «quienes lleguen al país sin ella, podrán practicársela y guardar aislamiento hasta conocer el resultado, que debe ser negativo para retomar actividades».

En diciembre pasado un ciudadano presentó una acción de tutela (recurso de amparo) para exigir que el resultado negativo de la prueba PCR volviera a ser requisito para ingresar a Colombia por vía aérea, pues el Gobierno había retirado esa medida semanas antes, y un juez le dio la razón.

La doctora Corcho considera que esta medida nunca debió retirarse porque «es un mínimo de cerco epidemiológico en un país como Colombia que está haciendo menos pruebas de las que debería».

«Esa es la realidad que tenemos ahora y en ese sentido tenemos que retomar algo que el Gobierno y el Ministerio de Salud no debieron abandonar», apostilló.

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