EV COLOMBIA | VOA
Colombia es uno de los países de América Latina con más población de migrantes venezolanos, que abandonaron su país ante la situación generada por el régimen de Nicolás Maduro. Un éxodo que sigue creciendo y que exige más de los países receptores de refugiados y migrantes para 2021.
Para finales del año 2020, se estima que cerca de dos millones de personas de nacionalidad venezolana habrán ingresado a Colombia. La mayoría de estos migrantes llegan cargados de metas que en naciones como Colombia, no son difíciles de satisfacer, pero que en Venezuela son casi imposibles de conseguir. Una de ellas es no pasar más hambre.
“Pasamos semanas de hambre, mi familia tuvo que vivir una situación bien dramática. Yo tengo tres hijos y esposa, de verdad que pasamos muchas cosas, y bueno, se le agua a uno los ojos recordando”, cuenta Hernado Sanjuán, migrante venezolano.
Las autoridades colombianas prevén que el reto en materia de seguridad migratoria crecerá en 2021. La tecnología, será un gran aliado para superar este desafío.
“Se adjudicó el contrato para identificación biométrica. El 2021 será un año muy fuerte donde nos dedicaremos a todo el proceso de otorgamiento de identidad biométrica a la población migrante”, dice Francisco Espinosa, director de Migración Colombia.
Colombia ha experimentado en los últimos años un fenómeno migratorio sin precedentes en la historia del país, como consecuencia de la crisis venezolana. Por eso, para el gobierno colombiano se ha convertido en una prioridad brindar estabilidad al migrante y a las poblaciones receptoras.
“Continuaremos con mecanismos de regularización, de flexibilización y de protección. Este es un Gobierno que entiende perfectamente el drama que representa o que adolece o que tienen estos migrantes, dado un régimen dictatorial. Por eso seguiremos con un absoluto apoyo y la búsqueda de inclusión financiera, económica, de protección en salud y los avances en educación. Esa es, sin lugar a dudas, la agenda 2021 que seguiremos trabajando”, expresó Francisco Espinosa, director de Migración Colombia.
HACER VIDA EN OTROS PAÍSES NO ES NADA FÁCIL
Aún con la satisfacción de las necesidades básicas, hacer una vida en otros países no es nada fácil. Las dificultades diarias para estos migrantes muchas veces representan un dilema entre vivir y sobrevivir. “Es difícil en el sentido que tienes que hacerte entender con tus nuevos coterráneos”, dice Reuben Eduardo Morales, migrante venezolano.
Él es Reuben Eduardo Morales, un comediante venezolano que llegó a tierras colombianas con la misma ilusión que llegan decenas de sus compatriotas, poder estabilizar su vida económica y social lejos de su patria.
“Yo llegué a Colombia hace dos años y medio. Yo tenía como ocho años viniendo a Colombia, entonces cuando me tocó venirme a vivir, ya había hecho como un piso de relaciones”, explicó Morales.
Relaciones que para muchos indocumentados no son fáciles de construir, situación que dificulta aún más su permanencia, la búsqueda de un trabajo estable con una buena remuneración económica y la incansable lucha de buscarse un espacio en un lugar lejos de casa.
“He encontrado maneras de desenvolverme, bien sea dando clases de comedia o escribiendo libretos, que muchas veces uno no es el que da la cara y quizás no resulta tan extraño para el público local”, indicó Morales.
Según el ministro de Justicia de Colombia, Wilson Ruíz, el trabajo del Gobierno no es frenar la migración, pues esta meta no es realista en el futuro próximo, sino encontrar alternativas de desarrollo ante esta problemática.
“Nosotros entendemos muy bien la política migratoria. Uno jamás le puede dar la espalda a aquellas personas que han sufrido tanto en Venezuela, para que no vayan a padecer lo mismo en nuestro territorio”, dijo Wilson Ruíz, ministro de Justicia de Colombia.
Parte de la estrategia es también articular la atención integral al migrante con la ayuda de agencias humanitarias, como ACNUR (Agencia de la ONU para los Refugiados). Especialmente, cuando el problema migratorio presenta otro agravante, la pandemia del COVID-19.
“Las necesidades aumentaron para la población venezolana, muchas personas venezolanas perdieron sus medios de vida. Ya no pudieron pagar sus arriendos, muchas familias sufrieron desalojos, hay muchos temas que nos preocupan y ahora estamos con la reapertura de la economía, para ver cómo apoyamos junto con el gobierno de Colombia la interacción socioeconómica de los refugiados migrantes”, dice Jozef Merkx, representante de ACNUR en Colombia.
Como tema prioritario para el gobierno colombiano, el reto ante la masiva llegada de venezolanos también exige promover y coordinar los esfuerzos del sector privado y de la sociedad civil en los procesos de regulación e integración de los refugiados y migrantes, para alejar los fantasmas de la discriminación y la xenofobia.
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