EL VENEZOLANO COLOMBIA
La tabacalera British American Tobacco (BAT) anunció que cerrará su operación agrícola de tabaco en Colombia y que simplificará su trabajo en el país para seguir «apoyando a sus 700 empleados directos, aportando al fisco y comercializando legalmente todos sus productos a mayores de edad».
La decisión, explicó la compañía en un comunicado, implica el cierre de una planta de desvenado de hoja de tabaco en el municipio de San Gil, en el departamento de Santander, y de las agencias de fomento agrícola de esa localidad y de las de Neiva, capital del Huila (sur), y de Capitanejo, en el noreste del país.
Según la empresa británica, entre las razones que los llevaron a tomar esta determinación están la disminución de la demanda de tabaco en Colombia, que «en términos de economía de escala no se generen costos competitivos», y que el procesamiento de ese producto genera mayores costos de producción en comparación al precio de «los cigarrillos que se importan para Colombia».
La compañía aclaró que el cierre de la planta en San Gil no afectará la «producción de producto terminado, ni los inventarios, ni las operaciones comerciales y administrativas de la compañía en Bogotá, Medellín, Cali, Bucaramanga, Barranquilla, Cartagena y Manizales».
PLAN DE RETIRO PARA LOS EMPLEADOS
La operación de tabaco de la BAT en San Gil, Capitanejo y Neiva dependía de 31 empleados fijos de planta, razón por la que la compañía diseñó un plan de retiro para ellos que ofrece beneficios por encima de lo ordenado por la ley y de los estándares del mercado laboral.
El director Legal y de Asuntos Externos de BAT Colombia, Juan Carlos Restrepo, aseguró que durante los años que la compañía apoyó el cultivo de tabaco asesoró «a las familias agrícolas en el manejo fitosanitario del cultivo, insumos agrícolas para la producción de tabaco de calidad de acuerdo con el área sembrada, cantidad de plantas y variedad cultivada».
«De igual manera, recomendó las mejores prácticas en cuanto al adecuado uso de los elementos de protección personal, preparación de semilleros y suelos; manejo de fertilizantes, control de malezas y gestión de beneficio de la cosecha», agregó el ejecutivo.
En ese sentido, manifestó que espera que esos conocimientos y herramientas sean «de gran utilidad» y puedan «aplicarlos en una nueva etapa productiva que emprendan los agricultores».