La historia detrás del espía venezolano que fue expulsado de Colombia

• Para el Ejército de Venezuela Rojas Castillo es un desertor, para contrainteligencia del Ejército de Colombia, es un militar activo

EL VENEZOLANO COLOMBIA | EL TIEMPO

El sargento segundo del Ejército venezolano Gerardo José Rojas Castillo, de 27 años, fue expulsado del país el jueves en la noche, acusado de espionaje.

Hasta el momento, el único pronunciamiento del régimen de Nicolás Maduro, sobre la expulsión del militar venezolano, se dio a través de la cuenta de Twitter del Ejército Bolivariano, el 12 de junio, en el que se lee: “La conducta repetitiva y engañosa del gobierno oligarca de Colombia, en la creación de falsos positivos, involucrando a desertores militares de la FANB”.

Sí para el Ejército de Venezuela Rojas Castillo es un desertor, para contrainteligencia del Ejército de Colombia, es un militar activo, que aparentemente, tenía como propósito establecer los esquemas de seguridad y movimientos del Batallón de Artillería No. 2 La Popa, ubicado en Valledupar, Cesar.

Esta base militar hace parte de la Décima Brigada Blindada, encargada de las operaciones de seguridad y de repeler a los grupos al margen de la ley en Cesar y La Guajira.

Rojas Castillo fue de los primeros militares que ingresó a Colombia pidiendo apoyo y ayuda del Gobierno, de acuerdo con los registros, lo hizo por Paraguachón (La Guajira), el 19 de febrero de 2019.

Ese día, el uniformado entregó su arma de dotación, municiones y sus prendas militares. “Se presentó como desertor y fue sometido a varias entrevistas para verificar si realmente era una miembro activo del Ejército venezolano”, dijo una fuente militar colombiana que ha estado al frente del proceso contra Rojas.

La fuente dijo que básicamente el proceso se centra en preguntar sobre la ubicación de bases militares, entrenamiento recibido, nombre de superiores, mandos y términos castrenses para identificar si realmente hace parte de la Fuerza Pública.

Rojas Castillo pasó el proceso e hizo parte del grupo de militares venezolanos que recibió el estatus de refugiados por las Naciones Unidas. Pero, como se había confirmado que cuenta con cursos de Contrainteligencia Militar, de Fuerzas Especiales y de Infiltración, entre otros, para la inteligencia de Colombia, era un “objetivo” de seguimiento.

De acuerdo con los informes de inteligencia, el hombre se radicó en Valledupar, donde vive hace algún tiempo su mamá.

Entre abril de 2019 y febrero del 2020, Gerardo Rojas se dedicó a la economía informal. Inicialmente instaló un puesto de venta de jugos frente al batallón La Popa y tiempo después, ingresó a trabajar como vigilante, en una obra que se estaba levantando al frente de la misma unidad militar.

“Eso nos llamó la atención, el no querer alejarse de la zona”, aseguró la fuente. Paralelo a ello, Rojas renunció a la figura de refugiado y se acogió al Permiso Especial de Permanencia, PEP, que otorgó el gobierno colombiano a los venezolanos.

Cédula de espía
Gerardo José Rojas Castillo, de 27 años, reconoció ser un militar activo venezolano.Foto: El Tiempo

Archivo

Señala la fuente del Ejército, que desde finales de febrero de este año, justo cuando comenzó a conocerle las dimensiones de la pandemia y las medidas de aislamiento, se perdió el rastró de Rojas.

“Contrainteligencia del Ejército Nacional confirmó que Rojas salió de manera ilegal del país, por alguna trocha en La Guajira, y se reincorporó a su unidad militar en Venezuela”, afirmó la fuente.

De acuerdo con las labores de inteligencia, corroboraron que el militar venezolano estaba activo, y adscrito al Batallón de Infantería Mecanizado # 141, ADI 131, Zodi Fuerte, ubicado en la ciudad de Carora, estado de Lara.

“Se pudo confirmar que el sargento segundo, entre marzo y los primeros días de junio, estuvo en Carora, realizando actividades propias del servicio en puestos de seguridad sobre algunas gasolineras y puestos de control sobre las vías de frontera, estaba uniformado y con arma de dotación”, señaló la fuente.

Estuvo en Carora, realizando actividades propias del servicio en puestos de seguridad sobre algunas gasolineras y puestos de control sobre las vías de frontera

De igual forma, afirmó que el militar salió con 15 días de vacaciones, y que se estableció que vendría a Colombia a visitar a su mamá. “Se logró establecer que Rojas ingresaría al país el 10 de junio. Entró por una trocha y estábamos atentos a ubicarlo”, puntualizó.

Rojas fue ubicado en un puesto de control instalado por el Ejército en la Ye de Corazones, en la vía que comunica de Valledupar a La Guajira.

Su captura quedó registrada sobre las 10 de la noche, y fue puesto a disposición de Migración Colombia. En medio de este proceso, se advierte que el hombre reconoció ante las autoridades colombianas que era un militar activo venezolano.

Migración Colombia traslado a la mañana siguiente a Rojas de Valledupar en Cesar, a Paraguachón en La Guajira, donde hay un puesto migratorio, en el mismo, se cumpliría con la expulsión del militar venezolano.

Pero el proceso de expulsión se frenó. Un funcionario del Gobierno planteó, el ¿por qué se expulsaba a un hombre acusado de espionaje y no era judicializado?

Después de varios ‘ires y venires’, se expulsó a Rojas Castillo por ingresar de manera ilegal al país, por tener vencida la PEP, y por violar las medidas sanitarias decretadas para frenar el coronavirus.

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