EL VENEZOLANO COLOMBIA | EL TIEMPO
Desde que inició la emergencia sanitaria, los habitantes de los barrios Albania, Álvarez y un sector de Morrorico en Bucaramanga se han visto afectados por la aglomeración de ciudadanos venezolanos en los andenes del sector, principalmente en la zona aledaña al Parque del Agua.
La imagen ha sido la misma durante más de dos meses: cambuches (ranchos) en el espacio público y personas haciendo sus necesidades fisiológicas en los andenes.
“No hay baterías sanitarias ni recipientes en donde ellos puedan hacerlo, esto ha propiciado la llegada de muchos roedores y mosquitos al sector” cuenta uno de los habitantes, quien instauró una acción de tutela buscando una solución efectiva por parte de las autoridades locales.
Según afirma el denunciante, quien pidió reservar su nombre por motivos de seguridad, “ha habido inobservancia por parte de las autoridades frente a este tema” y asegura que la solución no es disponer buses para llevar a esta comunidad (de aproximadamente 500 migrantes) al otro lado de la frontera, pues convertiría al sector en un “terminalito” y seguirían llegando más cada día.
Más de 3.000 venezolanos que se encontraban en el lugar han sido trasladados a la frontera en buses, pero todos los días llegan más migrantes.
Lo que más preocupa a los habitantes de esta zona, son las inexistentes medidas de bioseguridad que se tienen en estos asentamientos humanos, pues ninguno de ellos puede acceder a un tapabocas, gel antibacterial ni alcohol que garantice su correcta higienización para prevenir un eventual contagio del covid-19.
El denunciante y los vecinos del sector insisten en que no quieren estigmatizar ni están en contra de esta población migrante. Aseguran que interponen la acción legal con el fin de buscar la mejor solución para todos, pues entienden las duras necesidades por las que están pasando estos venezolanos.
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