Pese a las sospechas de muchos analistas, los 2,3 millones de personas en edad de trabajar que se encontraban sin empleo en el país hasta noviembre pasado no son responsabilidad exclusiva de la creciente entrada de migrantes venezolanos. Es más, aunque entre ese grupo poblacional también ha subido su nivel de desocupación, estadísticamente esto no ha sido significativo para las cifras a nivel nacional.
A esta conclusión llegó el equipo de estudios económicos del Grupo Bolívar, al cual pertenece el banco Davivienda, y que al analizar las cifras de los migrantes encontró que quienes llegaron en el último año no son los responsables de que en 2019 la tasa de desempleo nacional se volviera a ubicar por encima de dos dígitos.
Se estima que en los últimos 12 meses entraron y se quedaron 142.000 venezolanos, totalizando una población de 781.000. Entre los recién llegados la tasa de desocupación a noviembre se ubicó en 20,9%, un aumento importante frente al 17,7% que registraban un año atrás. Esto significa que su situación de empleo se deterioró significativamente durante 2019, al igual que para el resto de los habitantes del país.
El estudio de Davivienda encuentra que a noviembre de 2019 la contribución de los que llegaron en el último año a la tasa nacional de desempleo fue de 0,35 puntos frente a los 10,17 puntos de los que migraron hace más de doce meses.
Esto sugiere que la migración en el último año no es suficiente para explicar el fuerte deterioro que se observó en el indicador nacional durante 2019. La razón se encuentra en que los recién llegados aportan apenas 2% del impacto total laboral de todos los venezolanos que viven en el país. «Es decir, un aumento de 5% en esta tasa (que sería un cambio notable) tan solo ocasionaría que el total nacional creciera en 0,1%», sostiene el estudio.
Estos analistas también consideran que es necesario mirar el impacto de los migrantes sobre quienes efectivamente tienen trabajo. Así encontraron que entre 2016 y 2018 se evidenció que si subía el nivel de ocupación de los migrantes bajaba el de los colombianos, pero esto cambio posteriormente y en 2019 ambos grupos registraron caídas en la cantidad de ocupados.
Una primera explicación para lo que pasó entre 2016 y 2018 está en que esos años los migrantes estaban desplazando a los no migrantes de sus trabajos, probablemente porque estaban dispuestos a aceptar peores condiciones laborales.
Sin embargo, habría otra razón más elaborada y es que los venezolanos ocuparon trabajos en sectores en los que los colombianos no estaban dispuestos a trabajar, como empleos en aplicaciones móviles de domicilios o de transporte.
«Estos trabajos, a pesar de la percepción que se tiene, son considerados formales por lo que sería consistente con la disminución en la tasa de informalidad publicada por el Dane durante este periodo. Sin embargo, saber cuál de estas dos hipótesis es la que se ajustó de mejor forma a lo observado durante este periodo requiere investigación posterior», señala el documento de Davivienda.
Pese a esto, en 2019 se rompió la correlación que indica que, a mayor empleo venezolano, menor empleo colombiano y eso ratifica la idea de que el deterioro actual del mercado laboral no es a causa del fenómeno migratorio.
En Davivienda piden que se realicen más estudios serios en esta línea de investigación y advierten sobre la magnitud del subregistro de la migración venezolana en las cifras del Dane. Esto debido a que es probable que una parte de esta población se resista a responder el cuestionario o incluso que mienta al responderlo.
Con información de Dinero.com
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