La página oficial del MinPoPo de Exteriores, publicó ayer un artículo titulado “Venezuela victoriosa con su diplomacia bolivariana de paz”, el cual rebosa de mendacidad, presunción y adulancia, que causaría vergüenza (si la tuvieran), a los involucrados en los asuntos internacionales del régimen y genera tristeza e indignación en los que dedicamos buena parte de nuestra vida, a trabajar en la histórica casona de la Plaza Bolívar.
Según el artículo, uno de los grandes triunfos de la diplomacia chavista, del cual se enorgullece el capo régimen, es haber retirado a Venezuela de la OEA, como si para hacerlo hubiese tenido que batallar contra todo tipo de obstáculos. En realidad, la propia Carta de la Organización contempla tal posibilidad y lo que hizo fue simplemente ejercer ese derecho inmanente a cada Estado Miembro; pero ni siquiera lo hizo motu propio, sino por instrucciones de sus tutores cubanos, empeñados en condenarnos a seguir sus pasos.
El segundo memorable logro reseñado, es haber logrado un escaño en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU; ciertamente, en este caso, hubo falta de previsión y si no se hubiese presentado Costa Rica días antes de la elección (que de todas maneras obtuvo 96 votos contra 105 del chavismo, tras meses de campaña cubana), el régimen chavista hubiese accedido con mayor facilidad, pues América Latina y el Caribe tenía dos vacantes y solo dos candidatos, lo que hubiese podido proyectar la falsa percepción que la candidatura contaba con el apoyo del grupo regional.
Otra hazaña de la diplomacia chavista, es haber recogido más de 13 millones de firmas que rechazan la intervención estadounidense en Venezuela, las cuales fueron entregadas al Secretario General de la ONU. Este asunto de las firmas es muy extraño, carece de credibilidad y no ha tenido relevancia alguna, ni dentro ni fuera del país; no obstante, se ensalza como un triunfo diplomático.
El siguiente capítulo sobre el relacionamiento de respeto y cooperación del chavismo con el mundo, se inicia al afirmar que las relaciones de Venezuela con América Latina y el Caribe siguen en avanzada y consolidación; lo que sin duda constituye una especial ofrenda para Ápate, divinidad griega que personificaba el engaño.
El artículo dedica nada menos que cuatro párrafos a la República Popular China, mientras hace una solitaria y hasta peyorativa mención a Rusia, al calificarla de potencia mundial como Turquía, evocando quizás los tiempos de La Sublime Puerta.
El párrafo final merecería figurar en las páginas del libro Elogio a la Adulancia, por servil y alabancioso; cuando el accionar exterior (e interior) del régimen chavista, es ampliamente conocido, entre otras cosas, por la improvisación, el vasallaje, la pugnacidad, la carencia de ética y las salpicaduras delincuenciales, que causan inmediato recelo y cuya influencia dependía de una concomitante lluvia de dólares.
Es curioso que en un artículo sobre la diplomacia bolivariana, proveniente de la Vicepresidencia del régimen y publicado en la página oficial del MinPoPo de Relaciones Exteriores, no se mencione ni una sola vez su actuación. Por una parte es bueno no figurar en semejante bodrio, pero por otra evidencia el lamentable papel de la Casa Amarillista, que no lava, pero presta la batea.