La ciudad colombiana de Medellín inauguró el Parque Conmemorativo Inflexión para rendir homenaje a más de 46.000 víctimas del narcotráfico, en el mismo lugar donde el capo Pablo Escobar construyó el edificio Mónaco, símbolo de su poder y que fue demolido el pasado febrero.
«Justo en este espacio cayó uno de los mayores símbolos de la ilegalidad y hoy hemos construido quizás uno de los mayores símbolos de la esperanza para nuestra ciudad y para nuestro país. Estamos hablando de la memoria, de la importancia de reconciliarnos como ciudad y como país, y de que reconozcamos a nuestras víctimas», dijo a periodistas el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez.
El alcalde señaló que en un muro de granito negro que atraviesa el parque, ubicado en la zona de El Poblado, una de las más acomodadas de Medellín, capital del departamento de Antioquia, se hicieron 46.612 perforaciones que representan a cada una de las víctimas asesinadas del «narcoterrorismo» en el país entre 1981 y 1994.
En esos orificios, gente de todas las edades introdujo hoy flores en memoria de los asesinados.
HONOR A LAS VÍCTIMAS
Gutiérrez afirmó que es necesario «que hagamos honor a la vida, hagamos memoria» y que la ciudad, donde en los años 80 y 90 imperó el terror del cartel de las drogas de Medellín, no solo se ha transformado en lo «físico» sino también en lo social.
«Medellín es una ciudad resiliente, Medellín tiene una sociedad que supo levantarse cuando tuvo sus peores dificultades y hoy somos un gran símbolo de resiliencia que le hace honor a las víctimas», subrayó.
En las obras de construcción del parque participaron más de 60 personas, quienes en 5.165 metros cuadrados instalaron bloques de granito negro similares a los del Memorial a los Veteranos de Vietnam en Washington y del Museo Memorial del 11S en Nueva York.
Con frases como «Somos lo que dejamos a los demás», del magistrado de la Corte Suprema de Justicia Hernando Baquero Borda, asesinado por el narcotráfico el 31 de julio de 1986, las autoridades adornaron el monumento de granito, en el que también están tallados los nombres de otras víctimas de ese imperio criminal.
En la inauguración, con música de violines y contrabajos, los asistentes hicieron también un homenaje a los policías asesinados en su lucha contra el narcotráfico.
El parque está dividido en tres secciones y en la primera de ellas los visitantes pueden observar nueve monolitos con frases de las víctimas, mientras que en la segunda se encuentra el muro con las 46.612 perforaciones.
El tercer escenario, denominado Sendero de la Resiliencia, se extiende por la parte posterior del muro y allí se pueden leer relatos sobre los hechos violentos acaecidos entre 1983 y 1994.
HISTORIA NEGRA
La obra fue construida en el terreno donde el pasado 21 de febrero las autoridades demolieron el edificio Mónaco, 25 años después de la muerte de Pablo Escobar, abatido por la Policía el 2 de diciembre de 1993.
Escobar eligió al barrio Santa María de los Ángeles, que hace parte de El Poblado, como el lugar para construir en 1986 el Mónaco, residencia de varios de sus familiares y de sus guardaespaldas.
Además de los 12 apartamentos, dos piscinas, 34 plazas de estacionamiento y una cancha de fútbol, el capo mandó a construir en ese predio de 5.000 metros cuadrados un penthouse de dos niveles en el que vivió junto a su esposa y sus dos hijos.
En 2008, el Mónaco fue sometido a un proceso de expropiación y entregado a la Policía Colombiana, para diez años después pasar a manos de la Alcaldía de Medellín en un acuerdo con la Sociedad de Activos Especiales (SAE), que finalmente permitió su demolición.
Con información de EFE
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