Los dos mayores partidos de la izquierda española, el socialista PSOE y Unidas Podemos, anunciaron este martes un rápido acuerdo para formar un Gobierno de coalición, solo dos días después de las elecciones del domingo, en respuesta al fuerte aumento de la ultraderecha en esos comicios.
El presidente del Gobierno en funciones, el socialista Pedro Sánchez, y el líder del izquierdista Unidas Podemos, Pablo Iglesias – que sería vicepresidente del Ejecutivo -, escenificaron hoy en el Congreso su reconciliación, entre partidos y también a nivel personal, tras meses de disputas que impidieron formar Gabinete tras las elecciones del 28 de abril pasado.
Pacto para gobierno estable durante cuatro años
«El país necesita un Gobierno que empiece a andar cuanto antes», afirmó Sánchez en una declaración tras la firma del acuerdo, en las que aseguró que se trata de un pacto «estable» para los «cuatro años» de la legislatura.
Este Gobierno – si es avalado por el Congreso – sería el primero de coalición desde la restauración de la democracia española en 1977 y también el primero con la presencia de dirigentes más a la izquierda del PSOE.
El líder socialista español confió en que este acuerdo permitirá «superar» el bloqueo político que vivió el país tras las elecciones de abril pasado, cuando estos dos mismos partidos no fueron capaces de lograr un pacto, lo que generó «decepción» entre los ciudadanos.
La subida de la ultraderecha aceleró el acuerdo
Sin embargo, el fuerte aumento del partido ultraderechista Vox en las elecciones del domingo, en las que se alzó como la tercera fuerza más votada, envió una alerta a PSOE y UP para aparcar sus diferencias y lograr un rápido entendimiento.
El acuerdo es «una necesidad histórica», recalcó Iglesias, quien avanzó que el futuro Gobierno apostará por «el diálogo para afrontar crisis territorial y la justicia social como mejor vacuna contra la extrema derecha».
«Va a ser un Gobierno profundamente progresista», según Sánchez, quien recalcó que «lo único que no cabrá será el odio y la confrontación entre los españoles».
La ministra de Defensa en funciones, la socialista Margarita Robles, reconoció en Bruselas que el factor que «ha cambiado» la situación es «el incremento de Vox», al que calificó de «especialmente preocupante».
Después de las agrias disputas entre ambos partidos, pero también reproches personales entre Sánchez e Iglesias, durante los meses en que no lograron un acuerdo, ambos dirigentes restaron hoy importancia a esas peleas.
«Es tiempo de dejar reproches y trabajar codo con codo», apuntó Iglesias, quien garantizó su «lealtad», mientras que Sánchez aseguró que el pacto «supera cualquier desencuentro que hubiéramos tenido».
Iglesias – anteriormente vetado por Sánchez – entraría en el futuro Ejecutivo como vicepresidente, indicaron a Efe fuentes de ambos partidos, aunque insistieron en que primero se cerrarán los detalles del programa de gobierno y luego se pactará el reparto de cargos.
Sánchez e Iglesias firmaron en el Congreso de los Diputados un documento en el que detallan los diez principales puntos de actuación del futuro Gobierno, entre los que destacan la mejora del empleo; protección de la sanidad, la educación y las pensiones; garantizar el derecho a la vivienda; lucha contra el cambio climático, igualdad de la mujer y ampliación de los derechos sociales.
El acuerdo incluye también un punto sobre la situación en Cataluña y ambos partidos apuestan por «garantizar la convivencia» y «la normalización de la vida política» buscando «fórmulas de entendimiento y encuentro, siempre dentro de la Constitución», frente al proceso independentista que impulsan algunas fuerzas.
En busca de apoyo parlamentario
PSOE (120) y Podemos (35) suman 155 de los 350 diputados elegidos el pasado domingo, por lo que Sánchez e Iglesias deberán buscar apoyos entre partidos menores regionalistas y de izquierda para intentar acercarse a la mayoría, que está fijada en 176 escaños.
Sánchez, quien apeló hoy a la «responsabilidad» de las demás formaciones para romper el bloqueo político, ya ha comenzado los contactos con otros líderes políticos, según indicaron fuentes de la Presidencia del Gobierno.
El acuerdo fue recibido de forma negativa entre los partidos de derecha.
El líder del conservador Partido Popular (PP, 88 escaños), Pablo Casado, consideró «muy preocupante» el pacto, que «cierra la puerta» a cualquier colaboración con su formación. El PSOE ya había descartado ayer cualquier tipo de «gran coalición» con el PP.
Para el presidente del ultraderechista Vox (52 diputados), Santiago Abascal, «el PSOE se abraza al comunismo bolivariano» con este acuerdo.
Tras el anuncio del acuerdo, la bolsa española acentuó la moderada tendencia negativa de la jornada y a dos horas del cierre su índice principal, el IBEX 35, bajaba un 0,23 %.
Con información de EFE
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