Bogotá amaneció este sábado en completa normalidad después de una noche de tensión por rumores sobre posibles saqueos de edificios residenciales a pesar del toque de queda que declaró la Alcaldía para prevenir desordenes.
Esa medida fue levantada a las 06.00 hora local (11.00 GMT) y las autoridades no han informado hasta el momento de incidentes o actos vandálicos durante la noche del viernes.
Un militar que patrulla las calles de Bogotá afirmó a Efe que con vehículos y motocicletas, al menos 80 uniformados están recorriendo calles y barrios de la capital para hacer una jornada «de percepción de seguridad y mirar cómo se encuentra la ciudad».
El servicio de transporte público inició sus operaciones sin mayores alteraciones en gran parte de la ciudad, a excepción de algunas estaciones del sur que fueron destruidas en los ataques de vándalos del viernes.
La tensión de anoche en Bogotá se originó en informaciones que circularon en redes sociales sobre supuestos intentos de robo a residencias, lo que hizo que vecinos de numerosos edificios se organizaran en grupos de defensa para proteger las propiedades.
No obstante, en Twitter la etiqueta «Pánico inducido» se convirtió en tendencia y con ella ciudadanos expresaron sus dudas sobre la efectividad del toque de queda y los supuestos actos vandálicos en la noche.
Algunos afirmaron que se trató de una estrategia del Gobierno para inducir al miedo y diezmar las protestas de los últimos días.
En vídeos que circularon en la redes se ven camiones aparentemente de la Policía que llegan a los barrios para mantener el orden, pero los vecinos los obligan a salir, ante la información de que en ellos iban vándalos con el objetivo de saquear.
«Ha sido una noche donde la desinformación y aparentemente un plan para sembrar terror ha traído confusión entre los bogotanos. Hacemos un llamado a la calma», dijo la Alcaldía en Twitter.
La capital colombiana vivió ayer una jornada de caos debido a la ola de violencia y saqueos que se apoderó de varios barrios del sur, en donde encapuchados bloquearon autopistas y hasta usaron un autobús robado para derribar la puerta de un supermercado y saquearlo.
Debido a esto, el alcalde bogotano, Enrique Peñalosa, aseguró que en la ciudad hay 4.000 soldados del Ejército apoyando a unos 20.000 policías en la vigilancia y mantenimiento del orden, y afirmó que la «democracia y nuestra ciudad tienen como defenderse».
Con Información de EFE
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