Evo Morales cerró la campaña electoral confiado en volver a ganar por «paliza» a la derecha para prolongar cinco años más su proceso de cambio en Bolivia.
«Estamos convencidos, en estas elecciones nuevamente vamos a dar paliza a los vende patrias, a los neoliberales», proclamó Morales ante miles de seguidores en la ciudad boliviana de El Alto.
Morales eligió esta urbe del altiplano, que tradicionalmente ha sido uno de sus feudos electorales, para despedir la campaña en un ambiente de victoria entre sus incondicionales, de cara a la cita con las urnas del próximo domingo.
«El 20 de octubre, el domingo, no me abandonen», les pidió, para continuar hasta 2025 el proceso de cambio que le llevó al poder hace trece años.
El presidente boliviano les advirtió de que se juegan mantener este proceso o «volver al pasado», si gana algunas de las ocho candidaturas de la oposición.
La concentración multitudinaria tuvo por escenario una de las avenidas principales de El Alto, una joven ciudad, de 34 años de existencia, vecina de La Paz y que se ha convertido rápidamente en este tiempo en la segunda urbe más poblada de Bolivia, con cerca de un millón de habitantes, muchos llegados de zonas rurales.
Rodeado de banderas azules del Movimiento al Socialismo (MAS) que lidera, al grito de «Evo, Evo», el candidato a la reelección por un cuarto mandato consecutivo recordó durante algo más de una hora los logros sociales y económicos desde que llegó al poder en 2006.
Un discurso que repitió consignas que son habituales de sus muchos actos públicos a diario, al margen de la campaña electoral, pero con el que quiso recalcar ante los suyos la necesidad de seguir haciendo obras, dando ayudas sociales o defendiendo los recursos naturales del país por cinco años más. Ataviado con una chaqueta azul que en la espalda se leía «Somos MAS», y con un collar de flores, Evo Morales estuvo acompañado en el escenario de representantes de movimientos sociales que le respaldan, con sus trajes tradicionales
A su lado estaba Álvaro García Linera, el vicepresidente del país que le acompaña en la candidatura, y al fondo el imponente nevado del Illimani que se divisa desde los 4.000 metros de El Alto.
Quienes le precedieron desde el estrado a media tarde repitieron mensajes de victoria, algunos en aimara, confiados en haber ganado ya a sus rivales al menos en poder de convocatoria en estos actos electorales.
Les ganaremos por goleada», corearon, antes de que su líder les dijera que sería por «paliza», ya entrada la noche, en «la concentración más grande de Bolivia» en el cierre de campaña electoral.
Algo más de 7,3 millones de bolivianos, en el país y el exterior, están llamados a las urnas en Bolivia, donde el voto es obligatorio.
La cita electoral se plantea como la más reñida desde que Morales llegó a la presidencia, con el expresidente Carlos Mesa, de la alianza Comunidad Ciudadana, como el opositor mejor situado según las encuestas para derrotarle o forzar una segunda vuelta, que se celebraría en diciembre.
El ganador necesita más del 50% de los votos, o el 40% con una diferencia de diez puntos sobre el siguiente, ya que de no conseguir estos porcentajes van a segunda vuelta los dos más votados.
Evo Morales siempre ha ganado por mayoría, hasta del 64,22% cuando fue reelegido por primera vez en 2009, y desde antes de la campaña electoral ha avisado de que esta vez aspira al subir hasta un 70%.
Con información de EFE