En una economía que tiene una tasa de desocupación del 10,6% en el segundo trimestre de 2019, los migrantes y refugiados de Venezuela obtienen el trabajo que los argentinos dejan de lado, o que no están calificados para lograrlo. Así se vio en el «VI Seminario sobre economía informal, hacia un futuro del trabajo sin informalidad», organizado por la OIT.
En la presentación a cargo de Mariana Beheran, de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), se hizo referencia a que en la Argentina un 4,9% de la población es migrante, y el 80% proviene de países sudamericanos. Entre un 2% y un 3% de la población llega de países limítrofes, con un grado de instrucción menor que el de la población de este país.
Sin embargo, no es lo que sucede con los 165.688 venezolanos que ingresaron al país (según los permisos de residencia) entre 2014 y 2019, según la Dirección Nacional de Migraciones, en su mayoría con un alto grado de instrucción, pero que, a pesar de ella, se ubican en puestos de baja calificación en el «mientras tanto». Casi el 71 % está en la economía informal y el 29%, en la formalidad, según un relevamiento realizado entre agosto y septiembre de 2019 sobre población venezolana residente en CABA. El 86% de los hombres y el 82% de las mujeres cuenta con un oficio o profesión.
La Argentina tiene un criterio de «nacionalidad Mercosur» por el cual entre 2004 y 2018 se otorgaron aproximadamente 1.250.000 residencias temporarias a personas de Paraguay, Bolivia y Perú, un millón de las cuales se transformaron en residencias permanentes. Con respecto a los venezolanos, también se aplica este criterio de «nacionalidad del Mercosur» que flexibiliza los requisitos de ingreso y radicación. «Es un país a la vanguardia en materia de migración», dijo Beheran.
VENEZUELA EN LA ARGENTINA
Hay 4,3 millones de venezolanos refugiados y migrantes en el mundo y 3.500.000 en América latina y el Caribe. La Argentina no es el único país elegido. Por ejemplo, desde 2014 a Chile ingresaron 325.025 personas, pero a Brasil, 74.860. En la Argentina, mayormente viven en la Ciudad de Buenos Aires y también en la provincia de Buenos Aires. Se trata de una población mayormente joven (un 42% tiene entre 26 y 35 años) y calificada, «con una importante cantidad de profesionales que cuentan con título universitario y posgrado», dice el informe de la OIM. A todos ellos, la Argentina aplica este criterio de «nacionalidad del Mercosur» que flexibiliza los requisitos de ingreso y radicación.
El 55% de los venezolanos de los encuestados que ingresaron a la Argentina está como empleado; el 25,4% trabaja de manera independiente y el 15,6% está desempleado. El 80% de los encuestados está ocupado y de ellos, el 70% tiene un salario que oscila entre el mínimo y el doble del mínimo. Por otro lado, por rama de actividad, el 43% se dedica al comercio; el 26% al transporte (taxis, plataformas como Uber); el 6% a la salud; 3% informática, entre otras actividades.
Aunque encuentran una actividad laboral, los inmigrantes venezolanos declaran que no la tienen fácil. Comparada con la actividad que realizaban en su país de origen, el 58% dice que aquí su actividad es más riesgosa y el 35,5%, que es igual.
Según Beheran, se están implementando políticas relocalizar a trabajadores venezolanos de algunas ocupaciones que tienen faltantes en las provincias: ingenieros y profesionales de la salud, entre otros, con escasez entre los profesionales de la Argentina.
Fuente: La Nación