Venezuela salió este viernes al paso de la cascada de críticas que ha recibido la última semana en la 74 Asamblea de Naciones Unidas y sus márgenes presentándose como víctima de las sanciones de Estados Unidos, país al que acusó de estar preparando junto a Colombia una intervención armada.
Frente a la presión diplomática que esta semana han intensificado EE.UU. y la mayoría de los países latinoamericanos con motivo de la cita de alto nivel, la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, esgrimió que Washington y sus «satélites regionales» planean un ataque a su país y que ellos son el verdadero riesgo para la estabilidad de la región.
La única prueba que aportó la funcionaria del Gobierno de Nicolás Maduro fueron unas coordenadas geográficas en las que, aseguró, hay campamentos de entrenamiento de mercenarios «para atacar y agredir a Venezuela».
Los dos países comparten una frontera de más de 2.000 kilómetros en la que se vive una tensión creciente desde hace varios meses, aunque de momento la situación no ha pasado a mayores.
A lo anterior, Rodríguez sumó la reciente reactivación por parte de 16 países del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), una suerte de OTAN regional que permitiría una eventual intervención armada en Venezuela para la que se están «sembrando ya los pilares», alertó.
PLANTE A LA VENEZUELA DE MADURO
Los destinatarios de sus críticas, sin embargo, no pudieron escucharlas, ya que las delegaciones de EE.UU., de todos los países del Grupo de Lima y de otros como Ecuador y El Salvador habían abandonado en tropel el hemiciclo al comienzo de su intervención.
El presidente de Colombia, Iván Duque, y el líder de la Asamblea venezolana reconocido por más de cincuenta países como presidente interino, Juan Guaidó, también fueron blanco de las críticas de la vicepresidenta, quien acusó al primero de mentir sobre Venezuela y al segundo de ser un instrumento del imperialismo que además tiene vínculos con criminales colombianos.
Aludía así a unas fotografías de febrero pasado difundidas la semana pasada de Guaidó junto con un grupo de supuestos miembros de la banda criminal colombiana «Los Rastrojos», cuando el opositor cruzó la frontera entre Venezuela y Colombia para encabezar el fallido ingreso de ayuda humanitaria a su país.
El Gobierno venezolano, anunció Rodríguez, ha entregado ante la Corte Penal Internacional (CPI) un vídeo con la confesión de un integrante de esa banda en el que supuestamente confirma sus nexos con el líder opositor.
Rodríguez representó a su país en el segmento de alto nivel en la ONU porque a diferencia del año pasado, Nicolás Maduro decidió no acudir y optó en cambio por viajar a Rusia, donde se reunió con su homólogo, Vladimir Putin.
La vicepresidenta tenía previsto entregar en esta jornada al secretario del organismo, António Guterres, un documento que certifica los trece millones de firmas recogidas por el Gobierno de Caracas en contra de las sanciones impuestas por Washington.
BORGES Y LA OPOSICIÓN
Pero la voz del chavismo no fue la única que se escuchó hoy en la Gran Manzana, donde también ha acudido esta semana una comitiva en representación de Guaidó.
La delegación de opositores, encabezada por Gustavo Borges, responsable de Exteriores del líder de la Asamblea, realizó esta jornada una valoración optimista de los contactos que han mantenido en el epicentro de la diplomacia mundial, pese a que no han logrado sumar nuevos apoyos significativos.
Borges afirmó en una rueda de prensa que se abre un nuevo capítulo en la presión a la «dictadura» de Maduro y valoró las nuevas sanciones impuestas hoy por la Unión Europea (UE) a siete miembros de las fuerzas de seguridad e inteligencia de Venezuela por su supuesta implicación en «torturas y otras violaciones graves de los derechos humanos».
«Pero se necesita más», sostuvo el dirigente opositor, quien reiteró que el problema venezolano no se resolverá mientras Cuba maneje los hilos de Caracas, algo que también EE.UU. ha denunciado reiteradamente y que La Habana niega con rotundidad.
En los contactos mantenidos estos días, entre ellos con el Grupo Internacional de Contacto (GIC) auspiciado por la UE y con el Grupo de Lima, los representantes de Guaidó buscaron dejar claro que las negociaciones propiciadas por Noruega entre Maduro y la oposición se rompieron por la falta de voluntad de diálogo del bolivariano.
Frente a la presión diplomática que han intensificado EE.UU. y la mayoría de los países latinoamericanos, la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, esgrimió que Washington y sus «satélites regionales» planean un ataque a su país.https://t.co/kHA33icRxL
— Cuarto de Hora (@CuartoDeHoraCol) September 28, 2019
Preguntado por eventuales contactos con Rusia, uno de los principales aliados del Gobierno de Maduro, el representante de Guaidó dijo que no se han producido de manera formal pero que tienen «interés en abrir todos los canales» porque quieren una Venezuela abierta al mundo.
«Muchos países que hoy tienen intereses en Venezuela tienen que ver que con Maduro no hay futuro. Acabarán teniendo que elegir entre Maduro y la región», agregó.
Con información de EfE