Colombia, Ecuador y Perú, los principales receptores de refugiados de la crisis de Venezuela, pidieron este martes a la comunidad internacional contribuir económicamente para poder seguir respondiendo a una crisis humanitaria que desborda sus estructuras nacionales.
Estos países, los que hasta ahora han recibido un mayor número de venezolanos que huyen de su país por razones económicas o políticas, protagonizaron un acto paralelo a la 74 Asamblea General de Naciones Unidas en el que se abordó la crisis humanitaria en el país suramericano y sus perspectivas futuras.
Altos representantes de los Gobiernos de esas tres naciones recordaron que pese al intenso esfuerzo que realizan para absorber el incesante flujo de refugiados de Venezuela, sus sistemas internos están saturados, desde la atención sanitaria a la educación o la dotación de viviendas.
«Necesitamos de una acción contundente (…). Se necesita que la comunidad internacional apoye con recursos no a nuestros Estados, sino a las personas que están sufriendo los estragos de la dictadura», señaló en el acto el presidente de Colombia, Iván Duque.
Duque pidió «pasar a la acción decidida, determinada y a las soluciones concretas» para enfrentar una situación que «ha generado la peor crisis migratoria que haya visto América Latina en su historia reciente, una crisis humanitaria de proporciones dantescas».
Desde el comienzo de la crisis venezolana, más de 4,5 millones de personas han dejado el país, de los que Colombia ha recibido a 1,4 millones en «un desafío social» que a juicio de Duque su país tiene el «deber moral» de atender.
El gobernante colombiano consideró que se debe buscar «la mejor coordinación posible» para atender a los migrantes, así como «que entendamos que las dictaduras no caen de un día para otro: se trata de mantener la perseverancia, la determinación y el sentido de la responsabilidad para que retorne la esperanza a Venezuela».
También recalcó que la situación «no es un conflicto geopolítico, es una acción de sentido común y de mantener el principio del multilateralismo, que tiene tolerancia cero» con los crímenes cometidos a su juicio por el régimen de Nicolás Maduro.
El mandatario advirtió de que «cualquier oportunidad de diálogo que busque la dictadura lo único que pretende es debilitar a quienes están reclamando el verdadero retorno de la democracia» e insistió en que Colombia «no está escalando militarmente ningún tipo de situación».
Mientras, el canciller colombiano, Carlos Holmes Trujillo, subrayó la urgencia de «avanzar en la construcción de esquemas financieros que permitan a los países receptores contar con recursos adicionales que les permitan hacerle frente a la migración que les llega».
Según Trujillo, a finales del próximo año podría haber cerca de ocho millones de migrantes venezolanos, y el escenario «catastrófico» de que Colombia llegue a los tres millones de refugiados en su territorio «no es ciencia ficción».
Frente a esta situación, el mundo no está respondiendo con suficiente agilidad y las ayudas denotan una «lentitud agobiante frente a la urgencia, (porque) las necesidades no esperan los trámites burocráticos», dijo.
«LA
CRISIS CRECE Y LAS DEMANDAS AUMENTAN», INSISTIÓ DUQUE
En términos similares se pronunciaron los
ministros de Exteriores de Perú, Néstor Popolizio, y Ecuador, José Valencia.
«El flujo súbito de venezolanos se ha
convertido en un reto para la infraestructura y el financiamiento de las
instituciones nacionales», afirmó Valencia, quien pidió «articular
propuestas efectivas e innovadoras para obtener y canalizar recursos y apoyo
técnico y financiero».
El impacto de esta crisis «probablemente
durará varios años más», agregó el canciller ecuatoriano, quien pidió con
urgencia «redoblar los esfuerzos de la cooperación internacional para
afrontar los efectos que se deriven de esta».
Popolizio, a su vez, sostuvo que la comunidad
internacional «aún no es consciente de la gran magnitud de esta migración
que nunca ha visto la región» y recordó que los países de acogida han
respondido al desafío para amparar a una población vulnerable.
También estuvo presente en el foro la jefa de la
diplomacia europea, Federica Mogherini, quien admitió que la venezolana es una
de las crisis humanitarias globales más infrafinanciadas, recalcó la urgencia
de encararla colectivamente y llamó a incrementar la cooperación internacional
en términos técnicos y económicos.
La crisis venezolana centra la atención de las
delegaciones latinoamericanas que asisten esta semana a la 74 Asamblea General
de Naciones Unidas, en cuyos márgenes se suceden estos días reuniones y foros
para abordar la grave situación en el país suramericano.
Con información de EFE