Representantes de la industria del tabaco en Colombia hicieron un llamado al Congreso del país para que haga una regularización diferenciada de los cigarrillos electrónicos, que podría reducir en un 95 % los riesgos a la salud en comparación con el cigarrillo tradicional.
Así lo hizo el director de asuntos corporativos de British American Tobacco Colombia, Juan Carlos Restrepo, durante la presentación de un estudio en el que se hicieron recomendaciones a las autoridades colombianas para la regularización de estos productos.
El ejecutivo señaló que incluir los cigarrillos electrónicos en la norma que regula a los tradicionales no es «correcto técnicamente ni conceptualmente», pues esta se acordó en 2009 y esos productos llegaron al mercado colombiano hace cinco años.
Por lo anterior, restrepo afirmó que es necesario una regulación diferente y en la que se habiliten espacios de diálogo donde puedan participar la industria y el comercio, pues hasta el momento ha habido un «trámite antidemocrático».
Actualmente, en el Senado colombiano se tramita el proyecto de ley 174 para modificar la Ley Antitabaco de 2009, el cual fue aprobado en segundo debate la semana pasada.
El ejecutivo señaló que estas regulaciones son necesarias ya que en el país hay 42.000 usuarios de cigarrillos electrónicos, lo que actualmente representa el 5 % del mercado de valor de la industria, aunque prevén que esta cifra aumente al 50 % en 2050.
Por lo anterior, en el estudio «Elementos de juicio para definir el régimen tributario, arancelario y regulatorio de los productos de vapeo y de los productos de tabaco calentado en Colombia» se recogen recomendaciones para su regulación.
RESTRINGIR
LA VENTA EN MENORES DE 18 AÑOS
Entre estas figuran reconocer esos productos como mitigador de riesgos a
la salud de fumadores, restringir su venta a menores de 18 años, reglamentar
espacios libre de humo y regular el empaque y etiquetado.
También reúne ejemplos de regularizaciones en otros países que pueden
servir como guía a Colombia, pues algunos «han avanzado en esta dirección
de reconocer que los productos de vapeo son una categoría distinta»,
afirmó a Efe Marcela Meléndez, economista de Econestudio, firma encargada del
documento.
«Es interesante mirar cómo lo ha hecho el resto del mundo porque hay
aprendizajes a partir de los cuales nosotros podríamos construir», agregó
Meléndez, para quien se corre un riesgo si no se regula el cigarrillo
electrónico, pues no habría claridad sobre el impacto positivo que estos pueden
tener sobre los fumadores.
VAPEAR
PUEDE DISMINUIR UN 95% RIESGO A LA SALUD
Por su parte, Marta Maldonado, de la fundación Iladiba, dedicada a la
educación en salud, señaló que el uso de este producto puede disminuir en un 95
% el riesgo a la salud, ya que el consumidor no inhala humo porque no hay un
proceso de combustión.
Detalló que con los cigarrillos electrónicos se minimiza el riesgo a padecer
enfermedades respiratorias y cardiovasculares, aunque se puede sufrir
irritación en la garganta y tos.
«En ningún momento se ha dicho que estos productos son inocuos,
claramente cuando se dice que tiene un 95 % menos de riesgo estás dejando un porcentaje
de posibilidad de riesgos, pero esos son sustancialmente menores para las
personas que tienen el hábito de fumar», concluyó.
Con información de EFE