Exitoso servicio urbano ha sido fuertemente criticado
Activan “pit stops” para rapitenderos en Bogotá

Buscan terminar con las quejas ciudadanas por ruido, invasión del espacio público y utilización de la calle como orinal

Con la puesta en marcha de los cuatro primeros pit stops o sitios de parada para que los domiciliarios de la empresa Rappi puedan descansar, almorzar, cargar el celular, parquear la moto o bicicleta, tomar café e ir al baño, se da un paso hacia la organización de este exitoso servicio que por su dinámica también ha estado en el ojo de las críticas de los ciudadanos y de los expertos, que piden soluciones de fondo.

Las quejas ciudadanas van desde el ruido hasta la invasión del espacio público, utilización de la calle como orinal y el incumplimiento de las normas de tránsito, además de los llamados de atención por las condiciones de los trabajadores, que, sumados, afectan la imagen de la firma del mostacho.

Según cifras de la compañía, en la ciudad hay unos 10.000 hombres y mujeres –la mayoría jóvenes de origen venezolano– que se desplazan en motocicleta o bicicleta para entregar pedidos a domicilio. A ellos se suman al menos otros 5.000 que trabajan en las demás plataformas, lo que desembocó en todo un éxito empresarial, pero también en un fenómeno social para una ciudad que no estaba preparada para semejante negocio.

El mismo éxito de este emprendimiento llevó a que muchos de ellos se tomaran parques, separadores como el de la av. 19 en el norte de la ciudad, plazoletas, ciclorrutas y hasta las entradas de establecimientos comerciales, o a dormir en bancas públicas, en una clara violación de las normas.

Esta problemática se ventiló en varios debates en el Concejo de Bogotá y dio origen también a un proyecto de acuerdo que busca regular la operación de estos mensajeros, tema que está pendiente para discusión en plenaria.

Actualmente hay dos pit stops: uno sobre la carrera 12 entre calles 93 y 93A y en la carrera 7.ª entre calles 61 y 62. Por su ubicación, el primero de ellos es el más concurrido. Se calcula que a diario, por el movimiento de los pedidos, por este punto, ubicado a solo media cuadra del simbólico parque de la 93, ingresan al día entre 600 y 1.000 ‘rapitenderos’.

Con información de El Tiempo

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