Un sistema de información biométrico para controlar las atenciones en salud de los inmigrantes venezolanos en Norte de Santander es la propuesta que tiene el Instituto Departamental de Salud (IDS) al Gobierno Nacional.
A dónde están asistiendo para urgencias, qué medicamentos están recibiendo, por qué patologías acuden, cuántas veces va al médico una sola persona, entre otros interrogantes quieren despejar las autoridades de salud de la región.
Según explicó el director del IDS, Juan Alberto Bitar, se busca tener un control más estricto sobre este tipo de atenciones y estos pacientes.
“La propuesta importante es ampliar la cobertura de atención en el régimen contributivo y subsidiado de la población inmigrante. Adicionalmente, estamos solicitando un sistema de información con control biométrico para saber a dónde están acudiendo y quién los está atendiendo”.
Buscan hacer un seguimiento a los pacientes, sobre todo a aquellas personas que tienen algún tipo de patología crónica de la que no han podido recibir atención en este momento, “porque la ley solo permite la atención inicial de urgencias”, indicó.
Bitar manifestó que aún no han recibido una denuncia formal de que hay venezolanos que están pidiendo medicamentos y se los están llevando al vecino país para venderlos.
“Es posible que esté pasando y por eso estamos pidiendo dentro de la Comisión de Sabios que se estudie la posibilidad de crear una historia clínica electrónica con biometría para tener un control minucioso de las atenciones brindadas a esta población, y que no se repitan en el ciclo de salud”, enfatizó.
Sostuvo que los organismos de cooperación internacional también están apoyando en atenciones médicas y están entregando medicamentos, y “lamentablemente no hay un sistema de información en línea para establecer si ese paciente está siendo atendido dos o tres veces”.
Además, precisó que una vez se comience a manejar un sistema de información unificado en salud se podrían evitar este tipo de situaciones, así como que los colombo-venezolanos utilicen la cédula venezolana para acceder a los servicios. “Con el sistema biométrico se puede hacer un cruce de información con la Registraduría y saber si hay colombianos que están haciéndose pasar por venezolanos para acceder a las atenciones”, dijo.
Bitar calificó como difícil y compleja la situación en el departamento, y reconoció que el Hospital Universitario Erasmo Meoz ha sido garante de la atención social tanto para los venezolanos como para los colombianos.
El director del hospital, Juan Agustín Ramírez, explicó que el incremento de pacientes venezolanos también aumenta la posibilidad de mayores gastos para la institución. “La preocupación es que necesitamos de una manera más rápida que llegue el capital que ya hemos invertido, y el gasto que hemos hecho con la población inmigrante que asciende a 56.000 millones de pesos”, precisó.
CIFRAS DE ATENCIONES
Según los números que maneja el Instituto Departamental de Salud (IDS), esta región es la que está recibiendo mayor cantidad de pacientes. “Las cifras indican que se deben casi 68.000 millones de pesos, esto quiere decir que la atención es alta”, dijo Juan Alberto Bitar, director del IDS.
En lo corrido del 2019 se ha atendido tres veces la cantidad de pacientes inmigrantes en comparación con el año pasado. En 2018 las atenciones dadas por las agencias de cooperación internacional llegaron a 18.000, y actualmente pasan las 83.000 atenciones.
Mientras que en la red pública la comparación es la siguiente: 38.000 atenciones en el 2018 y 42.000 atenciones en lo que va de año. Las autoridades en salud estiman que esta cifra termine para diciembre en casi 80.000, solo en la red pública.
En el Hospital Universitario Erasmo Meoz las cifras siguen en ascenso, sobre todo en áreas como ginecología y urgencias, tanto de adultos como de pediatría.
Fuente: La Opinión
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