Exemabajador advierte que Lo más importante es que se vaya Maduro
Trámite migratoria para entrar a EE UU se haría en Bogotá

• En opinión del diplomático Venezuela es un país destrozado, pero tiene ventajas: hay capital humano, hay gente entrenada, de buena voluntad y también hay recursos

A las seis de la mañana de este sábado, cuando tomó el vuelo de regreso a Estados Unidos, terminaron cinco años y medio del embajador de ese país en Colombia, Kevin Whitaker, cuya labor fue esencial en procesos vitales de los últimos tiempos en el país, como el acuerdo de paz alcanzado con las Farc, entre otros.

Whitaker, quien prefirió dar pocas entrevistas antes de partir, habló con EL TIEMPO en su despacho de la sede diplomática estadounidense en Bogotá, el cual será ocupado por su sucesor, Philip Goldberg, hacia mediados de septiembre.

El embajador saliente se declaró admirado de la “solidaridad” de la gente en Colombia, de la belleza de los paisajes del país y de la calidez de los colombianos.

La erradicación per se, separada, no soluciona el problema, pero si es un elemento que se puede usar y con mucha eficiencia

¿El regreso de las fumigaciones aéreas es importante para Estados Unidos?

Yo creo que sí. Nosotros no medimos el compromiso de Colombia en la lucha antinarcóticos con base en si se hace o no la erradicación aérea. No lo hacemos así, pero sí, las fumigaciones aéreas son un elemento muy fuerte e importante. Se ha demostrado en el pasado que es así. Cuando había una herramienta muy fuerte, había una reducción muy grande también. Durante ese tiempo, basados en la presión de la erradicación –estamos hablando de 2008 a 2010–, el deseo de los que sembraban coca de resembrar era como del 6 por ciento, hoy día es como 40 por ciento.

Hay que tomar en cuenta algo que es muy importante: muchos de los campesinos que están sembrando coca están forzados a hacerlo. Los grupos ilegales llegan y le dicen al campesino ‘vas a sembrar’, y lo hacen muy fácil: ‘aquí está el dinero, aquí el fertilizante, vamos a regresar para recoger’, etcétera. Dando la posibilidad de otra alternativa, cien por ciento de estos campesinos lo harán, porque estar en el mundo ilegal trae muerte, violencia, desalojo, todos quieren salir de eso y es nuestra responsabilidad colectiva y entre Estados Unidos y Colombia tenemos que dar las condiciones para que puedan hacerlo.

¿Qué mirada tiene Estados Unidos sobre la resistencia de Nicolás Maduro en el poder en Venezuela?

Lo más importante es que se vaya Maduro y que hayan elecciones libres con la participación de todos los venezolanos. Estamos hablando de una dictadura de 20 años, en la que se ha inhabilitado a muchos líderes políticos. Hay que arreglar eso. Hay que arreglar el padrón electoral, que ha sido manejado mal durante muchos años. Recuerdo bien, cuando estuve yo, la famosa lista Tascón, en la que se tomó nota de todos los que se había opuesto de alguna manera al régimen de Hugo Chávez y les quitaron sus derechos, incluso de votar. Entonces la solución es, primero, la salida de Maduro, y segundo, elecciones libres y justas. Hay que ser serio en esto. Venezuela es un país destrozado, pero tiene ventajas: hay capital humano, hay gente entrenada, de buena voluntad y también hay recursos, básicamente petróleo. Cuando estuve en Venezuela en 2005, solamente alrededor del 70 de exportaciones eran petróleo. Hoy día son 99 por ciento. No producen nada, excepto petróleo y eso está mal. Están regresando al nivel de exportaciones de 1947. Es un desastre. Hay que crecer desde abajo, pero eso depende de la política. Estoy seguro y el secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross, habló de nuestra voluntad de trabajar al lado de un gobierno en Venezuela libre para efectuar estos cambios.

Mucha gente se pregunta por qué no ha habido una intervención militar de Estados Unidos en Venezuela, como ha sucedido en otras partes, en el pasado…

En un pasado más o menos distante. Estamos en 2019. El presidente Trump ha dicho muy claramente que todas las opciones están sobre la mesa, pero lo preferible es que esas acciones que estamos tomando, las acciones para presionar y también los esfuerzos políticos y diplomáticos, manejados con mucha habilidad por el Canciller y el presidente Duque, son superiores, muy superiores, y eso es lo que buscamos hacer.

¿Estados Unidos piensa que la crisis en Venezuela es un problema para la región?

Sí claro. Entre otras cosas por los refugiados. Ustedes aquí en Colombia están experimentando eso más que nadie y es un foco de inestabilidad. Además de los refugiados, estamos hablando de estructuras del Eln, de las llamadas disidencias de las Farc que están ahí implantados. Hay que ser serios en eso. Si con una vara mágica tenemos una Venezuela libre y con democracia, estarán todavía el Eln y las disidencias de las Farc y eso seguirá siendo un problema y un foco de inestabilidad para Colombia y para la región.

Los esfuerzos diplomáticos no están dando los resultados esperados ¿qué hace falta?

Creo que lo que hace falta es paciencia. Esto no es un tema que sea de la noche a la mañana. Estamos hablando de una dictadura de 20 años y ayudada por tres países en particular: primero, Rusia, que está ayudando en la parte militar; segundo, China, que en la parte técnica está ayudando bastante y eso es preocupante porque China quiere perfilarse como un amigo que no interviene y respeta la soberanía de todos, pero está ayudando a la dictadura de Nicolás Maduro. Esto se debe notar y la región debe tomar nota de que China viene buscando otro tipo de oportunidades en estos países. Y el tercero, que es muy importante, es Cuba. Cuba es un estado policiaco y ha existido por 70 años, tiene mucha experiencia en la represión y están controlando la situación así. Entonces cuando uno dice por qué no ocurre de inmediato es porque es una dictadura de 20 años ayudada por muchos otros países con mucha experiencia.

¿El apoyo de Rusia y China a la dictadura de Maduro ha sido una razón para que Estados Unidos no haya ido más allá?

No creo. Incluso el involucramiento más activo de ambos países es algo más o menos reciente y en el tiempo en que ellos han aumentado su ayuda ha sido precisamente cuando estamos nosotros más insistentemente en el tema.

¿Qué balance hace Estados Unidos del estado del proceso de paz con las Farc?

Desde 2016 hemos proporcionado, como gobierno, mil millones de dólares a Colombia en términos de ayuda, la gran mayoría enfocado en los 140 municipios más afectados por coca y violencia. No estoy tratando de sacar crédito para nosotros, pero es un hecho: no hay país que haya ayudado más durante este periodo de implementación del acuerdo de paz que nosotros y estamos orgullosos de eso. En este tema vamos a seguir y tiene que haber ajustes. El Instituto Kroc, de la Universidad de Notre Dame, es un centro que se enfoca en acuerdos de paz en el mundo y han hecho un estudio académico. Valoran mucho el acuerdo de Colombia por ser tan completo y tomar en cuenta todos los distintos temas y también cómo se está cumpliendo. Ellos me han dicho que no hay un solo ejemplo de acuerdo de paz en el mundo que no se haya cambiado. Los ajustes hay que hacerlos. No hay nada grabado y escrito en mármol, no, hay que pensar con mucha flexibilidad y mucha imaginación, incluso, para asegurar que tenga éxito.

¿Eso quiere decir que Estados Unidos sigue preocupado por el tema de la extradición?

Claro, es un elemento muy importante. Desde 2002 hemos extraditado más de 2.000 colombianos a Estados Unidos y es algo que temen mucho los criminales. La justicia de Estados Unidos es implacable y ellos lo saben perfectamente bien. Es una herramienta que se debe usar y se debe usar bien. Nosotros no participamos en la formación de la JEP, pero la idea de la JEP era, entre otras cosas, que hubiera un antes y un después y en la medida en que esta gente sujeta a la jurisdicción de la JEP delinque después, es la justicia ordinaria la que entra, incluso con la posibilidad de la extradición y hay que proteger eso.

Lo más importante es que se vaya Maduro y que haya elecciones libres con la participación de todos los venezolanos

¿Qué más ha hecho Estados Unidos en cuanto al tema de Jesús Santrich?

Está buscado por la justicia norteamericana. Él se ha ido, nadie sabe dónde está, hay quienes dicen que está en Venezuela, no tengo datos al respecto, pero yo digo que los inocentes no huyen de la justicia. Así de simple.

¿En qué terminó el episodio de sus reuniones con congresistas colombianos cuando se debatían las objeciones presidenciales a la ley estatutaria de la JEP?

Hay que tomar en cuenta varias cosas: en lo que haya implicación de los intereses de mi país, en la embajada vamos a decir lo que creemos y eso fue lo que sucedió. Tenemos derecho y obligación de defender los intereses de Estados Unidos. Esas son decisiones de Colombia y eso lo respetamos plenamente, pero también tenemos nosotros el derecho de explicar nuestra posición. El exembajador Juan Carlos Pinzón me decía que él había hablado con los 535 miembros del congreso de Estados Unidos durante sus dos años en Washington. Eso es normal y es lo que hicimos. Sobre las visas, no podemos hacer ningún comentario sobre el estatus migratorio de ninguna persona, pero nada de eso es discrecional, está basado en la ley.

A usted le correspondieron dos presidentes en Colombia, Juan Manuel Santos e Iván Duque, ¿cómo le fue con ellos?

Es cierto que son distintos, pero en algunos aspectos son lo mismo. Los dos están entre los colombianos más inteligentes que he conocido acá. Los dos tienen visiones estratégicas para su país y eso los une. Y finalmente los dos están muy comprometidos en mantener una relación muy estrecha con Estados Unidos, entonces eso ha hecho muy fácil mi trabajo. Los respeto a los dos y es obvio que políticamente sus visiones son un poco distintas, lo que es normal en una democracia, por eso tenemos elecciones.

¿Es verdad que se van a cambiar las condiciones para los colombianos que vayan a viajar a Estados Unidos?

Se cambia la ley de vez en cuando, pero en términos muy generales. Si uno quiere visitar un país como no inmigrante hay que mostrar que no lo es y eso se hace demostrando que tiene lazos y necesita regresar a su país. Así de simple es la cosa. La gran mayoría de los colombianos que hace la solicitud de la vida la recibe y eso no tengo duda que va a continuar en el futuro. Lo que será interesante es que se va a pasar por migración y aduanas de Estados Unidos acá en Colombia. En el aeropuerto habrá, dentro de un año, la posibilidad de pasar por esto y cuando se monte en el avión es como si fuera un vuelo doméstico.

¿Es decir que ese filtro migratorio se hará en Colombia y no en Estados Unidos?

Estarán los funcionarios de mi país de aduanas, de migración y una vez se pase eso se estará en Estados Unidos. Esto es muy importante y está muy interesado el presidente Duque en este tema, y yo también. Ya iniciamos el proceso. Yo tenía ganas de que esto se pudiera hacer durante mi estadía aquí, pero no se pudo. Pronto lo habrá, más o menos en un año o año y medio.

¿Qué ventajas tendría este mecanismo?

La ventaja para nosotros es que hacemos el filtro más allá de Estados Unidos y en términos de control de la frontera es un tema que nos ayuda a todos. Pero ayuda también a los usuarios. Esto existe en Canadá, en Bahamas, en Dubai, en Irlanda y en otros pocos lugares. Había una decisión de dónde íbamos a poner esto en América del Sur y nosotros abogamos por Bogotá. Tendrá efectos económicos muy interesantes si se repite la experiencia de otros lugares donde hay. De todos los de América del Sur que quieren viajar a Estados Unidos muchos vendrán para acá y poder ir directo. Eso ayuda a la economía de Colombia también, porque, por ejemplo, un peruano que venga a esto pasará dos noches en hotel en Bogotá y ayuda a la economía. Será muy interesante.

¿Qué imagen se lleva de Colombia?

Excelente. Estuve muy contento aquí con la belleza del paisaje, el calor humano de los colombianos, la solidaridad. Hace poco sucedió algo que me pareció muy colombiano. Yo uso motorizados y uno de ellos, por alguna razón, se cayó estando en un semáforo. Esas motos son bien pesadas y hubo como ocho personas que vinieron para ayudarlo. Lo hicieron sin pensar, simplemente para ayudar. La solidaridad de los colombianos es algo que me gusta mucho. Son muy queridos y me van a hacer mucha falta, pero ustedes saben que en mí tendrán un amigo y aliado para siempre.

Lee el artículo completo en El Tiempo de Bogotá

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