Los últimos 20 años han sido los de la ilusión política en Venezuela: la errónea creencia de que el Estado puede y debe resolver todos los problemas de sus ciudadanos. Así lo afirmó el economista Néstor Suárez, fundador de la cátedra de Economía de la Oferta y Libre mercado. Siempre partidario de la economía de libre mercado.
¿Pero aquí en Venezuela, por dónde empezar?
Tenemos que salir del socialismo, del estatismo y populismo. Tampoco dar un salto al neoliberalismo que no tiene nada de liberal. El neoliberalismo es una nueva versión o ropaje del Estado interviniendo por otras vías. No podemos equivocar el objetivo. La receta a aplicar en Venezuela para salir de la crisis actual no es distinta a la que aplicaron los alemanes en 1948 después de la destrucción que vivió esa sociedad.
El ministro de economía Ludwig Erhard lanzó un Plan Liberal partidario de la construcción de una economía libre, creó una nueva moneda como lo fue el Deutsche Mark. Lo mismo ocurrió en Chile. Sólo con un sistema económico basado en la libertad, con un elevado grado de eficiencia para adaptación a circunstancias cambiantes, y capaz de producir un crecimiento económico sostenido a largo plazo y una política social donde el crecimiento llegue a todos los participantes en la sociedad y con instituciones políticas, sociales y económicas sólidas que desarrollen un nuevo marco institucional con bajos costos de transacción en los negocios, empresas y mercados y una clara definición de los derechos de propiedad, para generar incentivos a todas las personas y actividades productivas, se logrará esto.
Tenemos que darle un importante apoyo a la educación y la salud. El Estado debe desentenderse de las presiones de gremios que viven de subsidios, prebendas y privilegios porque no hay los recursos para ellos. Muchos activos del Estado tendrán que manejarse para pagar deudas y realizar inversiones para reestructurar y relanzar la economía. Hay que flexibilizar la parte laboral. Levantar controles y regulaciones. Derogar muchas leyes malas que obstaculizan el crecimiento económico y desestimulan la inversión.
Hay que cambiar el sistema y desestatizar. Hay que reducir y contener la inflación, su causa fundamental es la creación de dinero inorgánico con respecto a la producción.
Si se imprime mucho dinero para financiar todo lo que se le ocurra al gobierno, ese dinero no vale nada. Los gobiernos no están para producir, la función de producir es de la empresa privada en mercados libres y abiertos a la competencia.
En Venezuela la única fuente de protección de dinero es el gobierno, por eso el BCV (Banco Central de Venezuela) se ha convertido en un cartel de falsificación fiduciaria de papel moneda. Es como una gran imprenta. El déficit se financia imprimiendo papel moneda, por eso la fuente de la inflación es el financiamiento de ese déficit.
Necesitamos una nueva moneda dura e ingresos reales que posibiliten la formación de capitales en las familias y las empresas, a través del ahorro. Una gran Reforma monetaria para contener la inflación y una reforma fiscal expansiva para estimular la inversión y lograr un crecimiento económico sostenido.
¿Que necesitan los países de América Latina y en especial Venezuela para lograr el éxito de los países del Primer mundo y los asiáticos como Singapur, Japón, Corea del Sur, Taiwán, etcétera?
Estabilidad política y Jurídica, parar la inflación y reducir el tamaño del Gobierno, bajar los impuestos, desestatizar, desregular, derogar las leyes que son obstáculos al desarrollo. El capitalismo de libre mercado y la construcción de una economía libre, es la única vía a la prosperidad y a la libertad plena.
El día que los venezolanos nos deslastremos del complejo con la izquierda y el socialismo, superaremos a todos esos países. Tenemos todos los recursos naturales y humanos para lograrlo, pero hay que cambiar el sistema y las recetas de Pobreza y atraso del tercer mundo. Tenemos que recuperar el tiempo perdido y buscar nuestro rumbo propio al primer mundo. La verdadera esperanza de los pobres es el #CapitalismoDeLibreMercado y no el socialismo.
Y cuya creación entorpece o impide, y termina como siempre destruyendo, porque su veneno socialista viene en dosis más concentradas. Pintan con negros colores el camino de reversa, descalificándonos como retrógrados y derechistas a sus proponentes.
El día que los venezolanos nos deslastremos del complejo con la izquierda y el socialismo, superaremos a todos esos países. Tenemos todos los recursos naturales y humanos para lograrlo
Así atemorizan, impiden escuchar la otra campana, y vamos más abajo en pobreza, opresión, conflictos, desesperación, destrucción y una gran confusión. Por eso pienso que en algún momento muchos venezolanos debimos reunirnos y reaprender los conceptos de libertad, justicia, riqueza, ley, orden, democracia, recursos naturales, gasto público, libre mercado, capitalismo, etcétera,. Debimos quitarle al socialismo sus disfraces, resistirnos a las nacionalizaciones, construir en definitiva los contrapesos que eviten la destrucción por parte del socialismo.
¿Por qué Venezuela llegó a esta situación? ¿Qué pasó?
Hace más de 20 años, muchos venezolanos debimos reunirnos, pero no lo hicimos. Un día a los venezolanos nos confundieron, y tomamos por riqueza lo que es un simple recurso natural. Nos creímos ricos, ignoramos que la riqueza se produce, y olvidamos y descuidamos sus condiciones de producción. Ese día llamamos al Estado a «repartir», y confundimos así lo público con lo privado.
Ese día nos convertimos en colectivistas sin darnos cuenta. Erramos las señales y extraviamos el rumbo a la creación de riqueza, la prosperidad y la paz. Nos metieron por la izquierda, y ahí seguimos. Las ideas tienen consecuencias. De crucial importancia, aún cuando no se reconoce. Las ideas son verdaderas si son reales, y esas tienen buenas consecuencias. Pero conceptos y explicaciones irreales son falsos, y conllevan solo a malos resultados, incluso si la gente no es consciente de llevar premisas y conclusiones fallas en la cabeza, y nunca se detiene a pensarlas una a una y sin prisa.
En 1975 el Gobierno estatizó el petróleo y Venezuela apuró el paso de la cuesta abajo, aunque la mayoría ni se enteró. Y aceleró en 1983, cuando en lugar de «remar para el otro lado» revertir la dirección equivocada, se optó por devaluar y seguir en la misma vía.
En 1989 y 1996 hubo simulacros de reformas, por supuesto con pésimos resultados. Y la situación fue desesperante. Es fácil hacer sopa de pescado, pero no rehacer el pescado y volverlo al mar. La vía izquierda es muy difícil para desandar porque: *Tras cada fracaso aparece otro grupo más radical, y toma el mando para cumplir de verdad, promete distribuir lo que no puede crear.
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