Juan Guaidó llegó en peñero a la perla del Caribe. Empuñando el tricolor nacional y en la proa de una lancha de pescadores, como si de uno de nuestros héroes independentistas se tratará. Él no lo es. Es el hombre que desde enero de este año decidió, junto al resto de la Asamblea Nacional, ponerle el pecho a un país que había pasado el 2018 resolviendo la gravedad de la crisis que se agudizó en los últimos 30 meses en Venezuela.
Muchos rechazaron la imagen, la criticaron y descalificaron, pero lo cierto es que Margarita -que por estas fechas debería estar comenzando a llenarse de turistas en medio de las vacaciones escolares nacionales y del verano norteamericano y europeo- es una isla fantasma. Las otrora movidísimas avenidas Santiago Mariño y 4 de Mayo, centro del comercio en Porlamar, muestran hoy una desoladora cara. Comercios que cerraron y no volvieron a abrir sus puertas por falta de productos que vender y de compradores. El gran centro comercial del país está quebrado.
Esa imagen se repite pueblo a pueblo, ciudad a ciudad en todo el interior del país y cada día va llenando los espacios de Caracas. La única razón que tuvieron los neoespartanos para mantenerse en las calles durante el fin de semana del 19 al 21 de julio fue la visita del presidente de la AN y encargado de Venezuela. Los testimonios de quienes se reunieron en torno a sus mítines y recorridos, señalan que ven en el legislador y sus colegas la esperanza del cambio político definitivo. Esperan que sea así.
Siendo esta la realidad nacional, solo queda decir que más allá de la crítica a una imagen, la dirigencia política y las élites económicas que se niegan a darle el respaldo a Guaidó y la AN, deberían gestar o ayudar a gestar la tan necesaria movilización nacional, y así activar de una vez por todas la presión interna, que es el ingrediente que falta a los esfuerzos que hace el Parlamento, para que sea entonces el pueblo de Venezuela el héroe que empuñe el tricolor y logre la independencia del país de 20 años de opresión política, económica y social.