
EL VENEZOLANO COLOMBIA
Colombia obtuvo un triunfo significativo en el escenario internacional con la elección de Laura Gil como secretaria general adjunta de la Organización de Estados Americanos (OEA).
La actual embajadora en Austria se convertirá en la primera mujer en ocupar este alto cargo, marcando un precedente tanto para la región como para la propia organización interamericana.
Una contienda diplomática inesperada
La candidatura de Gil surgió de forma repentina, apenas cinco semanas antes de la votación definitiva. Aunque inicialmente se daba por hecho que Perú se haría con el cargo, la situación cambió tras una serie de movimientos políticos en los que Colombia reaccionó con rapidez.
La postulación de Carlos Bernal a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos por parte de Perú fue interpretada como una provocación hacia el gobierno colombiano, lo que motivó la nominación de Gil como respuesta directa.
Una elección reñida y cargada de tensiones
La votación, realizada en Washington, se desarrolló en dos rondas. En la primera, ninguna de las tres aspirantes alcanzó los 18 votos requeridos. Gil obtuvo 13, seguida por la peruana Ana María Sánchez con 11 y la guatemalteca Claudia Escobar con 8. En la segunda vuelta, la diplomática colombiana alcanzó los 19 sufragios necesarios, imponiéndose con claridad.
El proceso, según fuentes diplomáticas, estuvo marcado por intensas gestiones y episodios de desinformación. Se denunciaron intentos de desprestigiar a Gil presentándola como una figura radical, aunque estos esfuerzos no lograron impedir su victoria.
Apoyo total desde el Gobierno colombiano
La canciller Laura Sarabia jugó un papel fundamental al desplazarse a la capital estadounidense para respaldar personalmente la postulación de Gil. El presidente Gustavo Petro y la vicepresidenta Francia Márquez también contribuyeron en la estrategia.
La articulación institucional fue clave para alinear apoyos regionales y contrarrestar la ofensiva diplomática de Guatemala y Perú.
Un logro doblemente simbólico
La elección de Gil no solo representa la llegada de una colombiana a un cargo de alta relevancia hemisférica, sino que también rompe una barrera de género en el organismo. Nunca antes una mujer había sido elegida para esta posición.
La propia Sarabia lo subrayó: “Estamos haciendo historia por todos los lados. Es un orgullo inmenso para el país”.
Un futuro de retos en la OEA
Gil asumirá funciones en julio de 2025 por un periodo de cinco años, con posibilidad de reelección en 2030. Compartirá liderazgo con el secretario general Alberto Ramdin, con quien se espera trabaje en la modernización institucional del organismo, el fortalecimiento de la cooperación interamericana y la prevención de crisis regionales.
Colombia, con esta victoria, demuestra que su capacidad diplomática sigue teniendo peso en la agenda continental, abriendo una nueva etapa de protagonismo en los organismos multilaterales.