México expresó este miércoles su «profunda preocupación» por la invocación que doce países hicieron del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) para enfrentar la situación que vive Venezuela, al considerar que sienta «un precedente peligroso para la democracia».
En un comunicado de su Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), México mostró su rechazo categórico a la invocación del TIAR aprobada por en la sesión de hoy del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA).
México reiteró que «condenará cualquier decisión que se tome mediante el uso de la fuerza».
«La vocación pacifista de México se opone rotundamente a la posibilidad del uso de la fuerza militar contemplado en el TIAR y por ello el 6 de septiembre del 2002», México denunció dicho tratado, recordó la SRE en el comunicado.
México sostuvo que invocar un tratado que «intrínsecamente supone la posibilidad del uso de la fuerza, cuando no existe un ataque armado, es contrario a las reglas de derecho internacional que se refieren al uso de la fuerza».
Sostuvo que resultaría aún más grave que un eventual uso de la fuerza «se pretendiera enmarcar bajo el concepto de legítima defensa, que de ninguna manera puede invocarse como acción preventiva».
México ha reiterado su convicción «para encontrar una solución pacífica, democrática y dialogada a la situación por la que atraviesa la República Bolivariana de Venezuela».
Doce países del continente americano dieron en esta sesión un primer paso en la activación del TIAR al considerar que la «crisis» en Venezuela representa «una clara amenaza a la paz y la seguridad» en la región.
Las doce naciones que apoyaron el TIAR son Argentina, Brasil, Chile, Colombia, El Salvador, EE.UU., Guatemala, Haití, Honduras, Paraguay, República Dominicana y Venezuela, esta última representada por los delegados del líder opositor venezolano Juan Guaidó, quien es reconocido por unos cincuenta países como presidente interino.
La decisión se tomó en la OEA, que ejerce como testigo del TIAR, también conocido como «Tratado de Río» y firmado en 1947.
En un documento suscrito por esos doce países, se argumentó que «la crisis en Venezuela tiene un efecto desestabilizador, representando una clara amenaza a la paz y a la seguridad» en la región y, por ello, cabe aplicar el principio de defensa mutua proclamado en el TIAR.
Concretamente, lo que esos doce países decidieron hoy fue convocar una reunión de los ministros de Exteriores de las naciones firmantes del TIAR para que, en la segunda quincena de este mes de septiembre, en los márgenes de la Asamblea General de la ONU en Nueva York, decidan qué medidas tomar con respecto a Venezuela.
Entonces, tendrán que decidir cómo presionar a Maduro y determinar si rompen las relaciones diplomáticas y económicas, o si irán más lejos y decretarán un bloqueo al transporte naval y aéreo.
La opción más agresiva que incluye el tratado es la posibilidad del «empleo de la fuerza armada», pero por el momento algunos países, como EE.UU, han dicho que esa opción no está sobre la mesa.
Con información de EFE
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