
EL VENEZOLANO COLOMBIA
El gobierno de Gustavo Petro ha dado un paso clave para reactivar la venta de energÃa eléctrica a Venezuela, un intercambio que estuvo suspendido durante más de una década. Con la flexibilización de los requisitos para las revisiones técnicas de los sistemas de medición, Colombia busca restablecer las interconexiones necesarias para el comercio energético con el paÃs vecino. Sin embargo, la medida que ha sido catalogada como temporal, ha generado debate sobre su viabilidad y beneficios.
Flexibilización para reactivar la interconexión
El Ministerio de Minas y EnergÃa emitió una resolución que permite habilitar las interconexiones eléctricas con Venezuela por un perÃodo máximo de 12 meses, prorrogable bajo ciertas condiciones. Según el ministerio, esta medida asegura que la infraestructura y los activos no comprometan la seguridad del Sistema Interconectado Nacional (SIN).
La flexibilización busca allanar el camino para que las conexiones entre los dos paÃses sean operativas nuevamente. No obstante, expertos han señalado que el Ministerio no tiene la facultad para emitir este tipo de normativas, ya que estas competencias recaen en la Comisión de Regulación de EnergÃa y Gas (Creg). Esto ha generado cuestionamientos sobre la legalidad y la sostenibilidad de la medida.
Infraestructura y desafÃos técnicos
La conexión eléctrica entre Colombia y Venezuela dependerá de dos lÃneas de transmisión. La primera, San Mateo-El Corozo, ubicada en la frontera entre Norte de Santander y Táchira, está operativa y serÃa la vÃa principal para los intercambios. La segunda, Cuestecitas-Cuatricentenario, en La Guajira, sufrió vandalismo y actualmente está siendo utilizada para otros proyectos de energÃa renovable.
La infraestructura en Venezuela representa un reto importante debido a la falta de mantenimiento e inversión en los últimos horas años, lo que ha generado apagones masivos, como el ocurrido en agosto de 2024, que dejó a todo el paÃs sin luz durante 12. Esto plantea interrogantes sobre la capacidad del sistema venezolano para manejar el suministro energético que Colombia podrÃa ofrecer.
Restricciones internacionales y su impacto
Otro aspecto crÃtico son las sanciones impuestas por Estados Unidos a Venezuela, que incluyen restricciones en sectores como el petróleo y el gas natural. Aunque no se ha confirmado si estas sanciones también se aplican al comercio de electricidad, cualquier empresa colombiana interesada en vender energÃa al paÃs vecino podrÃa necesitar autorización de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (Ofac) del Departamento del Tesoro de EE. UU. UU.
Un precedente de esto es Ecopetrol, que desde 2022 ha estado gestionando permisos para reactivar el gasoducto Antonio Ricaurte, lo que refleja las dificultades que podrÃan enfrentar los intercambios energéticos en este contexto.
¿Beneficio o riesgo para Colombia?
Los expertos consultados consideran que, en el corto plazo, esta reactivación no generarÃa beneficios significativos para Colombia. El paÃs cuenta con un sistema eléctrico robusto y estable, mientras que Venezuela enfrenta un panorama crÃtico con frecuentes interrupciones del servicio. Sin embargo, a largo plazo, una relación energética más estrecha podrÃa consolidar un mercado regional y generar oportunidades de cooperación si las condiciones mejoran.
La decisión del gobierno de Petro de reactivar la venta de energÃa eléctrica a Venezuela representa un intento por fortalecer los lazos energéticos entre ambos paÃses. Sin embargo, los desafÃos técnicos, las restricciones internacionales y las diferencias en la infraestructura eléctrica plantean preguntas sobre la viabilidad de este intercambio. Aunque es una medida con potencial a futuro, su impacto dependerá de la capacidad de ambas naciones para superar estos obstáculos.