EL VENEZOLANO COLOMBIA
María Corina Machado, conocida como la “dama de hierro” de Venezuela, enfrenta su momento más desafiante. Luego de impulsar a millones de venezolanos a votar contra Nicolás Maduro en las elecciones de julio, ahora vive en la clandestinidad, lejos de su familia y sin contacto directo con aliados. Desde un lugar secreto, Machado continúa su lucha, utilizando la virtualidad para establecer conexiones con líderes internacionales y organizaciones de derechos humanos.
El régimen de Maduro, acusado de manipular los resultados electorales, intensificó su represión tras los comicios, lo que obligó a Machado a desaparecer del ojo público. Su aislamiento refleja el alto costo personal de su resistencia, pero también subraya su compromiso inquebrantable con la democracia venezolana.
Un llamado a Trump y sus aliados
Machado dirige su atención hacia la política internacional, buscando respaldo de Estados Unidos. Enfatiza que Venezuela representa una oportunidad estratégica para la administración de Donald Trump, recientemente electo, ofreciendo una victoria rápida en política exterior. Su propuesta incluye restablecer sanciones que fueron aliviadas por la administración Biden y presionar por nuevos cargos contra el círculo cercano de Maduro.
Machado también destacó la relevancia de figuras como Marco Rubio y Mike Waltz, designados en posiciones clave en el nuevo gobierno estadounidense. Ambos políticos tienen experiencia previa en la política hacia Venezuela, especialmente en la campaña de “máxima presión” implementada durante la primera administración de Trump.
El costo de la represión en Venezuela
El panorama en Venezuela es desolador. Según Foro Penal, casi 2,000 personas han sido encarceladas en la represión postelectoral, entre ellas colaboradores cercanos de Machado. Las protestas tras los comicios resultaron en al menos 22 muertes, incluido el joven Isaías Fuenmayor, de apenas 15 años.
El régimen enfrenta una creciente fractura interna y aislamiento internacional, pero no sin recurrir a medidas extremas para mantenerse en el poder. Machado subrayó que la unidad del pueblo venezolano detrás de Edmundo González, el presidente electo reconocido por diversos países, es una señal de esperanza.
La lucha por la soberanía y la verdad
A pesar de la adversidad, Machado no pierde de vista su misión. Su mensaje es claro: restaurar la democracia no solo beneficia a Venezuela, sino también a la seguridad hemisférica de Estados Unidos y sus aliados. “Estoy dispuesta a hacer lo necesario, el tiempo que sea requerido, para defender la soberanía popular”, afirmó en una entrevista reciente.
Un futuro incierto, pero con determinación
La situación de Machado encapsula la lucha de millones de venezolanos que claman por libertad. Su decisión de mantenerse activa en medio de amenazas y represión es un recordatorio de la resistencia frente a la adversidad. Mientras continúa trabajando desde la clandestinidad, su llamado al mundo busca mantener vivo el sueño de un futuro democrático para Venezuela.
Machado confía en que llegará el día en que los venezolanos puedan reencontrarse en un país libre. Mientras tanto, sigue siendo un símbolo de coraje y perseverancia en la lucha contra la dictadura.