EL VENEZOLANO COLOMBIA
El fenómeno migratorio en el Darién, un paso inhóspito y desafiante entre Colombia y Panamá, ha visto un alarmante aumento de menores de edad cruzando sin la compañía de adultos. En este camino arriesgado, que ha sido transitado por medio millón de personas solo en el último año, los niños venezolanos no acompañados encabezan las cifras, mostrando la dura realidad de familias separadas y jóvenes enfrentando un éxodo solitario hacia un futuro incierto.
Crece el número de menores no acompañados en el Darién
La selva del Darién se ha convertido en una de las rutas migratorias más peligrosas del continente. A lo largo de sus senderos pantanosos y rodeados de densa vegetación, miles de migrantes arriesgan su vida con la esperanza de llegar a Norteamérica.
Un fenómeno inquietante ha sido la presencia creciente de menores, en su mayoría venezolanos, que se aventuran sin el acompañamiento de adultos, buscando mejores oportunidades o, en algunos casos, reunirse con sus familias en el norte. Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), el año pasado cruzaron este tramo 100.000 menores, de los cuales un 38% eran niños de menos de cinco años.
La difícil travesía de los niños venezolanos
Para los niños y adolescentes venezolanos, el trayecto por el Darién representa un intento de escapar de las adversas condiciones en su país de origen. La crisis económica y social en Venezuela ha empujado a familias enteras, y en muchos casos, a los mismos menores, a emprender un viaje lleno de peligros y de incertidumbre.
A medida que la situación empeora en su país, un número considerable de estos menores venezolanos opta por enfrentar el trayecto en solitario, con la esperanza de encontrar un mejor futuro.
Las estadísticas alarmantes de un éxodo infantil
Este año, pese a que el flujo total de menores ha disminuido, la cantidad de niños no acompañados ha aumentado. Hasta septiembre, 3.800 menores cruzaron el Darién sin compañía adulta, superando las cifras del año anterior.
El incremento en el número de menores migrando solos ha encendido las alarmas de organizaciones como Unicef, que advierten de los riesgos físicos, emocionales y psicológicos que enfrentan estos niños en un trayecto tan peligroso. Los venezolanos encabezan la lista de menores no acompañados, seguidos de cerca por niños ecuatorianos y colombianos.
Motivos de la migración infantil
Muchos de estos niños buscan reunirse con familiares en Estados Unidos, mientras que otros viajan con el objetivo de establecerse y construir una vida diferente. Algunos de ellos mencionan su deseo de trabajar para enviar dinero a sus seres queridos en Venezuela.
La oficial de emergencias de Unicef en Panamá, Diana Romero, relata la historia de una niña venezolana que, tras atravesar el Darién a los ocho años, solicitó refugio en Panamá y expresó su deseo de no regresar a su país. Este tipo de casos ilustra la desesperanza de una generación que se enfrenta a desafíos que exceden sus años.
Un llamado urgente a la atención internacional
La migración de menores no acompañados por el Darién exige una respuesta integral y urgente. Las autoridades panameñas y diversas organizaciones humanitarias intentan brindar apoyo a estos niños, aunque los recursos son limitados frente a la magnitud del fenómeno. Las historias de los menores venezolanos en el Darién evidencian una crisis que se agrava y que requiere de una atención sostenida por parte de la comunidad internacional para proteger a estos jóvenes y ofrecerles alternativas a esta peligrosa ruta migratoria.